A través de la embajada en España

Trump traslada a Sánchez una lista de agravios y la relación económica se enfría

Pedro Sánchez ha esquivado la presencia de Donald Trump en Davos.
Pedro Sánchez ha esquivado la presencia de Donald Trump en Davos.

La relación de Pedro Sánchez y Donald Trump se está complicando tras el 'impeachment' en el Senado superado de forma satisfactoria por el presidente de Estados Unidos. La embajada en Madrid, dirigida por el amigo personal del inquilino de la Casa Blanca, Duke Buchan, ha transmitido al Gobierno de coalición una completa lista de agravios que la administración norteamericana considera que no deberían producirse entre dos países considerados aliados preferentes por ambas partes. Todo ello, además, se produce en plena negociación para renovar y ampliar las bases estadounidenses en Andalucía y con un sector agrario español molesto con los aranceles que están sufriendo al cruzar el Atlántico.

Trump decide, el Departamento de Estado de Mike Pompeo transmite y la embajada ubicada en la madrileña calle Serrano actúa. La cadena de mando de la administración estadounidense ha hecho llegar al Gobierno español de forma directa y por varias vías su clara oposición a algunas decisiones tomadas en Moncloa, indican fuentes diplomáticas y económicas cercanas a los funcionarios americanos destinados en la capital. Hay varias vías de agua abiertas entre Madrid y Washington en un momento especialmente sensible. Todo ello ya está en conocimiento de las ministras de Exteriores y Defensa, Arancha González-Laya y Margarita Robles (que recibieron el embajador la semana pasada), y de la propia Presidencia del Gobierno de Sánchez.

Primera afrenta catalogada por Washington: existe un claro interés por parte de Estados Unidos en renovar cuanto antes el Convenio de colaboración en materia militar. El compromiso finaliza en mayo de 2021 pero la Casa Blanca quiere amarrar ya la ampliación de las fuerzas militares desplegadas en las bases de Rota y Morón, más si cabe en plena precampaña electoral de cara a las presidenciales de noviembre en las que Trump se juega su reelección.

Afirman las fuentes cercanas a la embajada que es un "asunto estratégico de carácter urgente" para la Casa Blanca firmar el nuevo acuerdo por el preocupante incremento de la tensión tanto en Oriente Medio como en África. En concreto EEUU quiere albergar en el arsenal naval andaluza dos destructores (en estos momentos hay cuatro -Donald Cook, Porter, Carney y Ross- que van a empezar su rotación en las próximas semanas) y 600 marines más. Así se lo hizo saber por carta el pasado 22 de agosto, el secretario de Estado de Defensa de Trump, Mark T. Esper, al Gobierno:

El problema es que los mensajes que ha recibido EEUU son que el Gobierno español no transmite urgencia por cerrar un acuerdo. Quedan diez meses para las elecciones y en el equipo de Sánchez tienen otros tiempos. Incluso está vinculando las negociaciones en materia de defensa a los aranceles que están sufriendo productos españoles, según publicó 'El País'. Y es que los exportadores españoles, especialmente los del aceite de oliva, ya han hecho saber al Gobierno los problemas crecientes que se están encontrando desde la crisis de Airbus para comercializar sus productos en territorio estadounidense. Desde Washington, sin embargo, quieren separar ambas cuestiones. Primer desagravio y posturas alejadas.

Venezuela: del caso Delcy a la visita de Guaidó

El segundo problema con Estados Unidos es Venezuela. En Washington no ha gustado, en primer lugar, la gestión que ha hecho el Gobierno español del 'caso Delcy'. Lo expresó en público Jon Piechowski, subsecretario de Estado, afirmando que EEUU tiene "preguntas" sobre el encuentro del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con la vicepresidenta chavista en el aeropuerto de Barajas. "Es una oficial del exrégimen de Maduro sancionada no sólo por EEUU, sino por la Unión Europea", dijo el funcionario estadounidense. "Celebrar este tipo de reunión con alguien como Delcy Rodríguez es decepcionante y podría ser desalentador", advirtió. Ábalos, por su parte, siempre ha defendido que evitó una "crisis diplomática", sin mencionar con qué país.

