La televisión a veces hace milagros e incluso puede llegar a resolver uno de los sucesos más macabros de la crónica negra de EEUU 32 años después. El apelativo sospechoso siempre acompañaba al millonario Robert Durst y desde hoy pasará a ser culpable después de que confesara en un supuesto descuido -creía que el micro estaba cerrado- varios crímenes durante la grabación de un documental.
"Ya está, te han pillado. ¿Qué hiciste? Pues matarlos a todos, por supuesto", confesaba Durst durante la grabación de The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst, la serie documental producida por HBO sobre su vida.
Las muertes relacionadas con Durst eran la de su amiga Susan Berman, su primera mujer, Kathleen Durst, y un vecino, Morris Black.
La amiga de Durst fue hallada sin vida por un disparo en su vivienda de Beverly Hills en 2000 después de que el asesino enviara a la policía una carta anónima alertando de que había un cadáver en su casa. Esa carta ha sido la prueba irrefutable que 15 años después le ha incriminado, después de que el programa probará que la epístola contenía la misma errata que había en una carta escrita por el excéntrico millonario.
Esa prueba, que apareció en el quinto capítulo de la serie documental, propició que la policía de Los Ángeles reabriera el caso contra él la semana pasada, antes incluso de su confesión aparecida en el episodio final.
El pasado fin de semana fue detenido en un hotel de Nueva Orleans y fue extraditado a Los Ángeles (California), donde ha sido acusado formalmente de asesinato en primer grado por la muerte de su amiga y podría enfrentarse a la pena capital.
Durst, de 71 años, también estaba bajo el punto de mira de las autoridades por la desaparición de su esposa en 1982. Tres décadas después el cadáver sigue sin aparecer, pero las autoridades no lograron encontrar pruebas que inculparan a Durst.Inocente de matar y descuartizar a su vecino
Además, en 2003 fue declarado inocente del homicidio de su vecino, que fue hallado descuartizado en las aguas de la bahía de Gavelston. Su equipo de abogados logró convencer al jurado de que el acusado actuó en defensa propia, a pesar de haber confesado que había descuartizado el cadáver. Según la versión oficial, Morris falleció cuando los dos hombres forcejeaban por una pistola que se disparó por accidente. A continuación, Durst descuartizó el cadáver y arrojó los restos a la bahía de Galveston (Texas), algo que justificó en su temor de que las autoridades no creyeran que el disparo había sido fortuito.
Acosado por las sospechas que acechaban sobre él, Durst se refugió en Gavelston, se depiló las cejas y se hizo pasar por una mujer muda.
La excentricidad y los numerosos casos macabros en los que estaba envuelto obligaron a su padre, patriarca de una familia multimillonaria de Manhattan, a ceder el legado a su hijo pequeño.
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