La movida madrileña, en pausa

Los templos de la noche, ante el toque de queda: "Llevamos así desde marzo"

Las discotecas más famosas de la capital se hartan de ser señaladas como culpables de la segunda ola y recuerdan que están cerradas desde hace siete meses y nadie les puede culpar de extender el virus. 

La discoteca Joy Eslava, en la calle Arenal y muy cerca de la Puerta del Sol no ha vuelto a la normalidad.
La discoteca Joy Eslava, en la calle Arenal y muy cerca de la Puerta del Sol no ha vuelto a la normalidad.
La Información

El 23 de febrero de 1981 el general golpista Milans del Bosch decretó el último toque de queda que ha sido establecido en España. Lo hizo en la III Región Militar, en Valencia y por su cuenta y riesgo, sin aval del Gobierno. Un día después, el 24 de febrero, desactivado y fracasado el golpe de Estado comandado por Tejero y Milans, abría sus puertas, a modo de metáfora de liberación y celebración, la que puede considerarse primera gran discoteca moderna que existió en España y que se inspiró en el mítico Studio 54 neoyorquino: Joy Eslava, de la mano del empresario Pedro Trapote

Hoy, mientras el Ejecutivo de Sánchez estudia el instrumento jurídico necesario para poder decretar otro toque de queda en algunas regiones para luchar contra la pandemia de la Covid 19 (algunas regiones, como Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León o Navarra ya están implementando variaciones de esta decisión), los grandes templos de la noche madrileña, como el propio Joy Eslava, Teatro Barceló (antiguo Pachá), Kapital, Oh My Club, El Amante, la Sala Galileo, Velvet o Moondance están cerrados desde hace siete meses, con las pistas de baile vacías, las barras secas y sus equipos de música en silencio . "¿Si se decreta un toque de queda o algo parecido? Para nosotros será un poco lo mismo, nada cambiará apenas porque llevamos en toque de queda y proscritos desde el 12 de marzo", asegura Vicente Pizcueta, portavoz de Madrid Noche, la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno de la Comunidad de Madrid.

En 1980 se estrenó la película musical 'Can’t stop the music' (Que no pare la música) sobre el grupo estadounidense Village People; ahora, 40 años después, llegó el SARS CoV2 y mandó parar la música. "Quien ha mandado parar son los políticos que nos dirigen, criminalizando a todo un sector y haciéndonos poco menos que responsables de los contagios cuando está demostrado que eso es falso. La prueba: llevamos cerrados siete meses y los contagios aumentan y siguen produciéndose. Es materialmente imposible que seamos el germen de los contagios porque estamos cerrados. Nadie se puede contagiar en las discotecas, pubs, bares musicales o salas de conciertos porque están cerrados. No tenemos, la mayoría, actividad desde marzo", denuncian desde Madrid Noche. A la vez que advierten: está en grave peligro de desaparición un sector que supone el 1,8% del PIB español, con cerca de 20.000 empresas, unos 20.0000 millones de facturación y que da empleo a más de 200.000 personas. "La caída de la facturación del ocio nocturno en toda España entre marzo y septiembre, es de un 84,52% lo que supone unas pérdidas, este año 2020, de 12.600 millones de euros".

Según el estudio llevado a cabo por España de Noche (Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos), los gastos fijos mensuales a los que las empresas del sector tienen que hacer frente, teniendo en cuenta los costes de salarios, las cotizaciones sociales, los créditos y préstamos pendientes de amortización, el alquiler de los locales, las tasas municipales y los suministros, entre otros, oscila en los pubs y bares musicales entre los 5.000 y 7.500 euros, y en el caso de las discotecas y salas de conciertos entre los 17.500 y 25.000 euros.

