Madrid, 29 dic.- El Supremo ha absuelto hoy a Gorka M., un etarra acusado de participar en el atentado de 2003 contra la estación eléctrica de Iurreta (Vizcaya), porque considera que la confesión que realizó ante la Policía no es válida como prueba de cargo, al no haber sido ratificada ni ante el juez, ni en el juicio.
Una declaración prestada en "un contexto inquisitivo" como es una comisaría de Policía no puede ser prueba de cargo si no es ratificada ante el juez, "pues la dosis de constreñimiento y presión ambiental con que se realizan algunas diligencias en un recinto policial poco tienen que ver con las garantías con que se opera en el marco judicial", dice el Supremo.
La Audiencia Nacional condenó en junio de 2014 a dos años de cárcel a dos supuestos etarras por el atentado cometido el 19 de junio de 2003 por la banda terrorista ETA en la subestación eléctrica de Iberdrola en Iurreta (Vizcaya).
Ahora el alto tribunal absuelve a uno de ellos, Gorka M., por esos hechos, aunque deberá cumplir otras penas relacionadas con su vinculación a ETA.
Aquella sentencia consideraba probado que los dos acusados, como integrantes de ETA, "planificaron la colocación de un artefacto explosivo" en la subestación eléctrica "Electra Larrañaga", situada en Iurreta y que gestionaba la empresa Iberdrola.
El artefacto estalló causando daños en la pared exterior de la edificación y en los equipos de control de la subestación por más de diez mil euros y dejó varias horas sin suministro eléctrico a varias zonas de las localidades de Iurreta y Durango.
Los hechos fueron reivindicados por ETA mediante un comunicado remitido al periódico Gara y publicado el 3 de agosto de 2003.
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