Un avión militar trae a España a la agente fallecida y a equipos de rescate

  • Torrejón de Ardoz (Madrid).- Un avión de las Fuerzas Aéreas ha traído hoy a España los restos mortales de la subinspectora Rosa Crespo, fallecida en el terremoto de Haití, y a algunos de los equipos de rescate que se trasladaron a la zona devastada tras la catástrofe.

Aterriza en Torrejón el avión con los restos mortales de Rosa Crespo
Aterriza en Torrejón el avión con los restos mortales de Rosa Crespo

Torrejón de Ardoz (Madrid).- Un avión de las Fuerzas Aéreas ha traído hoy a España los restos mortales de la subinspectora Rosa Crespo, fallecida en el terremoto de Haití, y a algunos de los equipos de rescate que se trasladaron a la zona devastada tras la catástrofe.

A pie de pista del aeropuerto de Torrejón de Ardoz esperaban los familiares de la agente, arropados por la cúpula de Interior, encabezada por el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, que estaba acompañado por la titular de Defensa, Carme Chacón, y la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez.

Los primeros en salir del avión han sido los equipos de rescate, que han descendido del Boeing 707 junto a seis haitianos y varios civiles españoles en silencio y han abandonado la pista hasta que ha concluido la ceremonia en memoria de la agente, de 47 años, casada y con dos hijas.

La madre de Rosa, su marido, sus dos hijas -de 16 y 13 años- y una hermana han seguido visiblemente afectadas la llegada del féretro, a hombros de compañeros de la Policía Nacional, que tampoco han podido reprimir su dolor por el cariño que sentían hacia la agente, cuyo féretro acariciaban con sus guantes blancos.

Al son de una marcha fúnebre y del himno español, Rubalcaba ha impuesto a Crespo la medalla de plata policial, tras lo cual el capellán castrense de la Policía ha oficiado un breve responso, que ha sido traducido por una intérprete también al lenguaje de signos ya que el marido y la madre de la agente son sordos.

Tras el acto, un avión Hércules ha partido con la subinspectora hacia Zaragoza, donde residía y donde recibirá sepultura.

La pista aérea reflejaba minutos después la imagen de la solidaridad y de los voluntarios de los equipos de rescate españoles que se trasladaron en un primer momento a la zona devastada por el terremoto: 18 ertzainas, 15 bomberos y perros de Madrid, siete bomberos y perros de Castilla y León y cuatro guardias civiles y otros tantos policías.

Estos efectivos han conseguido rescatar a una decena de personas vivas entre las ruinas de Puerto Príncipe, donde han vivido bajo una gran presión e incidentes aislados por la tensión de la población, despojada de todo.

Entre los haitianos se encontraban Alonso, y su hija Membiline de 17 años, y Vanesa, una joven de madre española, acompañada de sus tres niños pequeños; todos ellos estaban aún muy aturdidos, y Vanesa ha rehusado hablar.

Alonso, que ha perdido en el terremoto a su otra hija y a su padre, ha pedido ayuda porque aún hay muchas personas en la calle y no hay suficiente comida, ha explicado a EFE.

Una portavoz del equipo de la Guardia Civil especializado en la búsqueda, ha indicado que la principal dificultad ha sido la falta de agua y los problemas de seguridad y de comunicaciones.

Pese a que no se han producido incidentes graves, sí ha habido algunos enfrentamientos verbales con la población civil, ha añadido la Guardia Civil, ya que tras la conmoción inicial "la gente tomó conciencia de su situación real" y afloraron los nervios porque había muchas necesidades.

Los bomberos de la Comunidad de Madrid (ERICAM) desplazados a Puerto Príncipe, en colaboración con otros equipos, han rescatado a tres personas: un niño de dos años, un joven de 20 años y una adolescente de 14.

En el rescate del niño por parte de los bomberos madrileños y castellanoleoneses, felicitados in situ por los consejeros de Interior de sus Comunidades, también participó el médico de Protección Civil de Getafe, Ignacio Bugella, quien ha descrito la situación de caótica, con alrededor de "700.000 heridos, miles de amputaciones, y los hospitales abarrotados".

Según Bugella, todavía hay cadáveres en las calles de Puerto Príncipe.

Otros equipos, como el formado por 18 ertzainas, han encontrado personas, pero ninguna con vida.

En el avión ha regresado también la becaria del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer (UNIFEM), Natalia González Páramo, quien estaba trabajando en las dependencias de esta agencia en el momento del terremoto.

"Nada más sentirse los temblores pensé que iba a parar porque, me dije, en Haití no hay seísmos, pero no se pasó y fueron unos 54 segundos muy largos. Al poco vimos a nuestras espaldas cómo caía el edificio de la misión de la ONU para Haití, y a continuación me sacaron en volandas".

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