"No voy a ir contra nadie, más que nada a defenderme. Pero voy a desenmascarar todo". Así ha resumido José Manuel Villarejo cual va a ser su estrategia a menos de 24 horas de abandonar la prisión de Estremera. A su salida de la Audiencia Nacional, donde estaba citado a declarar por dos piezas de su macrocausa, ha lanzado un aviso a navegantes apuntando que quiere hablar de "todo", esté o no protegido por la Ley de Secretos Oficiales. Asegura que está tranquilo, que en su primera noche en libertad se ha despertado más de una vez pensado que estaba en la celda y que su prioridad ahora mismo es "descansar".
Acompañado de su abogado y ataviado con su característica gorra, el comisario ha cumplido con los periodistas que le esperaban a las puertas del juzgado y ha comparecido para dejar claro que se va a defender y que la causa penal que ha acabado salpicando a los grandes del Ibex la impulsó Félix Sanz Roldán. Su escueto discurso ha tenido como foco principal el exdirector del CNI a quien se ha referido como 'Lord protector de la Corona'. Al respecto, ha dicho que la "denuncia anónima" contra esta macrocausa de espionaje la montó "un agente" del Centro Nacional de Inteligencia" y que ya en 2016, un año antes del estallido del caso Tándem, le avisaron para que huyera de España. "¡Eso es lo que quisieran, que yo huyera!", ha respondido.
El comisario, que hasta ha enseñado su carnet de Policía para insistir que ya no está en activo, ha dicho que quiere hablar de todo ante el juez y ha propuesto que se abran más piezas de las treinta que existen hasta el momento en el procedimiento. Preguntado específicamente por su implicación en la operación Cataluña y por sus vínculos con exaltos dirigentes del PP, como María Dolores de Cospedal, Villarejo ha sido más sutil recordando que son líneas de investigación vivas de las que no se quiere pronunciar. Sí que ha deslizado, en referencia expresa a la trama Gürtel y los papeles de Bárcenas, que le hubiera "gustado" que le dieran "algo" de la supuesta caja 'B' de la formación popular.
También ha tirado de ironía para volver a aludir a su tiempo en prisión. Durante los 40 meses que ha estado en prisión preventiva, el comisario ha denunciado trato degradante desde la cárcel. Incluso se llegó a enfrentar con el magistrado Manuel García Castellón por denegarle su salida en plena pandemia del coronavirus. Hoy ha vuelto a denunciar las malas condiciones en las que se habría encontrado en Estremera. Al respecto ha dicho que estuvo varias semanas sin calefacción y sin agua desde que volvió de su juicio contra Félix Sanz Roldán y del que resultó absuelto y que le confinaron en una celda de 5 metros. "Me han puesto en pelotas mil veces. Hasta me han mirado el esfínter a ver si tenía un teléfono", ha dicho.
El espía también ha puesto en su diana a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional. Lo ha hecho tras apuntar que le ha "saqueado" todo, en referencia al control de su patrimonio. En este punto ha tirado de sorna para decir que sus "pelucos" lo tienen "gente" de esta unidad policial y que, además, alardean de ello. Una de sus cuentas pendientes más allá de la causa de la Audiencia Nacional la tiene precisamente con el que fuera número dos de Asuntos Internos, el cual se querelló contra él y otros miembros de la bautizada como policía patriótica por coacciones en plena investigación al pequeño Nicolás. La Audiencia Provincial de Madrid acaba de ordenar que se admita a trámite esta querella, más de dos años después de su interposición.
"Ningún secreto aguanta el tiempo"
El comisario también ha negado que encriptara el material que los agentes le incautaron tras su detención en noviembre de 2017. Al respecto ha dicho que ni ha filtrado la información que le requisaron ni tiene ningún miedo a hablar sobre ello. Es más, ha vuelto a apuntar al CNI de la etapa de Sanz Roldán para añadir que si alguien le suministraba copias de grabaciones era era 'La Casa'. Sobre este punto ha reiterado lo que ya dijo en el juicio contra Sanz Roldán y que, a su juicio, constituye el inicio de su mala relación con él y de su descenso a los infiernos. Según ha explicado, todo esto comenzó cuando denunció un uso irregular por parte de la cúpula del CNI con los fondos reservados para pagar el rescate de unos periodistas secuestrados.
"La idea general que tuvo Sanz Roldán es: 'Vamos a encapsular a Villarejo que me está tocando las narices porque yo dije que ese dinero con el que están pagando se está quedando por el camino", señaló. "Mi problema comenzó cuando empecé e cuestionar sus trabajos. Ningún secreto aguanta el tiempo", ha recalcado. El espía, que estuvo adscrito a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) ha vuelto a apuntar que puso su estructura empresarial al servicio de la Policía y que sus trabajos con entes como BBVA, Iberdrola, Respol o Caixa "tuvieron intereses públicos y políticos". Un extremo que ha mantenido siempre en sus diferentes interrogatorios por todas estas líneas de investigación.
Sus problemas de hipertensión, por los que lleva un parche en el ojo, le llevaron a prestar declaración en muchas ocasiones desde Estremera. De hecho, la cita prevista para este jueves se iba a celebrar allí. En este caso iba a declarar por dos piezas menores de la gran causa Tándem. Sin embargo, el criterio de la Audiencia Nacional y la petición este miércoles de Anticorrupción de que saliera de prisión han dado un nuevo giro a los acontecimientos. Los fiscales que pilotan esta causa siguen apreciando riesgo de fuga y de reiteración delictiva pero actúan teniendo en cuenta que ha pasado 4o meses en prisión y que el plazo máximo que pueden mantenerle entre rejas termina en noviembre. La lentitud de la instrucción hace que, para entonces, todavía no haya arrancado ningún juicio, pues el primero está fijado para diciembre. Por ese motivo, el juez acordó su puesta en libertad, la cual se hizo efectiva este mismo miércoles.
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