Umar Patek no apelará la condena a 20 años por los atentados de Bali de 2002

Yakarta, 21 jun.- El artificiero del grupo terrorista Yemaa Islamiya, Umar Patek, no apelará la condena a 20 años de cárcel que un tribunal indonesio le impuso el 21 de junio por su intervención en el asesinato de 202 personas en el atentado perpetrado en la isla de Bali, en 2002, informó hoy su abogado.

"Hace dos días, después de hablarlo con su esposa, tío y dos hermanos más jóvenes, decidieron no apelar. La razón es que se siente culpable por su participación, aunque solo fuese mezclar una pequeña cantidad de productos químicos, 50 de los 1.000 kilos usados", explicó el letrado Asludin Hatjani a la prensa en Yakarta, según la versión del diario "Jakarta Globe".

El abogado señaló que Patek, de 45 años, se siente decepcionado porque considera que su condena es mucho más severa que otras dictadas contra terroristas por la justicia indonesia.

Patek es el último los miembros de la célula terrorista que atacó el corazón turístico de Bali que faltaba por ser detenido y juzgado.

Cerca de la medianoche del 12 de octubre de 2002, dos potentes explosivos estallaron en el bar Paddys y la discoteca Sari Club de la localidad de Kuta y mataron a 202 personas de 21 países, entre ellas 88 australianos y 32 indonesios.

Otra bomba explosionó cerca del consulado de Estados Unidos en Denpasar, la capital de la isla, sin causar víctimas.

Los principales responsables del atentado, los indonesios Ali Amrozi, Imam Samudra y Ali Gufron, fueron arrestados y condenados a muerte en 2002 y ejecutados el 8 de noviembre de 2008.

Umar Patek fue detenido en enero de 2011 en la ciudad paquistaní de Abbottabad, la misma en la agentes estadounidenses mataron unos cuatro meses después a Osama Bin Laden, el que fuera líder de Al Qaeda.

Pakistán expatrió al terrorista ese mismo año y el juicio arrancó el pasado febrero por los cargos de asesinato premeditado y posesión ilegal de explosivos y armas, delitos por los que la fiscalía pedía la cadena perpetua en vez de la pena capital por valorar que Umar Patek había dado muestras de arrepentimiento durante las vistas.