Las cinco tareas que enfrenta el gobierno de Theresa May

Negociar la salida de la UE, impulsar la economía en un periodo de incertidumbre, congregar al partido conservador y a un país desgarrado por el referéndum sobre el Brexit, son algunos de los titánicos desafíos que enfrenta la primera ministra británica Theresa May.

La primera tarea de Theresa May es formar gobierno, una tarea compleja debido a las fracturas entre los conservadores durante la campaña para el referéndum.

El principal nombramiento fue el del exalcalde de Londres y figura clave del Brexit, Boris Johnson, como ministro de Relaciones Exteriores, mientras que eligió a David Davis, otro prominente partidario de salir del pacto, como negociador del país para implementar el divorcio.

Para la cartera de Finanzas, puesto crítico en el contexto actual, May eligió a Philip Hammond en reemplazo de George Osborne.

Theresa May impulsó la permanencia de la UE durante la campaña del referéndum pero ha afirmado que implementará el Brexit y que hará de ello "un éxito".

Esta semana, May advirtió que no activaría el artículo 50 del Tratado de Lisboa -que desencadena el proceso de salida de la UE- antes de finales de año, pero se encuentra bajo presión, ya que los dirigentes europeos han instado al Reino Unido a definir su postura.

May se comprometió a "negociar el mejor acuerdo para el Reino Unido que sale de la UE, y el establecimiento de un nuevo rol para el país en el mundo".

Pero la principal dificultad es es que si el país quiere conservar su acceso al mercado único europeo de bienes, deberá seguir aceptando la libre circulación de personas.

Este punto se presenta como una fuente de fricción, ya que la principal consigna de campaña del Brexit fue "frenar la inmigración".

Theresa May también tiene la tarea de dar seguridad a los inversores, en un momento en el cual la libra se tambalea frente al dólar y el Banco de Inglaterra ha señalado los primeros indicios de riesgos para la estabilidad financiera.

La caída de la libra impulsó las exportaciones pero desde el anuncio de los resultados del referéndum varios fondos inmobiliarios suspendieron sus operaciones y varios bancos estudian llevar a otras plazas los centros que tenían en Londres.

Aunque el nombramiento de May calmó ligeramente a los mercados, la incertidumbre va a durar hasta que las negociaciones sobre la salida de la UE se perfilen, lo que complica la tarea de esquivar una recesión.

Theresa May hereda un panorama político complejo ya que su partido se dividió durante el referéndum entre los partidarios y los detractores del Brexit. En este sentido, la nueva primera ministra apostó por integrar a pesos pesados que defendieron la salida de la UE en su gabinete con el nombramiento del exalcalde de Londres, Boris Johnson, como ministro de Relaciones Exteriores.

Durante la campaña se sucedieron traiciones, golpes bajos e intercambios de insultos, que después siguieron en la carrera por la sucesión, aunque desde que May emergió como líder las aguas se calmaron, un signo que la formación podría cerrar sus filas para hacer frente a la adversidad.

Una de las "principales prioridades" de May va a ser mantener la cohesión del Reino Unido, ahora que el Brexit podría atizar a los escoceses a celebrar un nuevo referéndum, ya que en esta zona los votantes se pronunciaron mayoritariamente a favor de permanecer en la UE.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, dijo en Bruselas que Escocia seguirá "jugando su rol en una Europa más fuerte".

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