Maletín antibalas, paraguas blindado y subfusiles: Moncloa, frente al 'Tsunami'

Maletín antibala y doble escolta: Tsunami obliga a 'blindar' a Sánchez en Cataluña
Maletín antibala y doble escolta: Tsunami obliga a 'blindar' a Sánchez en Cataluña
EFE

La visita exprés de Pedro Sánchez a Cataluña obligó a poner en marcha un dispositivo especial por parte Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno (DSPG). Su máxima responsable, la comisaria de la Policía Nacional, María Marcos, envió a Barcelona a un nutrido grupo de especialistas para evitar que el jefe del Ejecutivo en funciones pudiera sufrir acciones de acoso por parte de los independentistas. Los agentes de la cápsula de seguridad del presidente tuvieron que emplearse a fondo y pudieron sortear que la ira de 'Tsunami Democràtic' afectara a la caravana oficial. 

Moncloa diseñó el viaje de Sánchez a Cataluña el mismo domingo. No querían que los independentistas lo biocotearan con 'escraches' y por eso lo dieron a conocer en la misma mañana del lunes. Se tomó la decisión de hacer una visita lo más rápida posible para visitar a los agentes de la Policía Nacional encargados de garantizar la seguridad en las calles de la ciudad condal y para mandar su apoyo a los funcionarios heridos. Primera parada, por tanto, la Jefatura Superior de Policía en Vía Laietana.

El momento más complicado, según explican fuentes de Moncloa, fue la entrada y salida del presidente. Había balcones cercanos, por lo que el anillo de protección de Presidencia decidió fijar una escolta especialmente cercana a Sánchez. Se vio como un agente portaba el famoso maletín antibalas, un dispositivo que suele acompañar al jefe del Ejecutivo pero que no suele acercarse a él. El responsable de la seguridad evalúa los riesgos y decide si portarlo en la primera línea o no. En esta ocasión, ante la posibilidad de que Sánchez pueda recibir el impacto de objetos arrojados contra él, se decidió llevarlo a mano.

Maletín blindado junto a Sánchez
Maletín blindado junto a Sánchez. / EFE

Tras visitar la Jefatura, Sánchez se dirigió a los dos hospitales donde se encontraban los policías heridos, Sagrado Corazón y Sant Pau. Eran los momentos más complicados. Moncloa decidió que la comitiva accedería y saldría de los centros por el garaje. Y ahí de nuevo volvió a verse el maletín antibala. También se pudo ver a un agente portando un paraguas blindado. Se trata de un parasol que también suele acompañar al presidente y que es capaz de repeler ataques de objetos ante situaciones imprevistas. El funcionario -funcionaria en este caso- no tuvo que desplegarlo, pero sí estaba preparada por si recibía la orden de sus superiores.

En la cápsula de seguridad del presidente también pudieron ser visibles agentes de élite con subfusiles. Son profesionales de los Grupos de Operaciones Especiales (GOES) del Cuerpo Nacional de Policía y estuvieron junto a Sánchez también en esta visita a Cataluña (le acompañan en todos los desplazamientos pero ayer fueron más visibles, si cabe). Pertenecen al núcleo de reacción del dispositivo de seguridad de Presidencia y están listos para intervenir en cualquier momento. Portan un Heckler & Koch MP5. Este hecho fue criticado por el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que acusó al PSOE de ser "unos pirómanos".

Este despligue especial en Cataluña no es el primero. Hay que recordar que Moncloa ya blindó el Consejo de Ministros que se celebró en Barcelona el pasado 21 de diciembre. Un dispositivo especial permitió el desplazamiento del presidente y todos sus ministros. Y todo ello a pesar de que los CDR, los mismos que están sembrando ahora el caos tras la sentencia del 'procés', convocaron a sus bases a plantar "batalla" contra el Gobierno. Entonces llamaron a los radicales a rodear la Llotja de Mar, donde se celebró el cónclave gubernamental, para "tumbar el régimen". "Quien no comparte la batalla compartirá la derrota", proclamaban. No tuvieron ningún éxito.

Lo que no se esperaba Moncloa era que hasta los profesionales con batas blancas del hospital Sant Pau protestaran con motivo de la visita de Sánchez a los policías heridos. Los agentes del DSPG también tuvieron que emplearse para evitar que los independentistas del centro tuvieran contacto alguno con Sánchez. Le esperaban en el pasillo de acceso al parking con pancartas para pedir libertad para los condenados. El 'escrache' no pasó a mayores.

En cuando a las conversaciones que Sánchez tuvo con los policías heridos, los agentes transmitieron al presidente cómo los independentistas les atacan en las manifestaciones callejeras. Algunos no habían visto nada igual. Les han lanzado líquidos, picos, palas, botellas con pintura e, incluso, productos con cola para que se adhieran a los furgones policiales. La violencia contra ellos ha sido extrema. El jefe del Ejecutivo en funciones pudo incluso dialogar con un agente recién salido del quirófano. Tenía una fractura abierta en el radio y los médicos le habían suministrado antibióticos durante 48 horas antes de operarle. Todos experimentan una mejoría, incluso el funcionario que se encuentra en estado grave por el lanzamiento de una piedra desde un balcón.

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