Un magnate chino contra veinte años de bloqueo en Campamento

  • Tras adquirir el emblemático edificio España o el 25 % del Atlético, el multimillonario chino Wang Jianlin ha posado sus ojos sobre Campamento, una zona ubicada en el suroeste de la ciudad de Madrid donde Defensa posee nueve millones de metros cuadrados ocupados por viejas instalaciones militares en desuso.

Evaristo Amado

Madrid, 29 ene.- Tras adquirir el emblemático edificio España o el 25 % del Atlético, el multimillonario chino Wang Jianlin ha posado sus ojos sobre Campamento, una zona ubicada en el suroeste de la ciudad de Madrid donde Defensa posee nueve millones de metros cuadrados ocupados por viejas instalaciones militares en desuso.

Por ello, directivos del grupo capitaneado con Jianlin, Wanda Group, se han reunido en los últimos días con las administraciones con el objetivo de levantar en el enorme solar un complejo de ocio y viviendas -sin casinos, a diferencia de Eurovegas- en el que pretende invertir unos 3.000 millones de euros.

El interés del segundo chino más rico en Campamento, que él mismo Jianlin confirmó la pasada semana, ha devuelto a la actualidad una conocida y también polémica zona de Madrid que permanece desde los años noventa a la espera de aprovechamiento tras un sinfín de sucesivos bloqueos y desbloqueos políticos, administrativos y judiciales.

Situada en el límite de los términos municipales de Madrid y Alcorcón, la zona de Campamento está próxima a zonas de Madrid como Aluche, Batán, Carabanchel, Colonia Jardín y al municipio de Pozuelo de Alarcón.

Ya en los años noventa, el Ayuntamiento de Madrid anunció, durante la revisión de su plan de urbanismo, la constitución de consorcios entre administraciones para la que denominó operación Campamento: corría 1996 y para la capital Campamento era una de sus cuatro "grandes operaciones públicas".

En ese primer momento, el proyecto comprendía una zona delimitada por las calles de Mauricio Legendre, Daniel Vázquez, Padre Francisco Palau y Quer y establecía la creación de una estación de autobuses, un aparcamiento con más de 600 plazas, un millar de viviendas, equipamientos deportivos y una plaza sobre la estación de autobuses.

Pero no fue hasta el año 2000 cuando arrancaron las negociaciones entre el Ministerio de Defensa, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, así como los enfrentamientos políticos: "Preferimos mantener los cuarteles a que nos metan ahí ciento y pico mil habitantes y colapsen Alcorcón", sostenía entonces el PSOE de Alcorcón.

El entonces alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, firmó en 2001 un protocolo con los ministros de Fomento y Defensa y el presidente de la Comunidad de Madrid con la idea inicial de erigir una sede conjunta del Ministerio de Defensa, el Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa y los cuarteles generales de cada uno de los tres Ejércitos, junto con 18.300 viviendas.

En aquellas fechas, del complejo solo permanecía activa la Maestranza Aérea -el aeródromo de Cuatro Vientos- y una colonia de viviendas militares -la colonia del Gran Capitán- de todo el gigantesco complejo; posteriormente, muchos de los edificios entonces en pie se derribaron.

Pero nada se concretó hasta que, en enero de 2005, el Consejo de Ministros dio luz verde a la primera fase de la operación, que barajaba una actuación urbanística sobre 2,1 millones de metros cuadrados propiedad de Defensa para levantar 10.700 viviendas.

Pero volvieron las diferencias entre administraciones, que llegaron al punto de que el ministro de Defensa, José Bono, acusó a la entonces presidenta autonómica, Esperanza Aguirre, de ser "de las que besa a mediodía y muerde por la noche".

La fase de alegaciones se prolongó durante 2007 y dos años después la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid aprobó por unanimidad, tras años de negociaciones, la construcción de 10.000 viviendas en los antiguos cuarteles militares y el soterramiento de 2,6 kilómetros de la A-5.

Defensa traspasó entonces casi 1 millón de metros cuadrados a Fomento, que recibió las licencias municipales necesarias para la demolición de los cuarteles y aseguró que las construcciones en la zona comenzarían a levantarse en 2012.

Pero una sentencia del Tribunal Supremo anuló el planeamiento urbanístico de la zona y Defensa recuperó el 75 por ciento de los terrenos que había cedido.

En esta tesitura, y con el mercado inmobiliario bajo mínimos, el actual Gobierno anuló la operación en mayo de 2013 al considerarla "inviable" e "insostenible".

Ahora, veinte años después, la irrupción de Jianlin ha devuelto a Campamento a los titulares.

Mostrar comentarios