Las palabras que la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua Arzallus, emitió desde la tribuna del Congreso este domingo han provocado la indignación entre las víctimas de terrorismo que han iniciado acciones legales contra la diputada a quien han denunciado ante el Tribunal Supremo por un presunto delito de "humillación", tal y como recoge el texto que ha elevado al TS la la asociación Dignidad y Justicia, que preside Daniel Portero, y al que ha tenido acceso La Información.
"Que como víctima del terrorismo y como presidente de la Asociación Dignidad y Justicia viví a través de retransmisión de la segunda sesión de investidura, el pasado domingo, día 5 de enero de 2020, la intervención de Mertxe Aizpurua Arzallus, portavoz del grupo parlamentario EH Bildu, la cual, tanto en su asiento de diputada, como desde la tribuna de oradores, exhibió de forma pública y ostentosa una insignia en la solapa de su chaqueta, que representaba las Comunidades de País Vasco y Navarra con dos flechas hacia dentro, que representa la vieja reivindicación histórica de la organización terrorista ETA, de acercar a los presos", reza la denuncia que firma Portero.
Días después de la intervención de Aizpurua y con la investidura recién alumbrada, desde Dignidad y Justicia han encabezado la denuncia que ya ha llegado al Alto Tribunal, el cual ostenta la competencia para actuar contra los aforados, por considerar que el discurso de la portavoz parlamentaria infringe el artículo 578 del Código Penal que recoge la defensa de las víctimas de los delitos terroristas ante los "actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación".
El texto de la asociación cita las palabras que la portavoz dirigió a la Cámara y por las que instaba a adoptar "una agenda para la paz y convivencia pasa por un cambio en la política penitenciaria que la ajuste a la legalidad y la rescate definitivamente de la excepcionalidad y la venganza en la que la han instalado". Una reivindicación que Portero califica de "sectaria" ya que asegura que no está dirigida a todos los presos de ETA sino solo a aquellos "que han seguido y siguen los postulados de la organización terrorista".
Discrepancia entre las víctimas
El discurso de Azipurua, uno de los momentos más tensos de la sesión del pasado domingo, no generó la misma reacción entre todos los familiares de las víctimas de la organización terrorista. Los diputados de la bancada conservadora 'saltaron' de sus asientos al grito de 'asesinos' o 'terroristas' antes de que la portavoz concluyera su discurso. La indignación traspasó los muros del hemiciclo y llegó a las redes sociales, donde Pablo Casado individualizó las acusaciones de su formación y publicó: "ETA no ha desaparecido".
Algunos de los familiares de los asesinados por la banda terrorista se apresuraron a rebatir. Fue el caso de los hijos de Froilán Elespe y Juan María Jáuregui quienes mostraron públicamente su desacuerdo con el líder 'popular'. Así, Jose Elespe aseguró que "su opinión es tan válida como la mía", pero matizó: "Me hace feliz que ETA no exista, que tengamos un gobierno de izquierdas en España, y que se encare el problema catalán desde el diálogo", e insistía, "Mi padre pensaría lo mismo. Fin".
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