Más concretamente, en relación al precio del alquiler, el coste fijo más importante para los locales de ocio, supone un pago de una media de 5.800 euros al mes para los bares musicales, en el caso de las discotecas sube a los 9.600 euros y en el de los bares de copas es de 2.400 euros. Pero las pérdidas, cuentan en el sector, son todavía mayores si se trata de las grandes discotecas de la capital, cuyos alquileres pueden situarse en los 30.000 euros. Así, estos grandes templos paganos musicales pueden perder en la situación actual más de 100.000 euros al mes, según aseguran a La Información desde el propio sector. Otro dato relevante que arroja la radiografía de España de Noche es que, únicamente el 6,72% de los locales cuenta con un local en propiedad. De ahí, que, en estos momentos, el gasto global en alquileres del sector del ocio asciende a 50,4 millones de euros al mes.

Germán es uno de los responsables de una de esas salas míticas de la noche madrileña, la sala Galileo. "Estamos cerrados desde marzo y la gente nos pregunta: ‘¿Cómo está cerrado Galileo?’ Pues sí, no nos permiten abrir la puerta y tenemos que estar cerrados", sentencia. "Ahora, como una gracia del Ayuntamiento y la Comunidad para que algunos puedan mantener cierta actividad, nos dicen que podemos servir comidas, etc, pero... algunos sí que podrán tener su sala abierta con esto, pero no creo que muchos, nosotros desde luego no. No creo que vendan mucho porque una discoteca no está hecha para competir con un restaurante. Nosotros somos música y copas, no paella y vino. Nuestro negocio es otro".

Este propietario de Galileo, que cuenta con 12 empleados, todos en ERTE, pone el dedo en la llaga del porqué las grandes salas siguen cerradas a cal y canto: "A los pequeños locales, familiares, con poco personal, etc, quizás pueden estar abiertos, pero los grandes locales, con más aforo, más trabajadores -solo el Grupo Trapote, propietario de Joy Eslava y el Teatro Barceló cuenta con más de 200- y con todas las restricciones que hay de aforo, horarios, de medidas de seguridad e higiene, pues no nos es rentable abrir". Y antes de finalizar predice: "Ahora mismo soy escéptico de que podamos abrir en mucho tiempo, la verdad", y lanza una pregunta: "¿Por qué somos el único sector al que se nos prohíbe ejercer nuestra actividad? Estamos estigmatizados y es injusto totalmente. Si tenemos que cerrar a las once de la noche no nos compensa abrir. Solo pedimos que nos dejen trabajar".

Lo mismo pide, implora casi, Víctor Macías, de Oh My Club, uno de los locales de noche de moda en Madrid en los últimos años. Con un aforo de 1.400 personas y más de 100 trabajadores, Víctor se queja de que "a la noche se le cargue en sus espaldas con la culpa de todo". Oh My Club, en pleno distrito financiero de la capital, muy cerca de la Castellana y de las plazas de Castilla y de Cuzco, apenas ha podido abrir, desde marzo, 20 días en el verano, hasta que las nuevas restricciones obligaron a los rectores de la sala a cerrar el establecimiento. "Se guardaron las medidas de seguridad de higiene obligatorias, la distancia entre personas, el horario de cierre.... Es más, nosotros podemos trabajar hasta con el 30% del aforo. Con un aforo de 400-500 personas nosotros podemos abrir, pero que nos dejen. Las discotecas y locales nocturnos hemos sido demonizados cuando se ha demostrado que los contagios se dan en otros ámbitos mucho más que en nuestros locales. Si dejan morir la noche madrileña, mejor dicho, la matan, habrá un grave problema social y económico. Aquí trabajamos personas, hay mucha actividad en torno a la noche y no es de recibo que nos impongan el cierre total. Pero, repito, es lo fácil... La noche siempre tiene la culpa de todo o al menos algunos se la echan".

