Victoria oficialista entre críticas por la involución democrática en Ucrania

  • Occidente ensombreció hoy con sus críticas al retroceso democrático la victoria electoral del oficialismo en Ucrania, que roza la mayoría absoluta, pese al tirón de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko, que se declaró en huelga de hambre.

Boris Klimenko

Kiev, 29 oct.- Occidente ensombreció hoy con sus críticas al retroceso democrático la victoria electoral del oficialismo en Ucrania, que roza la mayoría absoluta, pese al tirón de la encarcelada ex primera ministra Yulia Timoshenko, que se declaró en huelga de hambre.

"Un paso atrás en relación con anteriores elecciones en Ucrania", ese fue el veredicto de la misión internacional de observadores de la Organización sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) acerca de los comicios parlamentarios del domingo.

Los observadores occidentales criticaron en particular los procesos contra de la ex primer ministra Timoshenko y el extitular del Interior Yuri Lutsenko, que calificaron de "justicia electoral".

Estas elecciones eran claves para las relaciones entre Ucrania y la Unión Europea, que advirtió la pasada semana al presidente del país, Víctor Yanukóvich, de que las parlamentarias serían una "prueba de fuego" sobre el compromiso democrático de Kiev.

De lo que no hay duda es de que el gobernante Partido de las Regiones (PR) ganó las legislativas, aunque según avanza el escrutinio su ventaja decrece y se esfuman sus posibilidades de retener la mayoría parlamentaria junto a sus aliados comunistas.

Según la Comisión Electoral Central (CEC), la formación política gobernante logra el 33,86 por ciento de los votos, con el 65,2 por ciento escrutado.

Sus aliados naturales, los comunistas, obtienen un resultado histórico por encima del 14 por ciento, lo que les convierte en la tercera fuerza más votada y en la llave de la gobernabilidad del país.

De esta forma, ambos partidos rondarían el 50 por ciento de votos necesarios para forjar una mayoría en la Rada Suprema (Legislativo), para lo que se precisan más de 225 escaños.

Aun en caso de quedarse corto, según los analistas, el oficialismo podría lograr su objetivo con ayuda de los candidatos independientes que han ganado en las circunscripciones mayoritarias (225) y que están dispuestos a vender sus escaños al mejor postor.

La reforma de la legislación electoral introducida por el PR para que la mitad de los votos se repartieran por listas de partidos y la otra mitad por circunscripciones podría ser la clave de su victoria, debido a su férreo control de los graneros electorales regionales.

Batkívschina (Patria), el partido de Timoshenko, sería el segundo más votado con el 22,74 por ciento de los apoyos, por encima de lo pronosticado por las encuestas.

La recién fundada Alianza Democrática Ucraniana por las Reformas (UDAR) del campeón de los pesos pesados Vitali Klitschkó sumaría el 12,88 por ciento.

Precisamente, el púgil, que se negó a firmar antes del domingo un pacto electoral con Batkívschina, llamó hoy a la oposición unificada a aliarse para evitar que el PR retenga la mayoría parlamentaria.

El quinto partido que accedería al arco parlamentario sería el de los nacionalistas de Svoboda (Libertad), que obtendrían un sorprendente 8,51 por ciento, en gran medida gracias al apoyo mayoritario cosechado entre la numerosa diáspora ucraniana.

Batkívschina, que ha denunciado numerosos casos de irregularidades por parte de la formación política en el poder, mantiene que el PR habría logrado menos de 30 por ciento de los votos, según el recuento paralelo realizado por sus partidarios.

Mientras, los comunistas se quedarían en un 11 por ciento, resultados que harían prácticamente imposible que el oficialismo lograra la mayoría parlamentaria.

Nada más conocerse el informe de la OSCE, la incansable Timoshenko se declaró en huelga de hambre en protesta por el supuesto fraude electoral.

Timoshenko, que cumple siete años de cárcel por abuso de poder, llamó el domingo a los ucranianos a acudir en masa a las urnas, aduciendo que una alta participación sería el mejor "antídoto contra la falsificación".

La opositora, quien ya estuvo en huelga de hambre durante varias semanas en abril, aseguró que "las elecciones no pueden ser reconocidas como legítimas".

En su informe la OSCE denunció hoy el abuso del recurso administrativo, la falta de transparencia de la campaña y de la formalización del escrutinio y el hecho de que el dinero jugara un papel preponderante durante las elecciones.

No obstante, el jefe de la delegación del Parlamento Europeo, Pável Koval, descartó posibles sanciones contra Kiev por el retroceso democrático, como en el caso de la vecina Bielorrusia, quizás por temor a entregar a Ucrania a los brazos de la Unión Aduanera con Rusia.

El primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, proclamó anoche la victoria del partido que lidera y subrayó que las elecciones habían sido limpias.

Para prevenir posibles protestas contra el fraude, como ocurriera en la Revolución Naranja de 2004, el Ayuntamiento de Kiev ha prohibido las manifestaciones en la ciudad hasta el 12 de noviembre.

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