Una semana para cerrar un acuerdo mundial sobre el clima

  • La conferencia sobre el clima de París comenzó este domingo a calentar motores antes de que los ministros encaren el lunes la segunda y crucial semana de negociaciones.

Los ministros de los 195 países que participan en la conferencia comenzaron a llegar el domingo a París y la presidencia de la COP21 anunció en un comunicado que el trabajo de los 14 facilitadores para lograr un acuerdo ya había comenzado durante la tarde, el mismo día en que el papa Francisco urgió a tomar "decisiones importantes" para las "generaciones futuras".

El objetivo, como avanzó el sábado por la noche el presidente de la COP21, el canciller francés Laurent Fabius, es "profundizar y concretar" el borrador de acuerdo de 48 páginas, cerrado tras una primera semana de negociaciones.

Y todo ello antes del viernes 11 de diciembre, cuando se cumple el plazo para alcanzar un acuerdo que limite el calentamiento global a un máximo de +2º C con respecto a sus niveles de la era preindustrial.

"De forma general, observamos una voluntad y un espíritu positivo en torno al proceso", que "sigue bien encaminado", indicó el domingo el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en una reunión con ministros africanos en París.

A partir de primera hora del lunes, los ministros deberán abordar asuntos como el reparto de los esfuerzos entre países, los medios necesarios para adaptarse al cambio climático o la cuestión clave del financiamiento.

"El tema del financiamiento sigue con retraso, con muy pocos avances sobre el dinero del que dispondrán los más pobres para adaptarse al cambio climático" a partir de 2020, dijo la oenegé Oxfam.

Por su parte, Célia Gautier, del colectivo Red Acción Clima, opinó que "las posturas de los Estados aún están muy alejadas en puntos cruciales" y que "los ministros deberán enseñar [ahora] sus cartas".

Como resumió el delegado chino Su Wei, los negociadores sumaron "todos los ingredientes y los condimentos para hacer una receta", pero a partir del lunes, los ministros deberán pasar a "la cocina".

La financiación de la ayuda climática a los países del Sur y el reparto de los esfuerzos entre países desarrollados, emergentes y en vías de desarrollo no son los únicos temas espinosos.

Los ministros también deberán abordar asuntos controvertidos como el apoyo brindado a algunos países para afrontar las consecuencias del cambio climático o la instauración de reuniones para actualizar los compromisos.

Casi todos los Estados participantes han publicado sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero pero esos compromisos no impedirán que la temperatura mundial suba en torno a los 3ºC respecto a la era preindustrial, según distintas previsiones.

Los científicos insisten en que por encima de los 2ºC -el objetivo inicial de la COP21- la Tierra sufrirá transformaciones irreversibles, como sequías, inundaciones, caída de la producción agrícola o erosión de las costas.

Ante esta perspectiva, los llamados a alcanzar un acuerdo en París se multiplicaron el domingo. "Vuelvo a instar a los participantes a conseguirlo, ya no hay tiempo que perder", reiteró el secretario general de Naciones Unidas en la capital francesa.

Desde Roma, el papa Francisco aprovechó el Ángelus dominical para instar a los ministros a tener "valor" para tomar "decisiones importantes" para mitigar los impactos del cambio climático y luchar contra la pobreza, "por el bien de la casa común, de todos nosotros y de las generaciones futuras".

En Montreuil, en el este de París, los movimientos sociales aprovecharon la jornada de relativo descanso de la COP21 para reivindicar el papel de las alternativas locales en la lucha contra el cambio climático y denunciar que el dinero para frenarlo está en paraísos fiscales.

alu-tjc/pc

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