Vox se dispara con 29 escaños por el impacto económico de la inmigración

  • La formación de Santiago Abascal tendría grupo parlamentario propio y sería decisiva a lo hora de formar Gobierno.
Metroscopia escaños vox
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Vox daría la gran sorpresa en unas hipotéticas elecciones generales celebradas este mes con nada menos que 29 escaños en el Congreso y un 11,5% de los votos, gracias a lo que cala en la sociedad su mensaje populista en contra de la inmigración y todos los efectos socioeconómicos que conlleva, sobre todo en materia de gasto en sanidad y la gestión del problema cedida a las comunidades autónomas. Así se deriva de los datos recogidos en la última encuesta sobre clima social realizada por Metroscopia para el Grupo Henneo, que arroja un panorama complicado de cara a futuros pactos electorales y donde Vox sería uno más de los cinco partidos de ámbito nacional que tendrían más de un 10% de representación.

De hecho, la irrupción de Vox en el Hemiciclo solo es comparable a la que realizó en 2016 Ciudadanos, con 32 escaños, que ya fue un hito político en la historia de nuestro país. La consulta se realizó entre los días 10 y 12 de este mes de diciembre sobre una base de 1.895 entrevistas telefónicas aleatorias, con un grado de eficiencia de más del 71% y un margen de error de apenas el 2,3%.

El caladero de votos que coloca a la formación de derechas en el centro de la política nacional se ceba sobre todo con un mensaje que ataca de lleno a la inmigración y los efectos económicos y sociales que suponen las actuales políticas de apertura de fronteras y atención a todos los que llegan a nuestro territorio desde otros países. Según las respuestas obtenidas por Metroscopia, el 83% de los votantes de Vox considera que se ha ido demasiado lejos con la acogida de migrantes de fuera de Europa, una convicción que solo apoyan con mayoría, aunque en menor medida, en el PP (66%) y Ciudadanos (55%), pero que está muy lejos de la postura de los partidos de izquierda, PSOE y Unidos Podemos, que se quedan en el 21% y el 12% respectivamente.

Esa lucha frontal contra la inmigración se conecta directamente con la aversión que desde la formación de Santiago Abascal se presenta siempre contra la España autonómica, y contra la gestión de la sanidad y de otros problemas sociales que se hace desde las comunidades autónomas. Hasta un 82% de los seguidores de Vox en las urnas considera que también se ha ido demasiado lejos con la transferencia de competencias a los gobiernos autonómicos, como la inmigración y la sanidad, frente a una media del 49% de los votantes totales que asegura que aún se debe avanzar más.

Junto con autonomías e inmigración, el tercer gran vector sobre el que Vox puede ser capaz de acarar 29 escaños en su primera irrupción en el Congreso -lo que supondría tener grupo parlamentario propio y ser una fuerza decisiva en una futura formación de Gobierno- es su rechazo a las ideas y planteamientos feministas que se han lanzado desde la izquierda. Según la encuesta de Metroscopia, un 66% de los votantes de este partido de derecha radical se muestra en contra de este tipo de políticas a favor de las mujeres, algo que también tiene relación directa con la aversión que plantean hacia el cuidado de las mujeres inmigrantes y las parejas de fuera de España que se instalan en nuestro país, muy azotadas por la violencia de género.

Menos populistas y radicales de lo que parecen

A la vista de la fuerza con que partidos radicales de izquierda y de derecha (Unidos Podemos y Vox) tienen en el entramado político español, la Encuesta de clima social elaborada por Metroscopia para Henneo realiza un estudio concreto del grado de extremismo que los propios votantes de los partidos ven en sus formaciones. Y lo que más llama la atención en este caso es que, ni en un caso ni en el otro, los seguidores de Voz y de Podemos creen que son tan populistas como los demás les achacan. Apenas la mitad de los votantes de una u otra formación asegura que su partido es populista o de extrema derecha o izquierda, los dos calificativos que les colocan desde el resto de las formaciones de manera mayoritaria.

En el caso de Vox, la radicalidad que se vislumbra en sus ideas sobre la España autonómica o la inmigración se frena de forma muy habilidosa cuando se trata de hablar de las medidas contra el cambio climático o la Unión Europea, e incluso al tratar el acceso universal a la sanidad pública. En este caso, hay una mayoría del 68% que cree que se debe avanzar aún más, menor que en el resto de los partidos, pero en una línea que no les haga perder votos por ello.

A pesar de esa percepción interna de ambas formaciones, si se extrapolan todos los datos, el resultado es que el 71% de todos los votantes considera que Vox es de extrema derecha y el 48% considera a Podemos de extrema izquierda. Más igualados están en la idea de que son populistas, algo que creen más del 64% de los consultados para ambas formaciones, al igual que cuando se les pregunta por su condición de antisistema y anticonstitución, con porcentajes en todos los casos y en ambos partidos (Vox y Podemos) de entre el 35% y el 49% que les ven así.

La consideración social básica de que los extremos se tocan también se deja ver en la encuesta cuando se analiza la calificación política y económica del país. En ambos casos, tanto desde Vox como desde Podemos se considera que es mala, en más de un 90% de los votantes en el ámbito político y en más del 70% en lo que respecta a la evolución económica.

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