Viaje a Arenys de Munt, la villa catalana más independentista donde ya late el 1-O

  • El pueblo fue el primero en realizar una consulta soberanista. Aquí muchos ya respiran un aire triunfalista. "No somos delincuentes", dice su alcalde.
Arenys de Munt, la villa más independentista de Cataluña
Arenys de Munt, la villa más independentista de Cataluña

Menos de 50 kilómetros separan Barcelona del municipio de Arenys de Munt. Desde la carretera C-32, antes de sumergirnos en las entrañas de este tradicional pueblo catalán de la comarca del Maresme, ya pueden divisarse los grandes pilares que conforman el 'Monumento a la Independencia'.

La obra (cuatro vigas de hierro que simbolizan las respectivas barras de la senyera) fue creada por el artista Pep Solé e instalada en el lugar en 2009. La estructura es, sin duda, toda una declaración de intenciones y tal vez la mejor carta de presentación que resume el sentimiento de la inmensa mayoría de los poco más de 8.000 habitantes de esta localidad.

Arenys de Munt tranquilamente puede ostentar el rótulo de 'municipio más independentista' de toda Cataluña. Comenzó a acaparar protagonismo hace ocho años, cuando se convirtió en el primer pueblo catalán que organizó una consulta popular simbólica por la independencia. En septiembre de 2009, sus resultados fueron categóricos y demoledores: un sí rotundo e inmensamente mayoritario a la independencia de Cataluña se impuso aquella vez.

El 96% de los vecinos que votaron entonces dijeron 'sí' a la autodeterminación en las urnas. Para los referentes más destacados del movimiento secesionista, ese hecho fue, sin duda, uno de los grandes puntos de partida del proceso soberanista catalán. Tras esa consulta (sin precedentes hasta entonces en la historia de la Comunidad), los vecinos decidieron levantar con orgullo aquel monumento que hoy luce solitario y un tanto desolado a la entrada de la localidad.Récord de votos positivos el 9-N

Pero hay mucho más. Arenys ha acaparado no pocos titulares en los medios de comunicación por otras circunstancias, siempre vinculadas a los deseos secesionistas que expresa sin tapujos la inmensa mayoría de su población cada vez que acude a votar. En la consulta independentista del 9-N de 2014, casi nueve de cada diez habitantes del pueblo (el 89,68%, nada menos) se inclinaron por el sí. La participación superó incluso en más de mil personas la 'histórica' votación del 2009. Y en las últimas elecciones autonómicas catalanas de 2015, los partidos favorables al Referéndum (JxSí, CUP y CatSíqueesPot -la confluencia de Podemos en Cataluña-) obtuvieron en total más del 80% de los votos.

En la antesala del 1-O, cientos de vecinos se muestran hoy pletóricos y radiantes. En los comercios, los bares y las plazas casi nadie habla de otra cosa. El eventual e inminente referéndum late y se palpa con nitidez en un paisaje 'vestido' especialmente para la ocasión: la riera principal de la localidad se ha inundado de "senyeres" y de "estelades", como ellos afirman y muestran orgullosos, y de pancartas verdes con la leyenda del 'Sí', que el pasado lunes también rebosaron en el centro de la Ciudad Condal, con motivo de la Diada.

Es curioso, pero esa Riera (la arteria principal que atraviesa el pueblo) no está asfaltada. El camino que conduce al corazón del pueblo es de arena y contrasta con el resto de calles pavimentadas. La versión de Pol, un jubilado que pasa la mañana junto a sus amigos Bel y Dídac en un banco de la plazoleta pegada al 'Centro Cívico Moral' (donde se celebró la recordada primera consulta soberanista de 2009), sorprende: "Que la Riera no esté asfaltada es culpa del Gobierno de España. Hace 15 años que los fondos están trabados desde Madrid y no llega el dinero a Arenys para las mejoras", afirma en un español dificultoso y enrevesado.

Pasadas las 10.00 horas del martes 12 de septiembre aún resuenan aquí los ecos de la Diada del día anterior. Este es un pueblo básicamente rural, donde circunstancias extraordinarias muy de vez en cuando rompen su monotonía. No se observan casi jóvenes en torno al modesto monumento que homenajea a las 'puntaires', la técnica artesanal del encaje de bolillos que es tan típico en esta zona. Es que la actividad textil en Arenys, en épocas pasadas pero no tan lejanas en el tiempo, era uno de los mayores pilares de su economía, hoy sostenida también en parte por los servicios.

