"Me quedé en el paro a los 56 y la pensión de viudedad me salvó de la indigencia"

¿Tajo a las pensiones de viudedad? "Me quedé en el paro a los 56 y me salvó de la indigencia"
¿Tajo a las pensiones de viudedad? "Me quedé en el paro a los 56 y me salvó de la indigencia"

"Me quedé en el paro a los 56 y la pensión de viudedad me salvó de la indigencia". A.P.C confiesa su vivencia desde el norte de España, a orillas del Cantábrico, bajo un sol de justicia que ha llenado de manera prematura la playa del Sardinero en Santander.

Y es que las pensiones de viudedad están de nuevo en el ojo del huracán. La financiación de las pensiones está abierta en canal en el Pacto de Toledo y una de las cuestiones que más polémica suscitan cada vez que se aborda el coste del sistema es qué hacer con las pensiones de viudedad.

"En el año 2012, a los 56 años, y tras 38 trabajando consecutivamente, me quedé en el paro", cuenta A.P.C. "Cobré dos años el desempleo y la pensión de viudedad que percibo desde que murió mi esposa en el año 2001 fue mi tabla de salvación. Si no hubiera sido por esa pensión de viudedad, desde que dejé de percibir el paro en 2014 hubiera vivido casi en la indigencia hasta que me he podido jubilar anticipadamente en abril..." Y la pensión de viudedad que salvó a A.P.C no era lo que se puede considerar un 'sueldazo': 721,27 euros al mes.Revisar el sistema y las duplicidades

Ahora, el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha vuelto a poner el dedo en la llaga al decir hace unos días en el Senado que "el hecho de que más de 1,1 millones de personas tengan más de una pensión pública –por tanto, hay concurrencia de pensiones– y tengan ganancias de más de una pensión, es algo a lo que el sistema también tiene que prestar atención.”

A.P.C reconoce que, "mientras trabajaba, la pensión de viudedad era un complemento que me permitía vivir bien, pero cuando me quedé sin trabajo y a una edad en la que es muy difícil encontrar trabajo, lo que me permitía, simplemente, era vivir... O mejor dicho, malvivir".

La afirmación del número dos del Ministerio de Empleo que dirige Fátima Báñez ha puesto sobre la mesa una cuestión recurrente entre los expertos: de qué manera adecuar a la realidad actual la pensión de viudedad, concebida para una época en la que las mujeres no trabajaban. No obstante, esta no es la primera vez que España aborda este asunto. Hasta tres leyes de Gobiernos socialistas (en 2005, 2007 y 2011) recomendaron reformas más o menos integrales de la pensión de viudedad.

Más de un millón de personas recibe en España dos o más pensiones públicas. En concreto, 1.100.000, según los datos de la Seguridad Social. De ellas, casi 900.000 cobran dos o más pensiones de la Seguridad Social, en el resto concurren prestaciones del Estado con otras de las comunidades autónomas o de las diputaciones.

Un dato, sin duda, relevante en un momento en que el sistema se encuentra en déficit recurrente, con más de 18.000 millones de descuadre el año pasado. Desde que comenzó la crisis económica, el número de personas que perciben dos pensiones de la Seguridad Social ha crecido de forma ininterrumpida y ahora es un 16% más elevado que el que existía hace diez años. En la actualidad hay 866.169 pensionistas con dos o más prestaciones frente a los 747.742 del año 2007. De ellos, siete de cada diez compaginan la pensión de jubilación con la de viudedad.El límite, 2.573 euros mensuales

La ley permite percibir varias pensiones contributivas a a vez, puesto que se han generado los derechos para ello. Por eso, una mujer que ha trabajado y tiene derecho a su propia pensión de jubilación puede recibir ésta y la de viudedad por su marido fallecido, o al revés. Bien es cierto que hasta ahora, la mayoría de quienes reciben la pensión de viudedad -más del 90%- son mujeres, porque su esperanza de vida es mayor y porque la tasa de empleo femenina hace años era considerablemente inferior a la masculina. En todo caso, la concurrencia de pensiones tiene un límite: no se puede cobrar por la suma total de las prestaciones percibidas, más de la pensión máxima fijada (este año está situada en 2.573,7 euros mensuales).

De no haber cambios, la concurrencia de pensiones de jubilación y de viudedad irá a más en el futuro por el mayor nivel de ocupación de las mujeres. Generarán más derechos de pensión de viudedad para sus maridos o cobrarán su jubilación y la pensión de supervivencia si se quedan viudas. Hay que tener en cuenta que la Ley de Seguridad Social actual es de 1963, cuando la tasa de actividad femenina era del 20% y en la actualidad supera el 53% de media, que se eleva hasta el 84% para las mujeres entre 25 y 35 años.

M.J.Ch., es una mujer de 82 años, vive en un municipio de la Gipuzkoa más rica, la industrial comarca del Goierri. Su marido era un trabajador de la industria siderúrgica que se jubiló a principios de los noventa con una buena pensión. Murió hace cuatro años y M. -que de joven trabajó como asistenta en varias casas, opero siempre sin contrato por lo que no pudo percibir pensión contributiva alguna- vio cómo la considerable paga de jubilación de su marido se le reducía hasta menos de 1.000 euros.

M.J.Ch tiene una discapacidad física moderada y es dependiente, por lo que recibe una pequeña ayuda mensual, 250 euros, de la Diputación Foral de Gipuzkoa. "En total, entre las dos prestaciones, percibo menos de 1.200 euros al mes. Si a ello le resto el alquiler del piso en el que vivo, el agua, la luz, la señora contratada que me ayuda... No creo que sea ninguna privilegiada ni que sea un escándalo que reciba dos prestaciones. No entiendo, la verdad, porque insinuó el otro día el secretario de estado que había que revisar este asunto". ¿Tajo a las pensiones de viudedad?

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