Tony Benn, el carismático líder de la izquierda británica

  • El exministro laborista Tony Benn, fallecido hoy a los 88 años, fue el carismático líder de la izquierda británica, con un discurso incisivo y cercano que le convirtió en uno de los políticos más populares del Reino Unido.

Judith Mora

Londres, 14 mar.- El exministro laborista Tony Benn, fallecido hoy a los 88 años, fue el carismático líder de la izquierda británica, con un discurso incisivo y cercano que le convirtió en uno de los políticos más populares del Reino Unido.

Miembro histórico del Partido Laborista, inició en 1950 su carrera parlamentaria y la dejó en 2001 "para dedicarse a la política", lo que hizo hasta el final tomando parte en protestas y promoviendo campañas en defensa del Estado del bienestar y contra las "guerras imperialistas".

Tras abandonar la Cámara de los Comunes -que le concedió el privilegio de seguir usando la biblioteca-, en 2001 se convirtió en presidente de la "Coalición Parad la Guerra", que en 2003 encabezó la mayor manifestación de la historia de este país contra las invasiones de Irak y Afganistán.

En sus últimos años de política de a pie, impulsó sus ideas socialdemócratas, a favor de la nacionalización de industrias clave y contra el neoliberalismo, en diferentes foros, incluido el festival de música de Glastonbury, donde en 2002 inauguró el "Escenario de la izquierda".

Respetado y admirado incluso por sus rivales, Benn fue elegido varias veces el político más popular del Reino Unido en encuestas de la BBC y "Newstateman" y, además de ostentar el récord de 50 años de carrera parlamentaria, es el único político británico que viró a la izquierda tras haber sido ministro.

Anthony Neil Wedgwood, que insistía en ser llamado Tony Benn, nació en Londres el 3 de abril de 1925 en una familia acomodada en la que su padre y sus abuelos habían sido políticos, primero en el Partido Liberal y luego en el Laborista.

Su madre, Margaret, fue una teóloga feminista que defendió la ordenación de mujeres y ejerció una gran influencia en su hijo, agnóstico, por su visión igualitaria de la Biblia.

Tras servir como piloto en la segunda Guerra Mundial -como su padre y su hermano, Michael, que murió en la contienda-, fue elegido en 1947 presidente del sindicato de estudiantes de la universidad de Oxford, donde estudió Filosofía, Política y Economía.

En 1949 conoció en esa ciudad a la que sería su esposa, la pedagoga estadounidense Caroline Middleton, a quien se declaró en un banco municipal que posteriormente compró para instalar en el jardín de su casa de Londres.

Tony y Caroline, que murió de cáncer en 2000, a los 74 años, tuvieron cuatro hijos, Stephen, Hilary, Melissa y Joshua, el segundo de los cuales ha sido también ministro laborista, lo que convierte a la familia Benn en la única donde tres generaciones han formado parte del gabinete de Gobierno.

A la muerte de su padre en 1960, Benn llevó a cabo una campaña para poder renunciar al título de vizconde que había heredado de él -nombrado lord por el primer ministro conservador Winston Churchill por falta de laboristas-, lo que desembocó en 1963 en una ley que permitía renegar de esos títulos.

A su regreso a la Cámara de los Comunes -algo que le impedía hacer el ser lord- y tras ser presidente del Partido Laborista, en 1974 se convirtió en ministro de Industria con el Gobierno de Harold Wilson, que le traspasó a la cartera de Energía en 1975, la cual conservó hasta 1979, bajo el mandato de James Callaghan.

Durante sus años en el Gobierno -primero como secretario de Estado-, Benn mejoró las condiciones en las industrias nacionales y supervisó el desarrollo del Concorde, pero fue en los años 80, en la oposición, cuando giró más radicalmente a la izquierda, influido por su experiencia gubernamental de presiones de los poderes fácticos de la clase dominante, como la banca, la elite política y la prensa.

Como líder de un movimiento izquierdista dentro del Laborismo, y con la experiencia de la crisis de la libra de 1976, abogó porque el Reino Unido se convirtiera en una "democracia industrial", con un modelo económico autosuficiente y fuera de la unión económica europea.

Benn era partidario de la unificación de Irlanda y se opuso a la guerra de las Malvinas, auspiciada en 1982 por el Gobierno de la primera ministra conservadora Margaret Thatcher.

En 1984-85 apoyó la huelga de los mineros que dividió a este país y se zanjó con la victoria del Gobierno de Thatcher y el cierre de la industria nacional del carbón.

Tras varios intentos fallidos por ser líder del Partido Laborista, en 1991 planteó infructuosamente una legislación para convertir la Commowealth (mancomunidad de excolonias y protectorados británicos) en una república federal y secular.

Durante la última década, Benn, que padecía del corazón, participaba en debates y protagonizaba giras anuales en las que el público podía hacerle preguntas, hasta que en 2012 tuvo un ictus que progresivamente llevó al deterioro de su salud.

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