Calles cortadas, institutos y comercios en alerta... Tsunami sacude Barcelona

Unas 5.000 personas convocadas por Tsunami protestan en los alrededores del Camp Nou
Unas 5.000 personas convocadas por Tsunami protestan en los alrededores del Camp Nou
Europa Press

Tsunami Democràtic buscaba aumentar el eco de sus anhelos independentistas a través del Clásico entre FC Barcelona y Real Madrid. Pero las consecuencias no solo se han notado en las protestas convocadas horas antes del partido, donde aspiraban a reunir a decenas de miles y al final solo han contado con el apoyo de unas 5.000 personas. El barrio de Les Corts, el que acoge al Camp Nou, ha tenido que modificar su cotidianidad para no verse perjudicado por si las manifestaciones se iban de las manos, cosa que ha ocurrido a la finalización del evento.

La noche deportiva terminó con altercados en los aledaños, dejando  nueve detenidos y 60 heridos -58 leves y dos menos graves-, después e que se desatase una batalla campal entre una treintena de Boixos Nois y Supporters Barça contra los manifestantes independentistas que ocupaban la Travessera de les Corts ante el estadio.

Una vez se marcharon los aficionados radicales, los convocados por Tsunami han comenzado los primeros incidentes con los Mossos y la quema de contenedores, escenas demasiado habituales en las calles de la Ciudad Condal después de la sentencia del procés. .

Lo más afectado desde antes del encuentro ha sido el tráfico, con el corte provocado por los simpatizantes de Tsunami en la Avenida Diagonal, lo que ha provocado cierto colapso en zonas no previstas por los Mossos d'Esquadra. A lo que hay que sumar la alerta en los comercios, que tomaron precauciones durante el día, o la retirada de contenedores de las calles para evitar que estos fueran utilizados por los más radicales. Al final de la noche, no se pudo evitar que grupos de radicales incendiaran parte del mobiliario urbano y crearan barricadas de fuero, con los Mossos en alerta y preparados para cargar contra los manifestantes.   

El Camp Nou no fue el único 'punto caliente' de la jornada. Esa vida diaria se vio alterada en ámbitos como el educativo, con centros escolares cerrando sus puertas antes de tiempo para evitar que la salida de los alumnos coincidiera con las protestas. El que más prisa se dio fue el instituto más cercano al estadio. La amenaza de que las movilizaciones fueran masivas motivó esta decisión para aquellos edificios que pudieran generar más conflicto. También se tomaron medidas sobre las infraestructuras oficiales, que fueron inspeccionadas por los Mossos d'Esquadra. Una seguridad que se trasladó a otras zonas especialmente sensibles, como el alcantarillado o las calles más recónditas de la zona. 

Los disturbios previos al Barça-Madrid que pudieran impedir el acceso al público también se tuvieron en cuenta. Por eso, el operativo de seguridad decidió retirar los contenedores de basura instalados en el barrio. Su uso como barricadas fue constante en las protestas tras la sentencia del procés, por lo que esta ocasión se optó por arrebatar esa 'munición' a quienes tuvieran la idea de provocar violencia. Para ese fin también estaban desplegados los centenares de antidisturbios de los Mossos, a los que se avisó con apenas unos días de cuáles eran los planes de la dirección del cuerpo para contener actos violentos. 

En el ámbito del comercio también se instauró la alerta preventiva. Lo ocurrido en la semana de la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas invitaba a pensar que Tsunami aspiraba a repetir lo de aquellos días en un día tan señalado como el evento deportivo más seguido de todo el mundo. Los cuatro puntos de las protestas que convocó la plataforma independentista dificultaron el acceso a las tiendas de una zona en la que hay varios bares y restaurantes. Aunque también los hubo más osados, que admitieron que iban a "mantener la normalidad" al considerar que era lo más adecuado.

Fracasa el impacto económico

Otro de los objetivos del colectivo secesionista era el de paralizar económicamente la ciudad. Aunque no habían convocados huelgas laborales o de consumo, sí se trasladó el mensaje de centrar los esfuerzos en esa previa marcada por las distintas manifestaciones. Pero ese respaldo que esperaban obtener no ha sido tal. De hecho, la tranquilidad fue la tónica durante la jornada del 18 de diciembre, salvo por los conatos de los minutos iniciales del partido. Con la salvedad de Les Corts obviamente por su condición de barrio del Camp Nou. 

Según fuentes empresariales, la convocatoria no ha sido tan exitosa como se preveía. La actividad económica se ha mantenido sin grandes alteraciones. Sí admiten el clima de protesta durante todo el día, pero enmarcado "en un orden" gracias al dispositivo de seguridad diseñado por la policía catalana. Estas mismas fuentes apuntan a que las previsiones hablaban de unas 25.000 personas concentradas para entorpecer todo lo relacionado con el partido. Pero sostienen que al final fueron "unos pocos miles" los que realmente se movilizaron para defender ese 'Spain, sit and talk' de los independentistas.

El impacto de Tsunami sí se va a notar en el gran gasto que han supuesto para las arcas de los Mossos todas las medidas de prevención. El registro e inspección del Camp Nou no ha sido el único que se ha llevado a cabo. Brigadas de artificieros o unidades caninas también fueron utilizadas durante todo el día, ya que el cuerpo no se creía el carácter "no violento" del que el movimiento independentista hace gala. El mejor ejemplo fue el asalto al aeropuerto del Prat tras la sentencia del procés y la semana de violencia en las calles con centenares de heridos.

Y que haya pasado el Clásico no quiere decir que se haya levantado la guardia. Fuentes de los agentes catalanes señalan que esperan mucho más movimiento en las próximas semanas. Para lo que ponen el foco en cuestiones como las decisiones de la Justicia europea sobre los líderes independentistas o incluso en la posible formación del gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

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