Van Rompuy afirma que no tendrá que "rendir cuentas" al Parlamento Europeo

Bruselas.- El presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, aseguró hoy que el nuevo Tratado de Lisboa no prevé que tenga que "rendir cuentas" ante el Parlamento Europeo, aunque afirmó que sí informará a los eurodiputados de los resultados de cada cumbre.

"Sería una 'confusión de géneros' hacer como si tuviera (que rendir cuentas)", accediendo, por ejemplo, a una sesión de control mensual para responder a las preguntas de los eurodiputados, algo que sí ha comenzado a hacer el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso.

Van Rompuy se pronunció así en una intervención en la tradicional clausura de enero de la Unión Cristianosocial (CSU) bávara, a la que asistió como invitado cerca de la ciudad alemana de Munich.

Destacó que el nuevo Tratado "no dice demasiado" sobre la relación entre el presidente estable de la UE y el Parlamento Europeo, y recordó que el texto se limita a indicar que el presidente deberá presentar un informe a la Eurocámara después de cada cumbre de líderes europeos, algo que tradicionalmente hacía el presidente rotatorio.

El actual presidente de turno de la Unión y del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, comparte tareas con Van Rompuy en la nueva etapa que ha inaugurado en la UE la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el pasado 1 de diciembre, que creó el cargo de presidente estable del Consejo Europeo y dotó de más poderes legislativos al Parlamento.

Rodríguez Zapatero será el primero en comparecer ante el pleno de la Eurocámara el próximo 20 de enero en Estrasburgo (Francia), para presentar el programa de la presidencia semestral española.

Pero Van Rompuy lo hará después, al final de cada reunión del Consejo Europeo (los veintisiete jefes de estado o gobierno).

Durante su intervención, Van Rompuy se mostró convencido de que un diálogo "más intenso" entre las dos instituciones, el Consejo Europeo y la Eurocámara, "es concebible, pero dentro del marco del Tratado".

En ese sentido, recalcó que, a diferencia de la Comisión Europea y su presidente, el portugués José Manuel Durão Barroso, el presidente del Consejo Europeo "no tiene que rendir cuentas" ante el Parlamento.

El belga también aseguró que, al contar con "tan pocas normas" relativas a las relaciones entre su cargo y la Eurocámara, tendrá "cuidado para interpretar correctamente aquellas que tenemos".

En ese contexto, reconoció que la manera en que el nuevo Tratado sea puesto en práctica es "un campo abierto. Vamos a pisar un territorio desconocido, un país por descubrir".

Advirtió de que ningún tratado puede "definir todos los caminos de antemano o arreglar todos los malentendidos futuros", pero confió en su habilidad como un "hombre de consenso" y garantizó que trabajará junto a todas las instituciones europeas, "con pleno respeto a las competencias de cada una".

"Una buena relación personal entre los principales actores es esencial para el éxito. No un éxito personal, sino para la Unión. No es momento para rivalidades entre las instituciones y sus líderes", destacó, y enfatizó que los europeos "quieren resultados, no una guerra de instituciones".