Víctimas del atentado en Karachi en 2002 demandan a una empresa pública gala

  • Seis supervivientes del atentado en Karachi que en 2002 mató a once empleados franceses de la Dirección de construcciones navales (DCN) en un astillero de la ciudad del sur de Pakistán, demandaron hoy a la compañía pública gala por no garantizar adecuadamente su seguridad.

París, 17 oct.- Seis supervivientes del atentado en Karachi que en 2002 mató a once empleados franceses de la Dirección de construcciones navales (DCN) en un astillero de la ciudad del sur de Pakistán, demandaron hoy a la compañía pública gala por no garantizar adecuadamente su seguridad.

La interposición de la demanda se produce después de que la justicia francesa haya abierto una investigación sobre las causas del atentado, en las que pretende esclarecer las circunstancias de la venta de submarinos franceses a Pakistán en 1994 y el pago de unas presuntas comisiones ilegales.

El abogado de la acusación, Thibault de Montbrial, alegó en unas declaraciones a los medios franceses que "la organización y los medios utilizados en materia de seguridad de los empleados de la DCN no estaban de ninguna manera adaptados a la situación" de peligro en el país, una circunstancia "que el empleador no podía desconocer".

Asimismo, el letrado afirmó que "el análisis minucioso de los hechos revela una serie de carencias terribles", y apuntó directamente al ex responsable de seguridad enviado por la DCN a Pakistán, Gérard Clermont.

Según la acusación, Clermont hizo caso omiso a consignas como las de cambiar diariamente el horario y recorrido del autobús en el que se trasladaban los ingenieros, y que sufrió el atentado mortal, a pesar de que los trabajadores eran conscientes de que el vehículo "era uno de los puntos débiles del sistema de seguridad".

Por su parte, Clermont señaló el año pasado ante una comisión de investigación que "no (se) esperaba" un atentado, aunque doce días antes del mismo el responsable de seguridad fue informado de una amenaza que pendía sobre los franceses.

En la investigación paralela sobre las causas del atentado, la acusación sostiene que fue la congelación de las comisiones ilegales la que pudo provocar que los servicios secretos paquistaníes quisieran vengarse de Francia y organizaran así el atentado.

El caso tiene también ramificaciones políticas, puesto que algunos testigos han señalado que parte de las comisiones pagadas a Pakistán pudieron volver a Francia para financiar la campaña de las Presidenciales de 1995 del entonces primer ministro, Edouard Balladur, cuyo portavoz era entonces Nicolas Sarkozy, quien también ocupaba la cartera de Presupuesto.

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