Una testigo de la agresión de La Manada de Manresa: "La querían tirar a un río"

Tres de los siete acusados de la violación múltiple de una menor en Manresa (Barcelona)
Tres de los siete acusados de la violación múltiple de una menor en Manresa (Barcelona)
EFE

La testigo principal en el juicio de la agresión de La Manada de Manresa ha asegurado que, después de la violación múltiple a la menor, "los acusados querían tirarla a un río". La mujer, amiga de la víctima, ha relatado que encontró a la menor en el momento de los hechos y que uno de los agresores la amenazó con una pistola.

En la Sección 22 de la Audiencia de Barcelona, esta testigo, que acudió junto a la víctima a la fiesta donde ocurrieron los hechos, ha corroborado la violación por turnos y en grupo a la menor y ha indicado, entre llantos, que tras consumarlo tuvo que convencer a los acusados de que la dejaran ir: "Les tuve que decir que me la llevaba, la duchaba y le daba una pastilla porque la querían tirar a un río".

Durante toda la declaración de esta testigo, los acusados, que estaban detrás de un biombo que la protegía, han hecho gestos y comentarios a su testimonio, sin que los viera el tribunal, lo que ha generado indignación en los familiares.

La testigo ha declarado que los hechos ocurrieron durante una fiesta en una fábrica abandonada el 29 de octubre de 2016, en la que había varios amigos y conocidos, y que transcurría en dos casetas. En la primera caseta había una mesa con bebidas alcohólicas y un sofá, y era donde había música y estaba la mayoría de asistentes, primero solo menores y después también el grupo de los acusados, mayores de edad.

Según ha relatado esta testigo, la víctima se fue con uno de los acusados, Bryan Andrés M.C. voluntariamente a la otra caseta y una hora después regresó a la fiesta solo él, le enseñó un reloj y le dijo: "Mira, 15 minutos cada uno". Según ella, Bryan Andrés M.C. mandó a sus amigos a la otra caseta para mantener relaciones sexuales con ella y fue quien lo organizó todo, mientras que la víctima "no podía ni andar" debido a su estado de embriaguez.

"Estaba cagada y todavía lo estoy"

Cuando esta testigo acudió a la caseta a ver qué pasaba, vio "claramente" a su amiga en el suelo, encima de ella a otro de los acusados, Maikel P.T. penetrándola y, como todos los otros acusados estaban con los pantalones bajados algunos de ellos masturbándose, pidió ayuda para sacarla de allí.

Ha asegurado que Marco Antonio R.T. tenía una pistola y que se la puso en la boca diciéndole que no contara nada de lo que había pasado y que sabía qué camino cogían sus hermanas pequeñas para ir a la escuela.

Esta testigo ha explicado que hizo dos declaraciones falsas durante el procedimiento porque "estaba cagada y todavía lo estoy", y que llegó a estar amenazada.

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