Una democracia tranquilizadora, el caballo de batalla electoral de Buteflika

  • El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, principal favorito en las presidenciales del próximo 17 de abril, promete "rematar los esfuerzos desplegados" en los últimos quince años de mandato con una "profunda reforma de la Constitución" en el marco de una "democracia tranquilizadora".

Jorge Fuentelsaz

Argel, 8 abr.- El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, principal favorito en las presidenciales del próximo 17 de abril, promete "rematar los esfuerzos desplegados" en los últimos quince años de mandato con una "profunda reforma de la Constitución" en el marco de una "democracia tranquilizadora".

"Nuestro objetivo es ir progresivamente hacia una democracia real mediante la instauración de un dialogo", dijo a Efe en una entrevista Sedik Chiheb, vicepresidente del Parlamento argelino y jefe de campaña del presidente-candidato en la capital argelina.

En el despacho del barrio residencial de Hydra, donde se encuentra una de la sedes electorales de la campaña de Buteflika, Chiheb declara que el presidente ha prometido "reconsiderar todo el edificio institucional del Estado y, asimismo, revisar el texto fundamental".

Una revisión prometida en 2011 pero que Buteflika, de 77 años y que se presenta como "candidato independiente", no pudo realizar por razones personales, según indicó Chiheb.

El presidente argelino, que llegó al poder en 1999, sufrió en abril de 2013 un accidente cerebrovascular que ha afectado sus capacidades motoras y de habla y que le han impedido participar en la campaña electoral, dirigida en su nombre por el exprimer ministro Abdelmalek Selal.

Buteflika "estuvo enfermo, no es ningún secreto, pero su salud mejora día a día y necesitamos la continuidad que nos ofrece para reafirmar esta estabilidad que dura ya 15 años", dijo Chiheb a Efe.

Según el vicepresidente del Parlamento argelino, los ejes de la nueva reforma propuesta por el mandatario se dirigen a promover una "democracia real" mediante la redefinición del sistema político hacia uno "semipresidencial o parlamentario".

Asimismo, los planes de Buteflika incluyen la promoción de las libertades en general y las que Chiheb denominó "libertades de tercera generación", entre las que mencionó la ecología, la libertad de prensa o la inclusión de las minorías.

Unas promesas que, sin embargo, no difieren mucho de las lanzadas por los otros cinco candidatos a ocupar la silla presidencial, entre los que destaca el exprimer ministro Ali Benflis, que ya concurrió sin ningún éxito a los comicios presidenciales de 2004.

Chiheb confiesa que "no existen realmente diferencias" entre las propuestas de reforma constitucional planteadas por Buteflika o el resto de aspirantes a mudar sus pertenencias al Palacio Presidencial de Al Muradia.

No obstante, advierte de que "quizá la oposición quiere un cambio rápido y repentino", así como de que "no hay que confundir velocidad con precipitación".

"Nosotros queremos dar una velocidad regular al proceso de reformas constitucional e institucional y ellos quieren la precipitación, y la precipitación nos ha constado muy caro", dijo en relación a la apertura política llevada a cabo en Argelia a finales de los años ochenta y principios de los noventa.

La legalización entonces del multipartidismo favoreció el surgimiento del partido islamista Frente Islámico de Salvación, que se impuso en la primera vuelta de las elecciones generales celebradas en 1991.

Sin embargo, en enero de 1992, el Ejército irrumpió en la arena política y anuló los resultados, lo que desembocó en una espiral de violencia que se prolongó durante toda la década.

En la campaña electoral, que arrancó el pasado 23 de marzo y que concluirá el próximo lunes, las advertencias sobre eventuales estallidos de violencia han estado muy presentes y han ocupado una parte importante de los discursos electorales.

Mientras los partidarios del presidente venden su continuidad como garante de estabilidad, sus detractores advierten de que el mantenimiento del "status quo" podría desembocar en desórdenes y violencia.

"No queremos una democracia del caos a la imagen de lo que pasa al otro lado de las fronteras, en nuestros países vecinos", dijo a este respecto Chiheb, antes de hacer hincapié en que "uno de los caballos de batalla del presidente de la República es la instauración de una democracia tranquilizadora".

Chiheb también se pronunció sobre las acusaciones cruzadas vertidas en los medios entre políticos, periodistas y militares retirados que, según numerosos analistas muestran la existencia de claras diferencias entre los servicios secretos del Ejércitos (DRS), la Presidencia y sectores del Ejército.

Para Chiheb "hay cosas que no se pueden debatir, que no pueden ser de dominio público".

"El problema que tenemos es que hay gente que tiene intenciones escondidas y con el pretexto de la democracia intenta atacar los fundamentos del Estado y eso no lo permitimos", dijo el jefe regional de campaña de Buteflika, antes de acusar a los partidos que llaman al boicot y al pequeño movimiento contestatario Barakat, de estar entre quienes ponen en peligro dichos fundamentos.

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