Volpi, sobre Octavio Paz: "Es más fácil reconciliarse con los muertos"

  • Alfredo Valenzuela.

Alfredo Valenzuela.

Sevilla (España), 1 abr.- El escritor mexicano Jorge Volpi ha dicho sobre Octavio Paz, de quien ayer se cumplió el centenario de su nacimiento, que "es más fácil reconciliarse con los muertos" y que, a pesar de que en vida el nobel mexicano "fue muy querido", también se le atacó mucho "y resultó terriblemente polémico".

Octavio Paz fue "un hombre de una enorme lucidez y de una capacidad crítica y autocrítica ejemplar", y una personalidad que "perseguía la polémica todo el tiempo; siempre mantuvo sus odios personales y era anti autoritario, pero él mismo ejercía un poder intelectual enorme", según Volpi ha dicho a Efe en la presentación en Sevilla de su última novela, "Memorial del engaño" (Alfaguara).

También ha sostenido sobre la evolución política de Paz que "muy joven fue cercano a la izquierda revolucionaria" y que, aunque nunca se afilió al comunismo, sí ejerció de compañero de viaje.

Tras su participación en 1937 en el Congreso de Intelectuales en la España en Guerra, se retiró al Yucatán "en un ejercicio de educación revolucionaria", trabajando con los indígenas.

Fue a partir de 1945 cuando, según Volpi (Ciudad de México, 1968), Paz "se irá distanciando cada vez más de la izquierda que considera cómplice de los crímenes del estalinismo", ya que ese año permanece en Francia y conecta con los intelectuales que denuncian los regímenes comunistas del Este y de la Unión Soviética.

No obstante, Paz renunció a ser embajador de México -fue el único que lo hizo, ha recordado Volpi- tras la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas y todavía entonces, a final de los años sesenta, "tuvo la idea de fundar un partido de izquierda anti autoritaria, pero no cuajó".

A partir de los años setenta fue más cercano a los liberales y a la derecha política y, ha matizado Volpi, "a acercarse también cada vez más al poder político y económico; entonces la izquierda lo toma por su enemigo principal, y él también toma a la izquierda como enemigo principal; así empieza la gran batalla, y la polémica se acentúa".

Octavio Paz "fue un crítico feroz del sandinismo" y en 1944, "como detestaba cualquier guerrilla", criticó igualmente el movimiento zapatista, pese a lo cual "simpatizó" con el líder de esta insurgencia, el subcomandante Marcos.

"Fue como si Paz hubiera sentido nostalgia; como si el Paz viejo se reconociera en aquel blanco que se fue a trabajar con los indígenas -como hizo él en su juventud en Yucatán- y no fue tan crítico con la figura de Marcos", ha señalado Volpi, al recalcar que la evolución política del nobel mexicano "no fue tan obvia".

En los últimos años de su vida, "palabras como solidaridad y hermandad y algunos valores de la izquierda" volvieron a estar presentes en su pensamiento, "como si al final lo que hiciera fuese volver a su juventud".

La última novela de Volpi, "Memorial del engaño" (Alfaguara), trata sobre los "criminales financieros" que provocaron la actual crisis económica, de la que, no obstante, ha asegurado que "los grandes responsables son los políticos que por ceguera ideológica o intereses creados por el mundo económico no han cuidado de la sociedad".

De las consecuencias de la crisis ha asegurado que España "se está pareciendo cada vez más a América Latina, la desigualdad es cada vez mayor, los pobres y las clases medias cada vez están más distantes de los ricos".

Volpi ha negado que el capitalismo sea un mal sistema, pero ha calificado de "perniciosa" la revolución conservadora que triunfa en los años noventa, la cual considera que "el Estado es el enemigo permanente: hay que reducirlo al mínimo, desregular los mercados y desmantelar el estado del bienestar".

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