Triunfos de Santorum dan nuevo giro a la carrera electoral republicana

  • Los triunfos de hoy en los estados de Colorado, Minesota y Misuri relanzan las aspiraciones del ex senador Rick Santorum en la campaña de primarias republicanas, que registra así un nuevo cambio de rumbo y de favoritos.

Macarena Vidal

Washington, 8 feb.- Los triunfos de hoy en los estados de Colorado, Minesota y Misuri relanzan las aspiraciones del ex senador Rick Santorum en la campaña de primarias republicanas, que registra así un nuevo cambio de rumbo y de favoritos.

Santorum se impuso con comodidad en Minesota y Misuri -logró un 45 y un 52 por ciento respectivamente- y por un margen más estrecho en Colorado, un 40 por ciento frente al 35 por ciento de su inmediato seguidor, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.

Al anunciar el triunfo en su estado, el presidente del Partido Republicano en Colorado, Ryan Call, declaró a la cadena de televisión CNN que el ex senador "ha sorprendido a un montón de gente".

Efectivamente, pocos hubieran esperado un triunfo tan unánime en esta jornada de un candidato electoral al que muchos daban casi por desahuciado después de sus pobres resultados en las últimas citas electorales, en Carolina del Sur, Florida y Nevada.

Santorum había ganado la primera contienda del calendario de primarias, Iowa el 3 de enero, pero no había conseguido aprovechar el impulso recibido entonces.

Fue el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, quien en las citas siguientes acaparó el voto de los conservadores republicanos, una corriente que tiene un peso cada vez mayor dentro del partido y que parece dispuesta, visto lo visto hoy, a votar a cualquiera menos el gran favorito a priori en la carrera republicana, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.

Pero Gingrich, a la baja tras importantes reveses en Florida y Nevada a manos de Romney, estuvo desaparecido hoy en el mapa electoral.

En el caso de Misuri, la desaparición fue literal, pues su nombre ni siguiera figuraba en las papeletas.

Ahora, tras su triple victoria, Santorum, un devoto católico padre de siete hijos, se configura como una alternativa creíble en el campo conservador a Gingrich, y representa una amenaza inesperada al dominio de Romney en la carrera electoral cuando el ex gobernador se encontraba al alza y parecía a punto de sellar la candidatura.

En parte, su triunfo se debe al esfuerzo desplegado en estos estados, en los que optó por concentrarse mientras Romney y Gingrich se medían en Nevada.

Pero también representan una señal clara de advertencia a Romney acerca de las enormes suspicacias que su candidatura despierta entre los sectores más conservadores del partido.

En Colorado, por ejemplo, fueron estos los que acudieron a pronunciarse en los caucus, mientras que los republicanos de las áreas urbanas de Denver fueron mucho menos entusiastas a la hora de salir a votar.

El gran desafío para Santorum es ahora determinar si puede mantener ese impulso o si se revela un giro más en un camino a la candidatura republicana que se ha probado lleno de curvas de 180 grados y de cambios de sentido.

El revés de esta noche para el ex gobernador puede ser clave. Hace cuatro años, Romney había ganado con comodidad tanto en Colorado -entonces obtuvo el 60 por ciento de los votos en ese estado- como en Minesota.

Pero Romney lleva una enorme ventaja sobre el ex senador en cuanto a fondos y a organización.

No obstante, analistas como el ex portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer predicen que "a partir de mañana, el dinero empezará a fluir para Santorum".

Los candidatos disponen ahora de tres semanas para reorganizarse, una vez que el sábado se den a conocer los resultados de los caucus del pequeño estado de Maine, que comenzaron el pasado sábado.

La próxima gran cita tendrá lugar el próximo 28, cuando acudirán a las urnas los estados de Arizona y Michigan, ambos considerados clave en las elecciones de noviembre.

Y una semana después, el 6 de marzo, llegará el "súper martes", la jornada electoral en la que acudirán a las urnas diez estados y estarán en juego 563 delegados, casi la mitad de los necesarios para que un aspirante pueda garantizarse la candidatura, 1.144.

Ese día puede quedar todo decidido en la carrera republicana. O, si continúa la pauta establecida hasta ahora, quizás no.

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