La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, ha vuelto a señalar (y no es la primera vez en las última semanas) que lo que le "apetece" es seguir siendo ministra de Agricultura para alcanzar los objetivos que se ha marcado. No se sabe si es un mensaje al jefe o la educación de contestar siempre a la misma pregunta de los periodistas sobre la posibilidad de que cambie su cartera ministerial por la de Economía.
Tejerina ha contestado así, durante su asistencia a los segundos Encuentros Mediáticos de la Ribera del Duero, a las hipótesis sobre posibles cambios de Gobierno en el caso de que fructifique la candidatura del ministro de Economía, Luis de Guindos, a la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE). Tejerina es una de las favoritas en la terna de nombres por sus grandes conctactos en Bruselas.
Entre los nombres que se repiten en las quinielas periodísticas destacan los de Alberto Nadal, hermano del actual titular de Energía, y actualmente secretario de Estado de presupuestos; su mujer, Eva Valle directora de la Oficina Económica de Moncloa; Fernando Becker que acaba de dejar Ibredrola, el exdirector del Instituto de Crédito Oficial (ICO) Román Escolano o la exsecretaria general del Tesoro Rosa Sánchez-Yebra. Pero ya se sabe que el cuaderno azul de Rajoy es más indescifrable que el de Aznar.
El PP no puede seguir siendo el partido de la corrupción
En sus declaraciones, la ministra ha reconocido que "algo" tiene que cambiar el PP para dejar de ser identificado con la etiqueta de "partido de la corrupción" y que sus logros lleguen más a la población. Ha manifestado que en los últimos años se ha permitido que "otras etiquetas" quiten la "auténtica entidad del PP".
"Deberíamos hacer también nuestro ejercicio de márketing para que estas cosas buenas que conseguimos nos las atribuyan a nosotros", ha apostillado. A las preguntas sobre la conveniencia de cambiar de líder y de caras en el Partido Popular, Tejerina ha contestado que no se puede despreciar la experiencia. "Quizás sí que hay que prestar más atención a los jóvenes, pero no despreciar a los de 60, 70 u 80", ha manifestado antes de añadir que un partido político debe escuchar a los ciudadanos de todas las edades.
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