Fuentes diplomáticas consultadas por La Información mencionan también el 'portazo' a Juan Guaidó por parte de Sánchez como otro gesto que ha contribuido a empeorar las relaciones bilaterales. "Delcy Rodríguez vino a España a romper la línea de acción conjunta de la UE respecto a Venezuela y el Gobierno de Sánchez se ha quedado solo", indican las mismas fuentes. Hay que recordar que presidente de la Asamblea Nacional acaba de ser recibido (con honores) por Donald Trump en la Casa Blanca y antes, en enero, varios mandatarios europeos hicieron lo propio: Angela Merkel, Emmanuele Macron y Boris Johnson. En su visita a Madrid fue atendido por la ministra de Exteriores.

El problema del petróleo y la situación de Repsol

La tensión no acaba aquí. El régimen de Maduro está intentando que petroleras extranjeras entren a gestionar activos de la empresa estatal PDVSA y ha tentado a Repsol. Estados Unidos ya ha advertido de las consecuencias que tendría participar en esa privatización: "Yo tendría cuidado respecto a sus actividades en Venezuela que apoyan directa o indirectamente a la dictadura (del presidente venezolano, Nicolás) Maduro", dijo, en declaraciones a las agencias Efe y Reuters, un alto funcionario del Gobierno estadounidense que pidió el anonimato.

La 'tasa Google' es otro motivo de disputa entre España y Estados Unidos. El nuevo impuesto está pactado entre PSOE y Podemos pero la administración Trump no está dispuesta a permitir que se "discrimine" a las multinacionales estadounidenses. Al Gobierno de Sánchez ya han llegado también a través de diferentes vía de las consecuencias negativas que tendría esta medida fiscal para algunos productos nacionales al otro lado del charco si no se aprueba en el marco de la OCDE. La pasada semana Laura Hochla, consejera adjunta para asuntos económicos de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid, volvió a insistir en que no aceptarán una tasa unilateral por parte de España.

Todas estas circunstancias confeccionan un cóctel explosivo para las dos administraciones en momentos políticos muy diferentes. Sánchez acaba de cerrar un Gobierno de coalición y está poniendo sobre la mesa cómo será su política exterior. Y Trump acaba de superar el complicado 'impeachment', según ha reconocido él mismo, y se juega su reelección en nueve meses. Las estrategias a medio y largo plazo son distintas.

La fragata Méndez Núñez y la "paz" de Sánchez

En la administración Trump siguen sin olvidar algunos episodios, tanto recientes como pasados, que son valorados como negativos, según indican desde en entorno de la embajada. El más problemático fue la retirada de la fragata Méndez Núñez del grupo de combate dirigido por la US Navy durante el comienzo de la escalada de tensiones con Irán el pasado mes de mayo. En el entorno de Sánchez intentan dar por superado lo sucedido estando en funciones. Recuerdan también un mensaje publicado por Sánchez cuando estaba en la oposición y en el que pedía a Trump que dejara en paz al mundo:

Un último detalle. Existen grandes diferencias con Estados Unidos en relación al presupuesto que está dedicando nuestro país a la cartera de Defensa. España invierte el 0,92% del PIB, una cantidad considerada insuficiente por la administración estadounidense y lejos del compromiso de alcanzar el 2% en 2024. Sánchez lanzó este compromiso a Trump en la cumbre de la OTAN de 2018. El Gobierno está intentando explican en el seno de la alianza atlántica que es el país que más tropas aporta en las misiones en el extranjero y que eso debería ser tenido en cuenta por los aliados. Actualmente hay 2.800 militares españoles fuera de nuestras fronteras.

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