Thatcher se planteó "armar a la policía" por los disturbios de 1981

  • La ex primera ministra británica Margaret Thatcher llegó a plantearse "armar a la policía" para hacer frente a los graves disturbios registrados en Inglaterra en 1981, según se desprende de unos documentos del Archivo Nacional divulgados hoy.

Londres, 30 dic.- La ex primera ministra británica Margaret Thatcher llegó a plantearse "armar a la policía" para hacer frente a los graves disturbios registrados en Inglaterra en 1981, según se desprende de unos documentos del Archivo Nacional divulgados hoy.

Según el historiador Lord Hennessey, especialista en historia contemporánea, los altercados que sacudieron este país ese año fueron los peores desde 1919 y no tuvieron parangón, en cuanto a su magnitud, hasta que se produjeron nuevos disturbios en Inglaterra el pasado verano.

Pese a que existen muchas diferencias entre lo ocurrido el pasado agosto en Londres y otras ciudades inglesas y los disturbios de 1981, también se dan entre ellos similitudes "asombrosas", según indica hoy ese experto a la BBC.

Entre otros datos, los informes divulgados por el Archivo Nacional, siguiendo la regla de los 30 años que establece que en el Reino Unido, Irlanda y Australia los documentos oficiales se dan a conocer públicamente tres décadas después de su creación, aportan información sobre la respuesta dada por Thatcher a los sucesos.

En uno de esos documentos del Ministerio de Interior, de abril de 1981, se advierte a la entonces primera ministra británica de la probabilidad de que pudieran producirse "desórdenes espontáneos" entre las comunidades de minoría étnica del país.

Durante ese mes hubo disturbios que duraron varios días en el barrio londinense de Brixton, en el sur de la ciudad, y la tensión era palpable entre la policía y algunas comunidades.

La televisión mostraba imágenes de personas arrojando ladrillos y botellas a los agentes ataviados con cascos y sus uniformes habituales.

Los disturbios se propagaron a Toxteth, en Liverpool, el 3 de julio de ese año, antes de desencadenarse en otras ciudades.

Como ocurrió el pasado verano, los agentes tuvieron problemas para controlar las calles y se culpó a los medios de comunicación de contribuir a que los altercados se expandieran.

Los documentos desclasificados aportan información sobre la postura adoptada por Thatcher ante la situación, según Hennessy.

Por ejemplo, la ex jefa de Gobierno habló en la mañana del 11 de julio de 1981 con su entonces ministro de Interior, Willie Whitelaw, quien acababa de visitar Liverpool y Manchester y le comunicó el ambiente de "ansiedad" de esas ciudades tras lo ocurrido en Londres, donde se quemaron vehículos y se atacó, entre otros incidentes, la comisaría del barrio de Stoke Newington.

Thatcher y Whitelaw hablaron sobre cómo proporcionar un mejor equipamiento a la policía y abordaron brevemente la posibilidad de enviar tropas para combatir los disturbios.

Ambos políticos descartaron finalmente recurrir al Ejército y Thatcher indicó que antes se plantearía armar a los agentes policiales, que ejercían su labor sin armas.

Esa misma noche, Thatcher visitó las dependencias de la Policía Metropolitana, donde pasó siete horas departiendo con el comisario jefe para marcharse de la comisaría a las 3 de la madrugada.

Por otro lado, los documentos desclasificados también desvelan información sobre otras gestiones del Gobierno de Thatcher.

En otro informe, por ejemplo, se muestra cómo a menos de un año de la invasión británica de las Islas Malvinas, en 1982, Thatcher fue acusada de "desmantelar" a la Armada británica con los fuertes recortes planeados por su Ejecutivo en materia de defensa, lo que dejaría supuestamente a las tropas británicas peligrosamente expuestas.

Los documentos revelan las diferentes entre la primera ministra y el almirante Henry Leach, entonces responsable de la Armada británica, quien acusó a Thatcher de realizar una "devastación desequilibrada" de las fuerzas armadas del país.

Entre otras cosas, Leach reprochó a Thatcher los recortes diseñados por su Ejecutivo que, según él, "perjudicarían la seguridad nacional" británica.

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