Trabajadores de la fábrica de armas de A Coruña: "Vamos a salir de ésta"

  • Los casi 180 trabajadores de la fábrica de armas de A Coruña no se rinden en su batalla. Llevan semanas saliendo a la calle y piensan seguir haciéndolo: "Vamos a seguir luchando hasta el final y a salir de ésta", asegura el presidente del comité de empresa, Roberto Teijido.

Pablo L. Orosa

A Coruña, 30 mar.- Los casi 180 trabajadores de la fábrica de armas de A Coruña no se rinden en su batalla. Llevan semanas saliendo a la calle y piensan seguir haciéndolo: "Vamos a seguir luchando hasta el final y a salir de ésta", asegura el presidente del comité de empresa, Roberto Teijido.

"Desde que entré a trabajar en la fábrica de armas es la tercera o la cuarta vez que nos quieren cerrar", recuerda en declaraciones a EFE José Ramón González Patiño, uno de los trabajadores más veteranos de la factoría a la que entró a trabajar en el 76.

Entonces la emblemática fábrica tenía 600 empleados y era ya uno de los referentes de la industria en Galicia.

Pese a contar con la tecnología más avanzada y personal especializado, la fábrica de armas de A Coruña ha convivido durante décadas con la amenaza del cierre.

"En el 95 estuvimos encerrados más de 300 días por lo mismo", rememora Patiño, quien está seguro del futuro de la factoría: "vamos a salir de ésta", asegura.

Ese ansiado horizonte pasa por la diversificación de la producción al ámbito civil.

La fábrica cuenta con tecnología para hacer mecanizados de alta precisión lo que le abriría las puertas a trabajar en la industria aeronáutica o eólica.

"El problema es que no nos dejan", señala Patiño a EFE mientras espera a que arranque una nueva manifestación.

Los trabajadores piden la intervención de la Xunta y del Ministerio de Defensa para garantizar la supervivencia de la factoría de la que dependen más de un centenar de familias.

Rubén Boado es uno de los que está pendiente del futuro de la empresa. Él es el trabajador más joven de la fábrica, a la que llegó hace 6 años tras completar su formación en producción de mecanizados.

"No es una situación lógica", asegura. La factoría tiene trabajo y cuenta con la tecnología suficiente para diversificar la producción, explica.

Por ello, por su mente no pasa otra cosa que no sea seguir trabajando en la fábrica de armas. "Al cien por ciento pienso en mi futuro en la fábrica", afirma.

Los más veteranos, como Patiño, le alientan. "No tiene sentido lo que quieren hacer", repite. Son los trabajadores más antiguos los que llevan semanas encabezando las movilizaciones, como ya hicieron en el pasado.

No tienen previsto parar. "Vamos a salir de ésta", insiste Patiño.

En las últimas semanas, las movilizaciones, incluidos encierros, paros y manifestaciones, han sido constantes en A Coruña y han contado con el respaldado de todos los grupos políticos de la corporación municipal.

En total, el ERE supondrá el despido de 600 trabajadores, 93 menos de los anunciados inicialmente, en las instalaciones de la empresa en Trubia (Oviedo), Granada, Sevilla y Madrid.

La compañía pagará a los trabajadores que sean despedidos 25 días de salario por año trabajado con un tope de 14 mensualidades para las extinciones forzosas y hasta 30 días por año con un tope de 24 para las adscripciones voluntarias.

El ERE contempla, además, la posibilidad de prejubilaciones para los empleados con una antigüedad mínima de 15 años y edades comprendidas entre los 56 y 60 años.

La empresa armamentística plantea ampliar hasta 12 meses las ayudas y asistencia para la reinserción laboral de los trabajadores que se adhieran voluntariamente al ERE.

Santa Bárbara, cuya facturación en España procede en un 88 por ciento de encargos del Ministerio de Defensa, es propiedad de la estadounidense General Dynamics, que registró unas pérdidas de 332 millones de dólares, frente a los beneficios de 2.526 millones de 2011, ante el menor gasto en el sector a nivel internacional.

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