El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, han llegado a la ciudad autónoma de Ceuta al comienzo de la tarde con el objetivo de reunirse con la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, y analizar el caos migratorio que se está viviendo en las últimas 24 horas.
Sin embargo, a las afueras del helipuerto, según informan medios locales como 'Ceuta ahora', decenas de ceutíes han esperado el aterrizaje del presidente y el ministro para recibirles con pitos y caceroladas. Además, se han escuchado gritos, abucheos e insultos. Algunos ciudadanos 'caballas' querían mostrar así su descontento ante la situación tan tensa que se está viviendo en la zona.
Los miembros del Gobierno también tienen previsto reunirse con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Jesús Vivas. Algunos ciudadanos incluso golpearon las puertas de los vehículos y algunos -según testigos- escupieron a los coches oficiales. "Ceuta no se vende" o "invasión" eran las proclamas que más se han escuchado.
Horas antes, en una declaración institucional en el Palacio de la Moncloa, Sánchez ha informado de su viaje a las dos ciudades autónomas, a cuyos ciudadanos ha garantizado que la integridad territorial de España "con todos los medios necesarios" y ante cualquier eventualidad o circunstancia.
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