Una mujer desfigurada con ácido espera una condena lo más justa posible

Madrid, 17 mar.- La mujer a quien una persona arrojó ácido en el rostro el 20 de junio de 2012 ha expresado hoy su deseo de seguir con "entereza" el juicio por estos hechos y de luchar para que "la condena sea lo más justa posible".

"Estoy fuerte", ha afirmado María Ángeles R.G., antes de agradecer la preocupación y el interés de los medios de comunicación por su caso, al término de la primera sesión del juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid.

El fiscal pide 24 años de prisión para Ozgur D., procesado de maltratar a su esposa porque quería separarse de él y contratar a otro hombre, Bryan Stevan C.A., para quien la fiscalía solicita 17 años de cárcel, por arrojar líquido corrosivo a la mujer, que sufrió una gran quemadura en la cara que le ha dejado graves lesiones.

Al ser preguntada por el momento de la vista en el que ha reconocido sin ninguna duda a Bryan Stevan C.A. como la persona que le arrojó un líquido corrosivo en el rostro, ha asegurado: "Cuando te pasa una cosa así, no hay dudas. Tienes todo tan claro. Pase el tiempo que pase, las cosas las sigues teniendo igual de claras".

Por su parte, la madre de la mujer ha indicado que ha afrontado el juicio "con mucha tranquilidad, con mucha seguridad y muy convencida de lo que estaba diciendo". "Tenemos todo muy claro. Lo hemos vivido", ha agregado.

Al ver al exmarido de su hija, ha confesado que no ha sentido nada, "mucha indiferencia", aunque había pensado que se iba a poner nerviosa y había pedido que se desplegara un biombo para evitar el contacto visual con el procesado, pero luego pidió que se retirara y lo miró dos veces de frente.

Tras la declaración de su hija, ha apuntado que sintió "muchísima alegría" porque salió "con mucha fortaleza, no se ha derrumbado en ningún momento y ha sido muy firme".

"Desde el primer momento, ella ha sido una mujer con mucha firmeza y mucha valentía y eso es lo que cuenta", ha resaltado la madre de la mujer.

Ha precisado que, después de la agresión, su hija ha recibido la asistencia de un psicólogo y no ha vuelto a trabajar, pero se ha mostrado convencida de que lo conseguirá en el futuro. "La veremos otra vez trabajando", ha aseverado.

Ha admitido que este suceso les ha podido "destrozar la vida", pero cuando acabe el juicio "no va haber nada destrozado", sino "una vida nueva que vamos a empezar".