Sentencia histórica en la Audiencia Nacional

De verdugos a víctimas: el caso Bankia asesta el golpe a los juicios por la crisis

El fallo  zanja las dudas sobre la responsabilidad de Rato y su equipo por la caída del banco tras ocho años en la picota del juez y la sociedad.

Rodrigo Rato
Rato salió ayer de prisión  tras la luz verde de la Audiencia. 
Europa Press

De los cielos a los infiernos y de los infiernos a la absolución. Ese ha sido el devenir de los 34 implicados en la causa por la salida a bolsa de Bankia tras cerca de ocho años de investigaciones, juicio y tensa espera. La trayectoria de este procedimiento, que la Audiencia Nacional cierra tras absolver a todos los implicados, no solo marca el fin de la pesadilla para Rodrigo Rato y su equipo, sino que va mucho más allá al suponer la estocada final a la deriva judicial de la gran crisis financiera. Entre la famosa imagen de Rato tocando la campana y la estampa que se veía en las sesiones del juicio pasaron más de cinco años en los que se impuso el sentimiento de desprestigio hacia todos ellos. Ahora, paradójicamente, el fallo de la Justicia hace que su continua alusión a la incertidumbre de la crisis goce de más credibilidad que nunca. 

El 1 de octubre del pasado año terminaba el juicio del que solo quiso hacer un alegato final el expresidente de Bankia. "Goirigolzarri solicitó el rescate por motivos de futuro", "Hoy Bankia vale menos" o "Aplicamos de manera correcta las órdenes del supervisor", son algunas de las tres fases que pronunció antes de dejar visto para sentencia el gran caso por la crisis financiera. Entonces el horizonte para todos ellos -incluida Bankia y BFA como personas jurídicas- no era nada halagüeño. La fiscal Anticorrupción, Carmen Launa se había convertido en su gran azote durante las 70 sesiones de juicio y lo terminó endureciendo las penas y acusando a más exaltos cargos del banco. Cuando se sentaron en el banquillo por primera vez, en noviembre de 2018, Rato afrontaba cinco años de cárcel. Diez meses después, la petición había ascendido a ocho años y medio de prisión.

Sin embargo, y casi 365 días después del fin del juicio, el panorama que deja la sentencia es completamente diferente. Tanto es así que el propio exvicepresidente del Gobierno ha conseguido su libertad tras concedérsele el tercer grado. Paradojas de la vida, el tribunal que juzgó y condenó a 65 exdirectivos de Caja Madrid y Bankia afeándoles a todos ellos el uso personal que hicieron de sus tarjetas de empresa, ha terminado por darles la razón a los que también estaban acusados en la pieza principal. Les consideraron culpables de apropiarse indebidamente de 12 millones del banco pero no del mayor rescate de la historia de España y que Luis de Guindos cifró en más de 22.000 millones de euros. Ahora, tras la sentencia absolutoria llega la calma.

La lucha de los denunciantes

Hace tres años, cuando algunos de los ahora absueltos fueron a la Audiencia Nacional a recoger la condena por las tarjetas 'black' todos los periodistas se agolpaban intentando arrancarles alguna declaración. No solo Rato entró en Soto del Real ; una decena de ellos (en su mayoría representantes del PP, IU y los sindicatos) también fueron a la cárcel. Curiosamente, la imagen en la sede de la Audiencia Nacional este jueves era muy diferente. Ángel Acebes, Mercedes Rojo, José Antonio Moral Santín o José Luis Olivas, acudían en persona a por la sentencia que les libera de ocho años de "calvario judicial". Ni una sola cámara estaba allí para captar esas imágenes. 

El silencio ha imperado prácticamente entre todos los absueltos desde que conocieran el fallo, mientras desde Bankia celebran el fin del asunto. Las acusaciones, por su parte, mantienen su indignación y estudian si acudir al Supremo al considerar que ha quedado demostrado que la imagen que se ofreció del banco -empezando por las cuentas de las cajas que integraron el SIP- no era la real. Algunas muestran doble indignación incluso porque tuvieron que recurrir al 'crowdfunding' para poder seguir en el litigio penal al devenir en una causa eterna. Y es que si hay un solo punto de este complejo caso en el que coinciden acusados y acusadores fue en el tiempo que tuvieron que esperar para escuchar la respuesta de la Justicia. Solo la instrucción, en la que se llegó a imputar a los altos cargos de la CNMV y del Banco de España- se prolongó cerca de cinco años. 

También ha sido inusual el proceso de deliberación de un tribunal que le ha dedicado tiempo de debajo de las piedras, al haber tenido que juzgar también en estos meses casos no menos complejos como el de Pescanova, en cuya sentencia trabajan ya, o el de Ausbanc. Sin embargo, las advertencias de la presidenta del tribunal y ponente del fallo, Ángela Murillo, a lo largo de los meses de vista oral tienen su reflejo en su respuesta a la causa. Protagonizó un continuo cruce de reproches con la fiscal Anticorrupción por su tesis acerca del lastre que supuso para Bankia la inclusión de Bancaja (y de su ladrillo Bancaja Hábitat) o Banco de Valencia por su exposición al sector inmobiliario.  

La mano política

El tenso careo con Rato, en el que intervino más de una vez Murillo a favor del exdirector del FMI, se tuvo que ver interrumpido por un desprendimiento de retina de la fiscal que obligó a parar la vista oral casi al principio de la misma. Ni en ese punto hubo sintonía entre el Ministerio Público, que se negó a sustituirla, y el tribunal, que pedía no retrasar todavía más el procedimiento. Sin embargo, donde de verdad se ha evidenciado el cisma ha sido en la sentencia. "Proclamas basadas en premisas cuya veracidad están huérfanas de pruebas" fueron algunas de las frases con las que el fallo desmonta la tesis de la Fiscalía acerca de que ocultaron los deterioros de las cajas antes de integrar el SIP, maquillaron los estados financieros de 2011 y salieron a bolsa con información no falsa pero sí incompleta sobre la OPS. 

La Audiencia Nacional desestima punto a punto dejando pocas dudas en el aire acerca de la responsabilidad que tienen unos gestores bancarios cuando éste se va al garete. ¿La clave? No vinieron venir la crisis; tenían un proyecto -el famoso Plan Rato- y éste no se pudo llevar a buen término porque la situación límite en el sector bancario terminó por dar la puntilla a una entidad que despertó los recelos de otros banqueros, como así lo expuso el propio Francisco González en el juicio. Los magistrados evitan entrar en la polémica acerca de por qué el FMI adelantó su valoración a la situación bancaria de España (que Rato achaca a De Guindos). De hecho, no mencionan a Christine Lagarde ni una sola vez y eso que se libró 'in extremis' de testificar en el juicio pese a la insistencia de las acusaciones.

Pero sí valoran otro aspecto esencial y será la clave para los nuevos juicios por falsedad contable, como el que afronta la excúpula de Banco de Valencia. Después de escuchar a acusados, inversores afectados, peritos de un lado y de otro y decenas de testigos, la Audiencia Nacional concluye que todas estas operaciones no solo estuvieron supervisadas por el Banco de España, la CNMV, la EBA o el FROB; también hubo mano política en la causa. Curiosamente tampoco este dato escapó del interrogatorio de Rato. Hizo muchas alusiones a los gobiernos de Zapatero y de Rajoy llegando incluso a pronunciar una frase que el tribunal ha tenido muy en cuenta y fue la que le trasladó la exvicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado en 2011. "Antes de septiembre tenéis que haber salido a bolsa".

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