En la provincia de Salamanca (CyL)

Villares, el pueblo sin plusvalía: "No nos va tan mal y la gente tiene más dinero"

Fuentes del consistorio relatan a La Información cómo este municipio -de más de 6.000 habitantes- puede ofrecer buenos servicios sin hacer uso de uno de los impuestos más lucrativos para los ayuntamientos. 

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Villares, el pueblo sin plusvalía: "No nos va tan mal y la gente tiene más dinero".
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Una bandera de España da la bienvenida a todos aquellos que visitan Villares de la Reina, un pueblo de más de 6.000 habitantes y que se encuentra a tan solo 19 minutos en coche del casco histórico de la capital de la provincia, Salamanca (en Castilla y León). Este lugar es uno de los cientos de feudos que tiene el Partido Popular por toda la comunidad, pero que en las últimas elecciones, pese a haberlas ganado, fue otro partido de derechas (Ciudadanos) el que se hizo con el bastón de mando. Sin embargo, las políticas siguen siendo las mismas y entre los vecinos se defiende sin tapujos el liberalismo económico. Una mentalidad que le ha permitido no depender de algunos impuestos -como el de plusvalía- para cuadrar sus cuentas municipales.

El 26 de octubre de 2021 una sentencia, cuyo ponente era el magistrado del Tribunal Constitucional (TC) Ricardo Enríquez, declaraba "inconstitucional" el método de cálculo con el que se medía el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (más conocido como el impuesto de plusvalías). Una noticia que sacudía las cuentas de innumerables concejales de Hacienda de todo España. Así, algunos municipios, a raíz de este fallo, vieron sus balances en serio peligro de incurrir en déficit, ya que se trata de una de las principales fuentes de ingresos de muchos consistorios, como Boadilla del Monte (un 53,8%), Castelldefels (un 34,6%) o incluso la propia capital (con más del 20%).

El diario La Información recaba, a través de fuentes del Ayuntamiento de Villares de la Reina, las razones que llevan a este municipio a apostar por una baja fiscalidad (donde incluso se suprimen impuestos) y qué resultado les está dando. Así, según cuentan, este impuesto (el de plusvalías) "se decidió hace muchos años no implantarlo ya que teníamos -y tenemos- suficientes fuentes de ingresos, como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), el IVTM (Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica) o el IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas)". Por lo tanto, la suspensión de este tributo tras la sentencia del TC "no nos trastoca en nada el presupuesto y seguiremos manteniendo nuestras partidas de gasto sin tener que aumentar las de ingresos".

De hecho, esta misma fuente va más allá y afirma que "este tipo de sentencias nos da mayor estabilidad administrativa" ya que "al no tenerlos aplicados nos ofrece una mayor garantía en las cuentas y en la gestión". Además, les permite atraer nuevos agentes económicos al municipio, "para nosotros lo más importante es que el ciudadano y las empresas tengan el dinero en sus bolsillos para que se asienten aquí". Una política que no es banal ni improvisada, sino que atiende a una estrategia administrativa, "tenemos muy pocos impuestos dados de alta, somos el ayuntamiento que menos grava en toda la provincia y el que tiene las tasas más bajas". Una situación que no les supone "ningún trastorno" porque a la gente "no le va tan mal y tiene más dinero".

Desde el consistorio no critican la forma de gobernar de otros municipios, aunque reconocen que muchos de su entorno (que rodean Salamanca capital) "están muy afectados por esta sentencia", como son Santa Marta de Tormes ("que les supone 400.000 euros de sus ingresos"), Villamayor, Cabrerizos o Carbajosa. Una situación que no les alegra porque recalcan que no están en contra de los impuestos ya que éstos luego sirven para suministrar servicios públicos a los ciudadanos porque "el coste tiene un coste". Pero advierten de que ellos prefieren tener "más en cuenta" los impuestos indirectos (como el IVA) que los directos, lo que no evita que sean estos últimos los que más les aportan para sufragar gastos, como son: el IBI, las participaciones del Estado (que son ingresos que el Gobierno central recauda a partir de impuestos estatales y que transfiere a los consistorios sin ningún tipo de condición y que varían según el tamaño del municipio) y el impuesto de vehículos.

"Estamos orgullosos de nuestra forma de hacer política", manifiestan. La razón se debe a que mantienen "la deuda a cero" y ofrecen, al mismo tiempo, "muchos " servicios públicos a los vecinos, "tenemos piscina de verano, un pabellón deportivo, un auditorio...". Por último, y ante la posibilidad de que en un futuro cercano el pueblo crezca y sea necesario aumentar el alumbrado o crear nuevos jardines, desde el consistorio sentencian con rotundidad: "No utilizaremos el impuesto de plusvalía porque no es la filosofía de Villares de la Reina".

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