Uruguay dice adiós al campechano Mujica y se reencuentra con el cauto Vázquez

  • Los años de Gobierno del campechano José Mujica (2010-2015), conocido internacionalmente como el "presidente pobre" de Uruguay por su austero modo de vida, llegan a su fin con la elección del más cauto y reservado Tabaré Vázquez, que será presidente del país por segunda vez desde marzo de 2015.

Rodrigo García

Montevideo, 16 dic.- Los años de Gobierno del campechano José Mujica (2010-2015), conocido internacionalmente como el "presidente pobre" de Uruguay por su austero modo de vida, llegan a su fin con la elección del más cauto y reservado Tabaré Vázquez, que será presidente del país por segunda vez desde marzo de 2015.

El pasado 30 de noviembre, una segunda vuelta electoral abrió las puertas a un tercer gobierno consecutivo del bloque oficialista Frente Amplio (FA), con Vázquez a la cabeza, quien ya gobernó el país entre 2005 y 2010 como el primer presidente de izquierdas de la historia de Uruguay.

Una victoria que preveían todas las encuestas tras la mayoría cosechada en las legislativas del 26 de octubre -el 47,8 % de los votos- pero que no fue lo suficientemente amplia como para que Vázquez evitara enfrentarse al joven candidato del Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou en segunda vuelta.

Precisamente este último, de 41 años e hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), se alzó como una de las sorpresas de 2014 tras vencer en las elecciones internas de junio y alzarse como candidato presidencial con una popularidad creciente que parecía comer terreno a la postulación oficialista de Vázquez.

Obtener en el balotaje el 41,1 % de los sufragios, frente al 53,6 % cosechado por el frenteamplista, si bien no colmó sus expectativas, no redujo sus aspiraciones y volverá, según declaró recientemente, a concurrir a las elecciones de 2019.

Mientras, a los 75 años, el reputado oncólogo Vázquez, que dejó la Presidencia en 2010 con una popularidad del 80 %, se convertirá el 1 de marzo en uno de los tres únicos políticos en la historia de Uruguay en haber sido elegido presidente en dos ocasiones.

Reducir la pobreza del 40 al 11 %, mejorar la distribución de la riqueza y dejar un nivel de desempleo "históricamente bajo" -6,7 % en octubre- son las tres bazas económicas que Mujica y Vázquez atribuyen a la primera década de gestión del FA.

El todavía presidente del país, a quien las últimas encuestas otorgan un 65 % de aprobación, ocupará, tras ceder el cargo a Vázquez, su escaño de senador más votado del FA, dentro del sector del Movimiento de Participación Popular (MPP) y con el objetivo de ejercer como mediador y "hombre de diálogo".

El FA llegó al poder, según declaró Mujica en alguna ocasión, en un contexto -la grave crisis bancaria de 2002-, en el que existían "salarios miserables" y "pensiones de vergüenza" y "cientos de empresas" entraron en quiebra.

Una situación a la que a su juicio se hizo frente gracias a "priorizar la inversión, tragar saliva y dar seguridades y beneficios para que se radicaran capitales y se pudieran generar fuentes de trabajo".

Ahora, diez años después, Vázquez continuará la política económica que ha generado el "crecimiento" del país pero consciente de que desde 2015 ese incremento no será "tan grande" como en la última década.

Uruguay cerrará 2014 con un crecimiento del 3,5 %, según la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal).

Por su parte, el "talón de aquiles" parece ser la inflación, que el presidente del Banco Central de Uruguay, Alberto Graña, tildó como "la piedra en el zapato" de la economía uruguaya.

Ya como presidente electo, Vázquez rechazó una subida de impuestos y afirmó que será firme contra la evasión fiscal y apostará por la financiación privada y los créditos internacionales para sacar adelante sus objetivos de Gobierno, entre ellos mejoras en las infraestructuras y el sistema educativo y la puesta en marcha de un Sistema Nacional de Cuidados.

Además, la seguridad, principal preocupación de los uruguayos según las encuestas y uno de los temas que levantó los mayores enfrentamientos en la campaña electoral, será otro de los caballos de batalla en su nuevo Gobierno.

De forma simultánea a las elecciones del 26 de octubre, los votantes rechazaron en un referéndum, impulsado por la oposición conservadora, rebajar de 18 a 16 años la edad de imputabilidad penal.

El 47 %, mas de un millón de votantes, apoyó la medida, y aunque necesitaba superar el 50 % para ser aprobada, Vázquez tendrá en cuenta esos números en su nueva Administración.

Más esquivo con la prensa y reservado que su predecesor, el futuro mandatario aseguró recientemente que Mujica será "sin lugar a dudas" uno de sus principales contactos de consulta durante su nueva etapa gubernamental.

Sin embargo, se prevé que este acérrimo luchador contra el cáncer y el tabaquismo planee revisar alguna de las medidas más controvertidas impulsadas por el anterior Ejecutivo, como la ley que autoriza el cultivo y la venta de la marihuana.

En su primer mandato, entre otras cosas, ordenó investigar las desapariciones durante la dictadura militar (1973-1985), aprobó un plan de ayuda social y puso en marcha el Plan Ceibal, que entregó gratuitamente un portátil a estudiantes de primaria de la escuela pública.

Pero también vetó la ley del aborto -aprobada después por el Gobierno de Mujica-, lo que le valió numerosas críticas de legisladores socialistas que desembocaron en su renuncia al Partido Socialista, al que pertenecía desde 1983.

Las etiquetas de "controvertido" y "pobre" que han acompañado a Mujica como gobernante, quien vive en una granja y renunció a buena parte de su sueldo presidencial, se transformarán ahora en las de "tranquilo" y "concienzudo" del reputado doctor Vázquez, a quien por segunda vez han dado su confianza la mayoría de los uruguayos.

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