Thomas Melle retrata la precariedad social en Alemania en "3000 euros"

  • El escritor alemán Thomas Melle fue definido tras la publicación de su primera novela, "Sickster" (2011), como alguien que describía la grietas sociales antes de que estas se hicieran evidentes. Una etiqueta que refuerza ahora con su segunda publicación.

Rodrigo Zuleta

Berlín, 6 sep.- El escritor alemán Thomas Melle fue definido tras la publicación de su primera novela, "Sickster" (2011), como alguien que describía la grietas sociales antes de que estas se hicieran evidentes. Una etiqueta que refuerza ahora con su segunda publicación.

Con "3000 euros", su nueva obra, Melle ha seguido por ese camino contando una historia de amor ambientada en la parte baja de la sociedad germana que está entre las veinte obras aspirantes al premio a la mejor novela del año en lengua alemana.

Los protagonistas, Anton y Sabine, tienen biografías distintas. Anton ha caído en la precariedad en buena parte por su culpa. La historia insinúa que hubiera podido, si su vida no se hubiera desviado en determinado momento, estar en la parte alta de la pirámide social.

De alguna manera, el fracaso de Anton es un fracaso que recuerda una sociedad alemana que ya no existe, en la que se pensaba que aquel que no lograba una vida estable, en un estado social casi sin grietas, había sido el arquitecto de su destino.

A veces, incluso, sus intentos por conectarse con su antigua vida hacen que la novela recuerde a "Opiniones de un payaso", de Heinrich Böll.

A Sabine, en cambio, le resulta difícil imaginarse una biografía distinta de la que ha tenido. Trabaja pero a duras penas puede vivir de su sueldo, como le ocurre a muchas personas actualmente en Alemania y cuya precariedad preocupa especialmente a los sindicatos del país.

"Hay una persona ahí aunque no lo parezca", dice la primera frase de la novela para luego proceder a la descripción de un hombre que ha pasado la noche en la calle y que está volviendo a la realidad de unos sueños en los que su vida hubiera podido ser diferente.

Anton, el personaje que se despierta en la calle al comienzo de la novela, es de familia obrera, tuvo éxito en su época de colegio y fue durante un tiempo un destacado estudiante de Derecho hasta a mitad de carrera.

Después, no se sabe bien qué ocurrió. Se habla de fiestas excesivas, de alcohol y de drogas pero no se precisa en que momento entró en un despeñadero que lo llevaría a convertirse en un caso social sin esperanza.

Uno de sus problemas centrales es una deuda de 3.000 euros (3.800 dólares), que al cabo del tiempo ha terminado inflándose. Además, tiene un proceso pendiente contra el Deutsche Bank que ha desplegado contra él toda su artillería jurídica. Ante el tribunal es defendido por antiguos compañeros que lo ven con más lástima que solidaridad.

El otro eje de la novela es Sabine, madre soltera, cajera en un supermercado a quien, la necesidad de ganar más dinero, la ha llevado a participar en una película porno lo que le hace temer permanentemente que muchos clientes la reconozcan.

El honorario por su papel porno, justamente 3.000 euros, tarda en llegar a su cuenta. Las vidas de los dos personajes terminan encontrándose, por poco tiempo, en una relación que para Anton parece, el lector queda con la duda, como una despedida del mundo.

"Todo mejora menos yo", reflexiona Anton al visitar su antigua universidad en la que observa desde fuera el comedor estudiantil.

Los dos se ven por primera vez en el supermercado, donde Anton va con frecuencia para cobrar el depósito de botellas que recoge por la calle. Sabine siente que Anton tiene maneras demasiado elegantes para ser un vagabundo aunque tiene toda la pinta de serlo.

Hay un momento en que, después de que Anton pierde el juicio contra el Deutsche Bank, Sabine, que ha ido al tribunal, se acerca a él y lo abraza.

Los viejos compañeros abogados que han defendido a Anton se sorprenden y se dicen que su antiguo compañero ha perdido la noción de las clases sociales. Anton, por su parte, se dice que ya no está en ninguna parte de la sociedad. No llegó a la clase alta y ha perdido el contacto con la clase trabajadora de donde procedía.

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