El Supremo sentencia: la cesta de Navidad no se puede reemplazar por un cóctel

  • Obliga a una empresa a devolver a sus empleados la cesta que les negó y no la puede sustituir porque la viene dando desde hace nueve años atrás.
¿Cuánto debes pagar a Hacienda si te toca una cesta de Navidad?
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EFE

Las empresas no pueden negar a sus empleados las cestas de Navidad si estas se vienen dando de manera ininterrumpida de un tiempo atrásAsí lo ha sentenciado el Tribunal Supremo en una resolución en la que obliga a una compañía a devolver a todos sus trabajadores este bien, del que les privó en el año 2016, pese a que lo reemplazó por un cóctel.

Los magistrados de la Sala de lo Social rechazan el recurso presentado por una multinacional dedicada a prestar servicios de atención de clientes y dan la razón a sus empleados, en línea con lo acordado un año atrás por la Audiencia Nacional.

Explican en su fallo que la compañía había estado entregando dichas cestas de manera ininterrumpida desde 2007 y que un año antes adoptó esta decisión “unilateral” sin consultar a nadie, proponiendo a cambio un cóctel. Una alternativa, dicen los magistrados, del todo irrelevante, puesto que, si se trata de una solución por la que nunca antes habían optado hasta ese mismo momento, ello presupone que asumieron la necesidad de sustituir la cesta por otra cosa.

De ahí que la compañía no pueda argumentar que no está obligada a dar este paquete, cuyo valor oscilaba entre los 12 y los 15 euros en función del año, a excepción de 2015 que se limitaron a entregar únicamente un panettone de cuatro euros de valor.

La Sala explica que tampoco es determinante la regulación del convenio colectivo, que este caso no alude específicamente a la cuestión. La complejidad aquí consiste en identificar los límites que separan la simple liberalidad, es decir, si se trata de una voluntad de la empresa, de un derecho.

La crisis no influye

Por lo tanto, nada importa que las cestas no se entregaran el mismo día de diciembre cada año o que los hechos se circunscriban a un periodo afectado por la crisis; al contrario, el hecho de que la dirección decidiera mantenerlas pese a la mala situación económica, del país hace que no se pueda entender la entrega de la cesta como “una simple liberalidad ocasional sin vocación de futuro”.

El dato clave aquí es que este reconocimiento se viene entregando de manera ininterrumpida a la plantilla –la cual aumentó de los 3.200 a los más de 5.00 en 2017- por lo que queda patente la voluntad de esta compañía de “mantenerla y extenderla a los nuevos trabajadores pese al importante incremento de su número”.

Por tanto, el coste de ese gasto para la empresa, que oscila de los 42.000 euros de 2007 los 89.000 en 2014, demuestra que es una suma lo suficientemente importante como para considerar que esto es un simple regalo que se puede suprimir unilateralmente en cualquier momento sin necesidad de seguir ningún procedimiento específico.

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