Una veintena de dirigentes componen la cúpula de Vox, el partido que ha entrado en el Parlamento de Andalucía con doce escaños y ha provocado todo un tsunami a nivel político y social. Muchos españoles ya conocen a su líder, Santiago Abascal, o a su secretario general, Javier Ortega Smith, que se han pateado la autonomía andaluza en las últimas semanas para conseguir el éxito en las urnas. Sin embargo, junto a ellos, en el Comité Ejecutivo se encuentran una serie de responsables que han sido capaces de impulsar la formación, muchos de ellos compatibilizando su colaboración en el partido con sus actividades profesionales.
Un caso muy significativo es el de Mazaly Aguilar, vicepresidenta segunda y que fue jefa de gabinete de Ignacio Sánchez Galán cuando era consejero delegado de Airtel, justo antes de dar el salto a Iberdrola. La dirigente de Vox y habitual de las tertulias de televisión y radio trabajó durante casi trece años en la compañía de telecomunicaciones y vivió en primera persona su reconversión a Vodafone.
El número 60 de la madrileña calle Diego de León alberga el cuartel general de la formación. Allí, en un primer piso, se reúne periódicamente el Comité Nacional Ejecutivo, un órgano que alberga a 'los veinte de Abascal'. Desde esas salas han preparado el asalto a Andalucía y ahora ultiman su estrategia para afrontar con éxito las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas del mes de mayo.
En la cúpula de Vox predominan los perfiles empresariales. Uno de sus dirigentes más destacados es Iván Espinosa de los Monteros, considerado uno de los 'gurús' económicos del partido y actual responsable de Internacional. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales en Icade, ha vivido, trabajado y estudiado en Estados Unidos. La empresa es su mundo, donde se gana la vida, y Vox es su otra pasión. De hecho, tuvo que dejar su cargo de secretario general para dedicarse a su labor profesional en la promotora inmobiliaria Primium, donde es socio director.
Algo similar ocurre con Rocío Monasterio, vicesecretaría de Acción Social de Vox, que fue la dirigente que entregó unas esposas y el Código Penal a Puigdemont durante un desayuno informativo en Madrid. Monasterio es arquitecta y trabaja también para Primium diseñando viviendas y oficinas. El vicepresidente primero de Vox, Víctor González Coello, de Portugal, también es un dirigente que proviene del mundo de los negocios. Es consejero delegado de MPR, una firma de inversión que localiza para sus clientes oportunidades en los sectores inmobiliario, industrial, energético y de capital de riesgo.
El vicepresidente tercero de Vox, Pablo Sáez Alonso-Muñumer, también es un veterano profesional que se ha dedicado (y lo sigue haciendo) a la empresa privada. Lleva 17 años trabajando en Aon como responsable de su equipo financiero y antes formó parte de KPMG. Un perfil similar es el que tiene Rafael Bardají, vocal del Comité Ejecutivo Nacional que cuenta con su propia empresa de geoestrategia, World Wide Strategy; y Andrés Porta, el tesorero, que también tiene su propia compañía.
La cúpula de Vox la completan algunos integrantes que son funcionarios o se dedican a labores docentes. Es el caso de Antonio de Miguel, vicesecretario de Formación, y que es profesor. O Alicia Rubio, vicesecretaria de Movilización, y que es profesora de un instituto público en Madrid.
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