A metros de la Rambla Sant Martí, Mariano Jodar, conserje de edificios, de 49 años, pasea despreocupado. Luce una camiseta negra con una enorme estelada estampada en el centro de su pecho. "Sí, claro que asistí a la Diada. La mayoría de este pueblo desea que nos dejen votar en el Referéndum, y lo conseguiremos. Arenys de Munt contribuyó con su granito de arena en todo este proceso, cuando los vecinos fuimos los primeros en hacer una consulta soberanista hace ya unos años. Ahora estamos ya muy cerca de concretar el gran objetivo. Queremos votar y vamos a votar, por más que a muchos no les guste", asegura orgulloso.

Seguimos el recorrido por la localidad. Doscientos metros más adelante se sitúa la sede del Ayuntamiento. Además de la senyera, en su fachada se divisa la enseña española. El tema de la bandera no es algo anecdótico ni menor en este municipio. El alcalde de Arenys es Joan Rabasseda (ERC). Llegó al Gobierno municipal gracias a un pacto de Gobierno con la CUP y el PSC. Una de las primeras medidas fue retirar la rojigualda del balcón de la fachada principal. Pero una sentencia de los Tribunales obligó a reponerla. Por este motivo, la CUP rompió el pacto con sus 'socios' políticos.

En la segunda planta del edificio nos recibe el regidor. Su despacho es luminoso y desde la puerta de entrada ya se se observa el gigantesco marco colocado justo detrás del escritorio de Rabasseda. La fotografía muestra a Artur Mas yendo a declarar al TSJC cuando fue encausado por celebrar la consulta del 9-N. En la imagen, el primer edil se muestra incondicional, a su lado.

"Nadie podrá impedirnos la celebración del Referéndum. Ustedes dicen que uno de los rasgos principales de Arenys de Munt es el grado de independentismo de la mayoría de nuestros vecinos. Ni lo niego ni lo afirmo. Sí es verdad que tanto en las consultas soberanistas como en las elecciones autonómicas las opciones de autodeterminación siempre han ganado rotundamente. No sé cuál será el resultado final el próximo 1-O. Lo que sí puedo asegurar es que el índice de participación será muy alto", comenta."No somos delincuentes"

Rabasedda admite sin ningún reparo que ya ha firmado todos los documentos respectivos para "la cesión de espacios municipales, a efectos del 1-O, donde se podrá votar". No le importa desafiar la Ley. Tampoco teme que la Guardia Civil requise las dependencias municipales, en busca de urnas y papeletas. "No somos delincuentes. Le tenemos mucho cariño al pueblo español, pero ¿por qué la Guardia Civil intentaría requisarnos las urnas? ¿Esconden drogas o armas esas urnas? Sería algo absurdo", manifiesta en tono irónico, antes de despedirnos cordialmente.

Al regresar a las calles, éstas comienzan a poblarse en el centro, ya cerca del mediodía. Un grupo de moradores de diversas edades debate con énfasis sobre las cifras finales de concurrencia a la Diada, justo frente a la cafetería Rovira. De algún modo, son la síntesis de lo que ocurre ahora en esta villa indudablemente fetiche para el soberanismo. Muchísimos de los temas de conversación por estas horas tienen que ver con la política y la 'causa' secesionista en este pueblo que el pasado año declaró persona 'non grata' al Rey Felipe VI.

La proposición que salió adelante definía al monarca como "la máxima figura institucional de un Estado que impide el libre ejercicio del derecho a decidir del pueblo de Cataluña". La iniciativa fue aprobada sin rodeos: el PP y Ciudadanos no tienen representación aquí. A excepción de un único edil del PSC, los otros doce concejales de Arenys de Munt son independentistas: 6 pertenecen a ERC, 3 a CUP y 3 a CiU.

Montse, la dueña del mencionado bar, nos atiende risueña: "Si viniese el Ejército o la Guardia Civil a incautarnos las urnas saldrían los comerciantes, los empresarios y todos los vecinos de Arenys para que podamos votar. De eso no tengo dudas", concluye esta mujer, quien se define como "independentista desde la primera hora" y pide un brindis con sus parroquianos, por "el derecho a decidir y votar".

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