Un libro explica cómo el mar y la vela han marcado la vida del rey

  • El periodista Ignacio Gómez-Zarzuela acaba de publicar un libro donde explica, ayudado por los testimonios de personas que han vivido muy de cerca la pasión del rey por la vela, de dónde le viene al monarca esta afición, convertida en su deporte favorito, al que ha tenido que renunciar por sus problemas físicos.

Antonio del Rey

Madrid, 31 dic.- El periodista Ignacio Gómez-Zarzuela acaba de publicar un libro donde explica, ayudado por los testimonios de personas que han vivido muy de cerca la pasión del rey por la vela, de dónde le viene al monarca esta afición, convertida en su deporte favorito, al que ha tenido que renunciar por sus problemas físicos.

"El rey y el mar" es el título del volumen, que reúne en más de 200 páginas una extraordinaria recopilación de fotografías, muchas inéditas, con momentos de sus vivencias náuticas, desde que don Juan Carlos navegaba de niño con su padre en el yate "Saltillo" hasta que en 2009 compitió por última vez con el Bribón en aguas de Mallorca.

Porque el mar ha estado siempre muy presente en la vida del monarca, como un telón de fondo que nunca ha desaparecido del todo.

El "Saltillo" fue utilizado por don Juan para llegar a la histórica entrevista de 1948 que mantuvo con Franco en el "Azor"; allí acordaron que el entonces príncipe sería educado en España.

En el verano de 1954, en aguas griegas, durante una fiesta en un crucero, el Agamenón, conoció el príncipe a doña Sofía, con quien se casaría años más tarde. Y en 1972, el joven príncipe representaba a España en los Juegos Olímpicos de Múnich en la clase dragón de vela.

Don Juan Carlos, a bordo siempre llamado el "jefe", heredó la pasión por el mar de su padre, "pero él transformó la libertad y felicidad que sentía don Juan en el mar por competitividad", entregado a "la velocidad, la adrenalina y la competición".

Es lo que sostiene en una entrevista con EFE el autor del libro, periodista especializado en vela que ha hablado con tripulantes que han compartido regatas, travesías y momentos de relajo junto al jefe del Estado, con el armador José Cusí a la cabeza, una figura clave en la historia de la vela de competición española.

Esta historia es también la del Bribón, el emblemático velero auspiciado por Cusí que con sus quince versiones ha marcado toda una época de la vela y la industria náutica nacional.

Porque Sánchez-Zarzuela detalla cómo la decisiva aportación del rey al desarrollo de la vela en España se ha apreciado tanto en la industria, que es también I+D, contribuyendo a lo que ahora se llama "Marca España", como en patrocinios y competiciones.

Convencido de que la vela es el deporte favorito del rey, por delante del esquí o de su afición al automovilismo y las motos, este periodista valenciano hace además hincapié en que el mar ha servido al monarca en su formación "como persona".

Tal y como cuenta en su libro, su abuelo, el rey Alfonso XIII, fue el primero que tuvo un barco de regatas en España.

Además, su padre, don Juan, era marinero, llevaba un ancla tatuada y acometía travesías de una a dos semanas por el Atlántico.

"El rey ha navegado desde muy pequeño y gran parte de su educación ha sido a bordo de barcos", relata el periodista.

Piensa que don Juan Carlos echa de menos navegar y que sólo ha dejado de competir por razones físicas, porque no se puede patronear un velero de competición si no se está al cien por cien.

Sus compañeros de singladuras le han contado cómo era su trato con el "jefe", y coinciden en que el rey tiene un "olfato" especial para pilotar que le hacía muy fiable a los ojos de los demás tripulantes.

Todo ello, explica en su volumen, lo heredó de don Juan, quien le enseñó los secretos de la navegación y le ayudó a saber cómo se puede "leer" el viento para aprovecharlo mejor, llegando a ser uno de los mejores en este cometido.

Porque Ignacio Sánchez-Zarzuela se ha preguntado si el rey era o no bueno como navegante, y ha llegado a la conclusión de que habría sido imposible que el Bribón hubiera conseguido tantos triunfos si "el caña" no hubiera sido un gran patrón.

Aventura el autor que la única "espina" que le puede haber quedado es ganar una Admiral's Cup, una importantísima competición internacional, puesto que entre sus triunfos con el Bribón cuenta con varias Copas del Rey -en aguas de Mallorca- o una Sardinia Cup.

Sus primeros contactos con la navegación, de la mano del conde de Barcelona, ilustrados con emotivas imágenes de su niñez y adolescencia, quedan reseñados en el libro, así como una semblanza de su muy competitivo carácter, enfados incluidos, sobre todo cuando sentía que su barco era tratado injustamente por los jueces.

"Él ha peleado mucho para que le traten igual que a todo el mundo, porque si no cuando ganara se iba a desvirtuar su victoria", afirma.

De entre las fotos recuperadas, destaca una de 2001 en la que don Juan Carlos aparece dentro de un avión de la Fuerza Aérea, sentado sobre la botavara que había ido a buscar desde Inglaterra; la pieza se había roto y debían reponerla para que el Bribón pudiera competir en una regata.

También aparece una de las favoritas del monarca, cuando siguiendo una arraigada costumbre fue arrojado por su tripulación a la piscina del Club Náutico de Palma para celebrar la victoria del Bribón VIII en la Copa del Rey de vela de 1993.

El príncipe de Asturias prologa la edición, a cargo de RBA, con un texto donde confirma que la vela "ha sido y es" una de las grandes "pasiones" del rey. "Utilizo muy conscientemente la palabra pasión porque creo y siento que la vela, de alguna manera, trasciende para muchas personas que la practican la estricta dimensión lúdica y deportiva", relata.

Igualmente explica don Felipe que "se trata de una auténtica escuela de vida y de principios" porque el regatista "aprende respeto, compañerismo, juego limpio, solidaridad, responsabilidad, espíritu de equipo... Valores humanos todos que podremos y deberemos aplicar también en nuestra vida diaria para relacionarnos con todos nuestros semejantes e interlocutores de tierra adentro".

De don Felipe, que al igual que su padre fue regatista olímpico, Ignacio Sánchez-Zarzuela apunta que "para la vela sería muy importante que asumiera el papel que ha tenido su padre", y apostilla: "porque al príncipe le encanta navegar".

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