El Supremo dictamina que Bankia canjeó acciones ocultando pérdidas millonarias

  • La Sala de lo Civil le obliga a devolver 1,2 millones de euros a una empresa cliente de la entidad porque el contravalor las acciones no era real.
Bankia
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EUROPA PRESS

Revés del Tribunal Supremo a Bankia. La Sala de lo Civil ha dado la razón a una empresa cliente de la entidad que canjeó participaciones preferentes por acciones del banco en tanto la información que ofreció en esta operación era "gravemente inexacta". Así lo determinan los magistrados en su resolución en la que obligan al banco que preside Ignacio Goirigolzarri a indemnizar a esta compañía con 1,2 millones de euros por la operación financiera. "Los inversores se encontraron con que realmente habían adquirido valores de una entidad al borde de la insolvencia con unas pérdidas multimillonarias no confesadas", reza el fallo.

La sentencia explica que en marzo de 2012, apenas dos meses antes de la nacionalización de la entidad, Bankia ofreció a la recurrente el canje de estos instrumentos financieros por acciones, lo que fue aceptado por la empresa. La oferta de canje se basó en un folleto denominado de "recompra y suscripción" en el que se ofrecía la información financiera de la entidad consolidada a diciembre de 2011. La misma recogía los beneficios de ese año al igual que de los dos ejercicios anteriores. 

La resolución de la Sala detalla que la empresa a la que ahora tiene que indemnizar Bankia, Ferrer Morell, adquirió preferentes y deuda subordinada por un importe total de 1,6 millones de euros. Ya en marzo de 2012, el banco le ofreció canjear todos estos títulos por acciones y lo hizo apoyándose en un folleto denominado de "recompra y  suscripción" con información sobre el ejercicio de 2011 según la cual los beneficios a final de año eran de 307 millones de euros. Posteriormente, la empresa vendió sus acciones al mercado secundario por valor de 115.225 euros y demandó al banco al entender que le tenía que indemnizar con los 1,6 millones inicialmente invertidos.

De beneficios a pérdidas de 3.000 millones

La sentencia de primera instancia estimó íntegramente la demanda, sin embargo el alto tribunal rebaja la cuantía de indemnización en 1,2 millones de euros aunque concluye que la información en la que se apoyaron los preferentistas para hacer el canje era "gravemente inexacta" precisamente por la reformulación de cuentas que acometió la entidad en relación al ejercicio de 2011. La misma determinó que, en vez de arrojar unos beneficios de 307 millones de euros el año de su salida a bolsa, había unas pérdidas de de 2.977 millones de euros. 

De hecho, la posible falsedad del folleto informativo se está dirimiendo en el procedimiento penal que acoge la Audiencia Nacional contra la entonces cúpula del banco por presunto maquillaje de las cuentas con motivo de la salida a bolsa del banco. Ahora el Supremo determina que, en lo que respecta al canje de preferentes, la inexactitud de los datos incluidos en el folleto presentado ante la CNMV determinó que los pequeños inversores "pudieran hacerse una representación equivocada de la solvencia de la entidad y, consecuentemente, de la posible rentabilidad de su inversión".

"En el caso que ahora enjuiciamos resulta de especial relevancia que precisamente esas mismas cuentas que sirvieron de base al folleto de la OPS fueron en las que se basó Bankia para ofertar a Ferrer Morell la recompra y amortización de las participaciones preferentes y la deuda y obligaciones subordinadas", reza la resolución de los magistrados. Además, exponen que ante esta "inexactitud de la información" debe responder la entidad debido las consecuencias que estos actos tuvieron en el patrimonio de la mercantil ahora recurrente. 

No obstante, en lo que respecta al cálculo de la indemnización el alto tribunal explica que de la cifra final deben detraerse las ventajas obtenidas. Por ese motivo determina que debe abonarse a esta mercantil 1,2 millones de euros y no los 1,6 millones iniciales porque hay que descontar del perjuicio total la cantidad en que se vendieron las acciones en el mercado secundario y, además, los rendimientos que obtuvo la empresa antes de deshacerse de estos productos.

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