Renovación en marcha

Feijóo se prepara para marcar de cerca a Vox y rascar los votos que deje Sánchez

Mientras Casado se mantiene al frente para que la crisis del PP no parezca una escabechina, sin entender qué ha hecho mal para terminar cargando con este suplicio, la popularidad del líder gallego va en aumento.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, interviene en la gala del 5º aniversario del Foro Empresa Pontevedra, en el hotel Galicia Palace, a 22 de febrero de 2022, en Pontevedra, Galicia (España). El Foro Empresa de Pontevedra está formado por un grupo de empresarios con el fin de aunar esfuerzos y encauzar iniciativas que puedan contribuir al desarrollo económico-social de Pontevedra y su comarca. Feijoo se perfila como la alternativa para la continuación del PP en el marco de la crisis interna a consecuencia de la guerra abierta entre el presidente del Partido Popular y la presidenta de la Comunidad de Madrid. FEIJOO PONTEVEDRA César Arxina / Europa Press 22/2/2022
Todos los caminos llevan a Feijóo: entre la prudencia y el arte para saber esperar
ARXINA

Todo está decidido: Alberto Núñez Feijóo será elegido nuevo presidente nacional del Partido Popular, pero sin prisas y marcando bien los tiempos que estipulan los estatutos. Todo ello sucederá cuando se celebre el día 2-3 de abril, probablemente en Sevilla para reforzar a Juanma Moreno en ciernes electorales, y ante un Congreso extraordinario que finiquite a Pablo Casado, y facilite que los compromisarios entronicen por mayoría y sin competencias al nuevo líder del centroderecha español.

El aún presidente en funciones del PP, que se mantiene en su puesto para que el cambio sea menos traumático para él y para el partido en general, y para que no parezca una escabechina 'in misericordie', sigue sin tener una clara respuesta a sus lamentos, ni entender qué ha hecho mal para terminar cargando con este suplicio. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Quizá estén ahí, en su propia retórica, los motivos que le llevan a no entender sus múltiples errores, dentro y fuera del partido.

Ahora hay que dar paso al 'nuevo' PP, bastante distinto del actual, al menos eso esperan muchos; y que además engancha a sus afiliados mucho más que el PP que había hasta hace pocos días, y que lideraban Casado y García Egea, con mano férrea pero sin tacto político, ni sutileza en las formas. Como diría un italiano: “Manca finezza”. Sin embargo, y aunque las comparaciones sean odiosas, fuentes cercanas a Génova ven un gesto de los barones del partido, principalmente de Feijóo y Moreno Bonilla, para darle al circunstancial “presidente en funciones” una salida digna al estilo de Mariano Rajoy, que también tuvo que irse por la puerta falsa, tras recibir una moción de censura encabezada por Pedro Sánchez.

En la reunión del miércoles en la que se citaron a última hora de la tarde, con la idea de aclarar las cosas y analizar el futuro del partido, Casado aceptó su dimisión 'en diferido' (con un mes de transición), y apoyando la decisión que ya había anunciado el martes en el Congreso; pero hubo sus más y sus menos para definir el futuro y marcar los tiempos del cambio. También hubo algunas filtraciones inoportunas a los periodistas y se obligó a que los presentes dejaran sus móviles encima de la mesa para evitar comentarios en medio de una reunión fundamental, en la que debía respetarse la oportunidad de que todos los afectados hablaran sin miedo antes de que se enteraran los medios de comunicación.

Feijóo no renunciará a captar también a los votantes defraudados por las políticas de Sánchez

El siguiente paso de este embrollo político que necesita clarificarse para que los errores y las heridas supuren bien y lo antes posible, es que la Junta Directiva Nacional de este 1 de marzo convoque el Congreso extraordinario y poder montar así la organización del mismo, pilotada por personas de la confianza del PP y del propio Núñez Feijóo, como es el caso del hombre elegido para ello, Esteban González Pons, eurodiputado y viejo miembro de la calle Génova, curtido en mil batallas y que conoce a la perfección lo que precisa en estos momentos un Partido Popular en horas convulsas y con ganas de recuperar el norte. Algunos veteranos como García Margallo, incluso ven a Pons como secretario general, pero eso son todavía especulaciones subidas de tono y es importante no precipitarse.

