Destinos a medida y bajas médicas falsas para apartar a policías del 'caso Villarejo'

  • Los investigadores han denunciado las presiones y amenazas que recibieron de la cúpula de la llamada 'policía patriótica' de Rajoy.
Eugenio Pino, exnúmero dos de la Policía
Eugenio Pino, exnúmero dos de la Policía
EFE

Varios miembros del grupo de policías de Asuntos Internos que investigó la causa del ‘pequeño Nicolás’ y acabó destapando algunas de las actividades sospechosas del excomisario Villarejo, que ahora han dado lugar a la macrocausa Tándem en la Audiencia Nacional, recibió presiones de todo tipo y hasta ofertas jugosas con destinos a medida y bajas médicas sin estar enfermos a cambio de dejar el caso. Tanto la investigadora que envió sendas cartas a sus superiores relatando su experiencia, como otras fuentes que participaron en el caso han asegurado que estás presiones fueron “ataques reales y directos”, sobre todo desde el momento en el que en el caso se incluye la posible relación de Villarejo con Francisco Nicolás.

En las misivas de la policía que relatan los hechos, que se han incluido en algunas de las querellas presentadas contra la cúpula policial del excomisario Eugenio Pino por entorpecer el trabajo de la unidad de Asuntos Internos, menciona en varias ocasiones el encuentro que tuvo con el inspector jefe Jesús Galán, vinculado a Pino, que pretendía ofrecerle “una solución para escapar de aquel horror”. “Él me garantizaba y me aseguraba que no me iba a pasar nada. Entre las opciones, además de la de regresar destinada a mi tierra o recomendarme para irme a una embajada, me aconsejó presentar tranquilamente una baja médica sin estar enferma para apartarme de la investigación. A mi me resultaba increíble, jamás lo hice”, señala la carta. “Con el tiempo comprendí que él no me ofrecía soluciones a mis problemas, sino a los de otras personas”, señala.

Eugenio Pino era entonces el Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional y estaba enfrentado al jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas, hasta el punto de que le destituyó de su puesto con el objetivo de acabar con la investigación abierta sobre el ‘pequeño Nicolás’ o, cuando menos, limitarla en todo lo que se refería a los flecos que surgían sobre Villarejo, por entender que no demostraban ninguna ilegalidad. En el informe sobre la causa que consta en el sumario, los investigadores señalan como, tras salir de la cárcel, Francisco Nicolás fue grabado en una reunión en los jardines del Canal de Isabel II con un personaje que respondía a las características del excomisario. Y el propio Nicolás admitió en su declaración su relación con Villarejo.

Al menos otros dos de los componentes del equipo, entre ellos el inspector jefe que dirigía los trabajos, Ruben E. López, fueron conminados desde el entorno de Eugenio Pino para acotar esa investigación o, directamente, para que abandonaran la causa. Las cartas de la investigadora admiten incluso que tiempo después de recibir la visita de Galán, descubrió que “volvió a hacer algo que reafirmó que ese Inspector Jefe podía hacer, o intentar hacer, cualquier cosa con total libertinaje ya que después de haber sido ordenados a constituir la Comisión Judicial, cuya característica principal era la prohibición de despachar con mandos policiales, ese mismo Inspector Jefe telefoneó a otro compañero precisamente para pedirle información sobre la causa”, algo que se considera irregular en las actuaciones policiales y las investigaciones judiciales.

Las reuniones con el DAO y… con Villarejo

Las presiones que la entonces llamada ‘policía patriótica’ de Rajoy contra el equipo de Asuntos Internos de la ‘operación Nicolay’ se reflejan además en el informe policial que se incluye en las diligencias previas del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid que investiga la grabación que supuestamente Villarejo promovió entre los policías que le investigaban y el CNI. Una de las partes del informe cuenta las dos reuniones a las que fue convocado de forma muy precipitada el inspector jefe de la unidad, Rubén E. López, por el propio DAO de la Policía y sin conocimiento previo de sus superiores directos.

En la primera de ellas, celebrada el 17 de diciembre de 2014, además de Pino, estaban presenten su jefe operativo, José Ángel Fuentes Gago, el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) encargada de las escuchas policiales, Enrique García Castaño -conocido como ‘El Gordo’ en otros casos relacionados con el caso Tándem en la Audiencia- y, para sorpresa del inspector convocado, al encuentro acudió el propio Villarejo, en calidad de “subordinado directo del DAO”.

Según señala el informe, elaborado por el equipo de Asuntos Internos, en ese momento al inspector jefe se le recrimina el que haya incluido al excomisario en sus pesquisas, a pesar de que fue el propio Francisco Nicolás quien lo mencionó en su declaración, y se le conmina a acabar pronto la investigación. A la vista de que en el informe que se envió al juzgado no se retiraron las alusiones a Villarejo ni la reunión en el Canal, el propio DAO y su equipo vuelve a reunirse con el inspector jefe del caso el día 9 de febrero siguiente, donde fue recriminado “fuertemente”, con la advertencia de que su seguridad jurídica “corría peligro”, y podía ser enviado a "Kuala Lumpur", según recoge el documento.

El propio informe de las diligencias previas advierte que este tipo de reuniones entre el DAO y un inspector jefe son irregulares, dado que existen los cauces necesarios para informarle a través de sus superiores y que la obligación única de los investigadores es con sus jefes directos y el juez que instruye la causa o dirige la comisión judicial.

Esos encuentros entre el inspector jefe, unidos a las presiones sobre parte de su equipo reflejadas en la carta de una de las investigadoras del equipo, demuestran el enfrentamiento entre el máximo responsable de la Policía y la unidad de Asuntos Internos a causa del comisario Villarejo, cuyas actuaciones y entramado empresarial estaban saliendo a la luz en una investigación policial por primera vez a primeros del 2015. Cuatro años y medio más tarde, y después de desarticular y “desterrar” a los miembros del aquel equipo de investigadores, muchas de las operaciones que hacía Villarejo como supuesto agente doble, están ante la justicia y algunos de los policías que en su día la apoyaron, incluido el propio Eugenio Pino, investigados por ello.

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