Tribunal impone libertad vigilada a dirigente del régimen comunista polaco

  • Un tribunal de Varsovia condenó hoy a dos años de libertad vigilada a uno de los dirigentes de la Polonia comunista y a quien declaró responsable de la "ilegal" ley marcial de 1981, una medida que pretendía acabar con la oposición al régimen y que causó cerca de cien muertos.

Varsovia, 12 ene.- Un tribunal de Varsovia condenó hoy a dos años de libertad vigilada a uno de los dirigentes de la Polonia comunista y a quien declaró responsable de la "ilegal" ley marcial de 1981, una medida que pretendía acabar con la oposición al régimen y que causó cerca de cien muertos.

El general Czeslaw Kiszczak, de 86 años y quien en esa época era ministro de Interior, fue hallado culpable de pertenecer a una "organización criminal que en 1981 declaró ilegalmente la ley marcial en Polonia".

Asimsimo, el ex secretario general del comité central del Partido Comunista Polaco, Stanislaw Kania, de 84 años y quien también estaba acusado, fue absuelto por el tribunal.

El Instituto de Memoria Nacional, un organismo público encargado de la investigación de los crímenes cometidos durante el periodo comunista y de ocupación nazi en Polonia, anunció hoy que recurrirá la absolución de Kania.

Por su parte el máximo dirigente de aquel gobierno comunista y último responsable de la represión contra la población, el general Wojciech Jaruzelski, fue exento meses atrás del proceso judicial debido a su delicado estado de salud (padece un cáncer), y sólo si progresa favorablemente volverá a sentarse en el banquillo de los acusados.

Jaruzelski, de 88 años, ha reconocido en numerosas ocasiones la tragedia que causó la adopción de la ley marcial, que entre el 13 de diciembre de 1981 y el 22 de julio de 1983 restringió drásticamente los movimientos y forma de vida de los polacos, con miles de detenidos además de casi el centenar de muertos, muchos de ellos miembros del sindicato Solidaridad liderado por Lech Walesa.

El veterano militar califica la medida de "mal menor", y la justifica asegurando que sirvió para salvar a Polonia y evitar una intervención armada de la Unión Soviética, inquieta ante la gravedad que tomaban las revueltas populares contra el Gobierno comunista polaco.

Czeslaw Kiszczak, ausente hoy en el juzgado, aprovechó días atrás la última sesión del proceso contra él para pedir el sobreseimiento del caso.

Mientras un grupo de ciudadanos se concentraba hoy en la sala para pedir justicia para las víctimas de la ley marcial y exigir la condena de Jaruzelski, al que calificaron del "Pinochet polaco".

Aunque la policía desalojó a los manifestantes la sentencia se retrasó y fue finalmente dictada en una sala diferente a la inicialmente anunciada.

"Estoy orgulloso de lo que hice entonces", declaró Kania, quien al llegar al juzgado los manifestantes le recibieron con gritos de "asesino, asesino".

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