Tres años por casi matar a su mujer asfixiándola, tras 38 años de convivencia

  • Un hombre de 62 años ha aceptado tres años y medio de cárcel por haber tratado de asesinar a su esposa, con la que había convivido durante 38 años, a la que estranguló hasta el punto de que ésta perdió la consciencia y el agresor la dio por muerta.

Alicante, 13 sep.- Un hombre de 62 años ha aceptado tres años y medio de cárcel por haber tratado de asesinar a su esposa, con la que había convivido durante 38 años, a la que estranguló hasta el punto de que ésta perdió la consciencia y el agresor la dio por muerta.

El juicio no ha llegado a celebrarse en la Sección Primera de la Audiencia de Alicante porque ha habido una conformidad, por la que el procesado acepta la autoría de los hechos.

La fiscalía ha rebajado la petición de pena de los 7 años iniciales de internamiento a 3 años y medio de prisión, junto a cinco años más de alejamiento.

El condenado, Cipriano M.L., nacido en Murcia en junio de 1949, ha aceptado que a la 1 de la madrugada del 16 de octubre de 2010 en su domicilio familiar de Crevillent se acercó a su esposa, Dolores G.H., con la que no tiene hijos, cuando ésta se hallaba acostada en duermevela.

Sin mediar discusión alguna y de forma sorpresiva, le dijo "abre la boca que te voy a sacar una cucaracha", al tiempo que le introducía un pañuelo en la boca para que no gritara.

Con el ánimo de causarle la muerte, le cogió del cuello con fuerza y la sacó a rastras de la cama para, a empujones y tirándole del pelo, llevarla hasta el baño, donde cogió un cojín para asfixiarle mientras seguía presionando en el cuello.

A consecuencia de la agresión, la mujer llegó a perder el conocimiento, lo que hizo que el procesado pensara que estaba muerta y que telefoneara a sus hermanos para desvelarles el supuesto asesinato.

A su vez, estos familiares contactaron con la Guardia Civil, que se personó junto a la policía local en el domicilio para proceder al arresto.

Según la fiscalía, este hombre sufría en ese momento un trastorno adaptativo que, aunque no anulaba sus capacidades cognitivas, sí favoreció la aparición de la conducta agresiva.

La víctima sufrió lesiones que necesitaron de asistencia y que tardaron diez días en curarse.

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