Isidoro regenta desde hace cinco años un bar de copas, el TBC, en una de las zonas emblemáticas de la noche madrileña, la calle de las Huertas. El bar se había convertido en los últimos años en otro de los locales de moda de la capital, pero "ahora la situación es pésima", advierte. "Llevamos siete meses con este tema y sólo se nos ha dejado abrir mes y medio, en verano, que son los peores meses para el centro de Madrid, sin turistas y con los madrileños yéndose fuera los fines de semana". Luego "nos obligaron a cerrar y ahora nos permiten abrir, pero como restaurante, con horario hasta las 23.00... Nosotros no somos un restaurante. Somos un bar de copas, no estamos preparados para ser un restaurante. Mi modelo de negocio es bueno porque el bar funcionaba, pero no puedo competir con un restaurante". El TBC es un local pequeño. "A nosotros, a nivel de empleados, tenemos poco problema. Nuestro principal problema es el alquiler. Estamos teniendo que negociar con el propietario, hemos llegado a un semiacuerdo, pero tener que pagar algo de alquiler, aunque sea poco, sin el local abierto y con ingresos cero, es imposible. Es insostenible. Abrir como restaurante, aunque sea sirviendo cosas frías, hasta las 23.00 tampoco es posible porque mi público viene aquí a partir de las 22.00 y si me hacen cerrar a las 23.00 o a las 24.00..." Isidoro apunta además que "el cierre del ocio nocturno no sólo afecta al propio sector sino que afecta a otros muchos como personal de seguridad, DJs, técnicos de sonido e iluminación, camareros, cocteleros, distribuidores de bebidas, transportistas... El problema es muy serio".

Desde Noche Madrid nos ponían un ejemplo muy claro de lo que sucede con las restricciones: "Los locales grandes no pueden abrir porque tienen grandes gastos de personal, material... Y casi ni minimizan pérdidas por poder abrir unas pocas horas... Y casi de día. Los pequeños locales son otra cosa. Uno de nuestros asociados, del barrio de Moratalaz, me decía: si tengo el local cerrado pierdo 6.000 euros al mes, si lo abro, aunque sea con limitaciones, pierdo sólo 2.000". 

Una situación similar a la del TBC o la de éste pub de Moratalaz la vive otro de los pequeños templos del rock and roll y el blues de la noche madrileña: El Fígaro, de la calle Amnistía, a pocos metros del Teatro Real. También se ha tenido de reconvertir en ‘restaurante’ de rock and roll y tapas de cacahuetes y patatas fritas. "Ahora me dicen, me autorizan, a abrir hasta las 24.00, algo es algo", cuenta Jesús, su propietario, "pero sigue siendo una ruina y mi familia y yo tenemos que comer". "Nos criminalizan y aquí, en mi bar, el poco tiempo que he podido estar abierto desde marzo, no se ha contagiado nadie".

El portavoz de España de Noche y Noche Madrid insiste en que "somos un sector responsable y los irresponsables que han podido cometer desmanes con algún vídeo que se ha hecho viral en verano son los menos. Sólo pedimos que se nos deje trabajar porque, además, somos una parte muy importante de la Marca España y vitales para la economía de este país". Por ello, el sector pone sobre la mesa la necesidad de que se implemente una especie de ‘Plan de rescate’ que pasaría por la ampliación de los ERTE, "ya que lo que está actualmente en vigor no es suficiente. Ahora es imprescindible, y así lo exigimos, ampliar los plazos de pago de impuestos, empezando por el del IVA del tercer trimestre, el retraso del calendario de devolución de los créditos del ICO hasta 3 años y, particularmente, la definición de quitas y sistemas de mediación extrajudicial para la negociación definitiva de los alquileres". 

De la misma forma, España de Noche reclama que "el Gobierno inicie ya un plan de reactivación y recuperación de la economía, dado que el tejido empresarial del país, y en nuestro caso el del ocio, no puede afrontar las continuas restricciones y los vaivenes, marcados por la emergencia sanitaria, sin que haya un protocolo económico definido para afrontar la crítica situación a la que se enfrenta uno de los sectores empresariales más castigados durante la pandemia".

El sector "no puede más" y "dada la alarmante situación", España de Noche ha convocado para la próxima semana la ‘Cumbre Empresarial del Sector del Ocio y los Espectáculos’ con las asociaciones de las 17 CCAA. En ella, "se definirá un calendario de negociación con la administración y otro de movilizaciones y protestas, que se extenderán a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, para denunciar la inacción de la mayoría de las comunidades autónomas y del Gobierno central a la hora de abordar planes estructurales que eviten y frenen la desaparición del sector". La España de noche se echa a la calle, aunque sea de día porque "entre la Covid-19 y las decisiones de nuestro dirigentes han matado la noche".

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