Úrsula Mascaró: “Los empresarios catalanes se han pronunciado tarde"

  • Calza a celebrities como la Reina Letizia o Paris Hilton. Ahora su preocupación es evitar que las Islas Baleares caigan en manos del independentismo.
Ursula
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EFE

Ha calzado a celebrities como Paula Echevarría, Paz Vega, Nieves Álvarez, Paris Hilton, Olivia Palermo o Angelina Jolie, así como a la Reina Letizia y a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía o Kate Middleton, pero hoy su principal preocupación es evitar que las Islas Baleares caigan en manos del independentismo. Úrsula Mascaró, una de las creadoras de calzado más importantes de nuestro país, en las últimas semanas se ha visto obligada a tomar partido en la deriva independentista en la que está cayendo su tierra, Baleares.

Menorquina de nacimiento, Úrsula ha mamado desde su infancia la tradición zapatera, ya que su padre, Jaime Mascaró, y su abuelo, Pedro, se dedicaron desde siempre al oficio, lo que hizo que ella con solo 16 años empezara a trabajar durante los veranos en el taller familiar. Así, fue creciendo su amor a los zapatos y con 17 años se marchó a Milán a estudiar Diseño a uno de los centros más prestigiosos, el Instituto Marangoni, y ya con 20 años creó su propia firma, Úrsula Mascaró, que hoy en día es reconocida mundialmente.

Su nombre se integró en el grupo familiar y más adelante creó otra nueva firma, la que le daría más proyección internacional, Pretty Ballerinas, las bailarinas preferidas de las celebrities y que están en el origen de la firma, ya que su abuelo comenzó creando zapatillas de ballet. Así, tras la muerte de su padre, Úrsula asume la dirección creativa del grupo zapatero Máscaró, que incluye cuatro marcas (Mascaró, Úrsula Mascaró, Pretty Ballerinas y Pretty Loafers) y que produce al año más de medio millón de zapatos.

Un éxito internacional -tiene presencia en 85 países y exporta el 70% de su producción- que le ha valido para hacerse con un nombre en el sector, el cual utiliza ahora para frenar al independentismo en tierra. Y para ello ha puesto en marcha la plataforma ciudadana Mas Movem, que incluso ha creado una irónica iniciativa llamada Balearnia, como un guiño a Tabarnia, esa hipotética región independiente de una Cataluña independiente.

Todo con la oposición de esta empresaria al requisito de un nivel elevado para los profesionales de la Sanidad en las Islas, una medida que ha hecho salir a la calle tanto a este colectivo como a ciudadanos que, como en el caso de Úrsula, se han indignado y alarmado ante lo que puede abocarles esa medida. Pues tengamos en cuenta que Baleares ya sufre un importante déficit sanitario que con este decreto podría agravarse.

“La política no me interesa para nada”

En conversación con este medio, Úrsula asegura que la política no le interesa absolutamente nada, acallando así las especulaciones de que su movimiento pueda desembocar en una nueva fuerza política en Baleares. “En cuanto pase todo esto y creemos Sociedad Civil Balear, mi idea es volverme a centrar al 100% en mis zapatos, que es lo que me gusta de verdad”, afirma Mascaró, quien cree que “si los políticos hicieran su trabajo, los ciudadanos no tendrían que entrar en estas historias”.

Preguntada sobre si teme que su involucración frente a la catalanización de Baleares pueda tener impacto negativo en su negocio, señala que, por el momento, las ventas del grupo no se han resentido, “pues la gente es inteligente y sabe separar perfectamente estos temas”. No obstante, no teme que sus productos puedan sufrir un boicot en Cataluña, “pues todas nuestras tiendas están en Tabarnia”.

La diseñadora cree todos los empresarios deberían comprometerse con este tipo de asuntos, tal y como ella está haciendo, porque son referentes sociales en los que la gente se fija. “De hecho, uno de los grandes problemas de Cataluña es que los empresarios no se han pronunciado, y cuando lo han hecho ha sido demasiado tarde”, asegura.

¿Plasmará Úrsula Mascaró su nueva vertiente como activista política en sus creaciones? “La verdad es que no lo había pensado, pero quizá sí diseñe un zapato con el logo de Balearnia”, reconoce entre risas una empresaria que no ha dudado en abandonar su ‘cómoda’ posición e involucrarse en un asunto que, como ciudadana balear, la afecta y le duele.

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