La prudencia sibilina de Núñez Feijóo sigue maquinando ahora más que nunca. El presidente de Galicia no esperaba hace una semana que las cosas en su partido se precipitaran de este modo, convirtiéndole a él en protagonista ocasional de esta historia. Pero tampoco se puede afirmar que al político gallego le cogiera por sorpresa la situación, él sabía, como la mayoría de barones, que el partido en Génova no funciona correctamente aunque fuera renqueando y en algunas encuestas los datos parecieran aceptables -principalmente por los errores de Sánchez-, y se ganaran por la mínima elecciones, como las de Castilla y León, en las que sólo se consiguió rascar 2 diputados más de los que tenía Ciudadanos, siendo Vox quien se llevó el gran pastel.

Así las cosas en el PP, Feijóo ha visto que ha llegado la hora de la verdad y que no puede decepcionar a su partido, que por amplia mayoría le pide que se presente como presidente nacional, con el apoyo de todos los barones, incluida Isabel Díaz Ayuso, peso pesado de esta historia rocambolesca, y que ella misma ha bendecido con su respaldo público al nuevo líder popular. El final de esta película con mucho suspense está aún por resolver, aunque ha sido anunciado en muchas de sus partes principales, necesita fijar su estructura y a los personajes implicados, sobre todo Feijóo y su nuevo equipo de “actores”, entre los que destacan: Francisco Conde, Mar Sánchez, Rosa Quintana, Alfonso Rueda, Pedro Puy, Marta Varela, Marcos Gómez y Celso Delgado, entre otros.

A pesar de las grandes heridas, muchos creen que el PP pueda salir reforzado de esta crisis si consigue solventar con rapidez y eficacia el nuevo liderazgo. El hombre indicado por todos es Alberto Núñez Feijóo, y si lo eligen pueden conseguir un candidato mejor que el que tenían hasta hace cuatro días con Casado y Egea. Si además consiguen unir al partido y no dividirlo más, logrando que exista una organización clara y bien dirigida, y no enfrentada por batallas personales, habrán alcanzado un paso hacia un éxito que no parece tan imposible de lograr; si además Feijóo consigue conectar bien, como ha hecho en ocasiones, con los medios de comunicación.

Veremos cómo reacciona Núñez Feijóo cuando la izquierda le advierta y le amenace de que él no puede pactar con la derecha extrema de Vox

En lo que se refiere al papel político que puede desplegar el 'nuevo' presidente del PP, este se verá condicionado por la incidencia de un Vox crecido que habrá que ver cómo reacciona y actúa con el tiempo. De poco le servirá al líder gallego presumir de que en su región ha conseguido desterrar a Vox, Ciudadanos o Podemos, evitando que ganen ni un solo voto, si luego no sabe darles réplica en este nuevo tablero político; los éxitos en formato España son y serán distintos, pero no estarán exentos de emoción al comprobar cómo funciona el nuevo presidente del PP con sus posibles “aliados”, principalmente los verdes.

Feijóo no renunciará a captar también a los votantes defraudados por las políticas de Sánchez, que no son pocos, sin olvidar a los empobrecidos ciudadanos que durante estos años ven como cae en picado su poder adquisitivo, o los que no aceptan los pactos del Gobierno con independentistas -ERC-, filoterroristas -Bildu-, o los propios socios de coalición, Podemos. Veremos cómo reacciona Núñez Feijóo cuando la izquierda le advierta y le amenace de que él no puede pactar con la derecha extrema de Vox, mientras el PSOE pacta sin pudor y sin escrúpulos con la izquierda extrema de Podemos, Bildu, comunistas, etc. Por muchas meigas que se lleve de Galicia, Núñez Feijóo no podrá cambiar la realidad nacional ni olvidar que, al menos durante un tiempo, está condenado a pactar con Vox, diga lo que diga la izquierda. Circunstancia compleja -aunque interesante-, que exigirá que funcione a la perfección toda la “magia” gallega del nuevo "Harry Potter Feijóo” del PP. 

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