Washington amenaza con sancionar a los altos cargos kenianos que no apoyen la reforma política

  • Nairobi.- Estados Unidos amenazó hoy a un grupo de altos cargos kenianos con imponerles sanciones si no apoyan medidas para acabar con la violencia política y aceleran las reformas que garanticen la futura estabilidad democrática del país.

Washington amenaza con sancionar a los altos cargos kenianos que no apoyen la reforma política
Washington amenaza con sancionar a los altos cargos kenianos que no apoyen la reforma política

Nairobi.- Estados Unidos amenazó hoy a un grupo de altos cargos kenianos con imponerles sanciones si no apoyan medidas para acabar con la violencia política y aceleran las reformas que garanticen la futura estabilidad democrática del país.

El embajador estadounidense en Kenia, Michael Rannenberg, mostró hoy en una rueda de prensa en su residencia de Nairobi la decepción de EEUU por la falta de medidas contra la impunidad y la corrupción y de reformas del sistema político keniano, 21 meses después de las últimas elecciones, tras las que se produjeron graves disturbios.

Rannenberg indicó que el Secretario de Estado Adjunto de Asuntos Africanos de su país, Johnnie Carson, "ha enviado cartas a quince altos cargos en las que indica que sus relaciones con EEUU dependen de su postura respecto a las reformas".

El responsable diplomático no dio lo nombres de los políticos amenazados, pero puntualizó que entre ellos hay ministros, secretarios de estado, parlamentarios y otros altos cargos.

Añadió Rannenberg que Nairobi corre el peligro de perder el apoyo que tradicionalmente le ha dado Washington si se demoran más las reformas políticas que estaban previstas.

Es "crucial para la futura estabilidad democrática de Kenia" la aplicación de "la agenda conjunta de reformas", dijo Rannenberg, quien consideró que se debe hacer con "urgencia".

"Tanto el presidente, Barack Obama, como la secretaria de Estado, Hillary Clinton, han dejado clara su preocupación sobre los asuntos que requieren una reforma en Kenia. Queremos ayudar, pero no con quienes apoyan la violencia", dijo Rannenberg.

Ésta no es la primera vez que EEUU advierte a Kenia del riesgo que corre si no desarrolla las reformas a las que se comprometió después de la violencia que siguió a las elecciones de diciembre de 2007, que dejó 1.500 muertos y 400.000 desplazados.

Una de las medidas esperadas consiste en la creación de un tribunal local que juzgue a los presuntos instigadores de la violencia postelectoral de 2008, de los que al menos diez serían parlamentarios y altos cargos del actual Gobierno, según una comisión nacional que no ha hecho públicos los nombres.

Sin embargo, el Parlamento ha rechazado una y otra vez la propuesta de formación de un tribunal especial, al considerar que podría ser "parcial" y, según comentaristas locales, porque un buen número de legisladores podrían acabar procesados.

El tribunal juzgaría a los supuestos responsables de los disturbios, iniciados tras una denuncia de fraude en las elecciones por parte de la oposición, que consideró que los resultados, que daban la victoria por segunda vez consecutiva a Mwai Kibaki, estaban amañados.

El pasado agosto, Hillary Clinton recomendó durante una visita a Nairobi que el país apostara por el tribunal local, ya que lo consideraba más conveniente que enviar los casos a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya.

El fiscal jefe de la CPI, Luis Moreno Ocampo, dijo la semana pasada que daría los pasos necesarios para empezar las investigaciones sobre Kenia si no se constituía el tribunal local y añadió que viajará a EEUU en los próximos días para consultar con Clinton cómo manejar la situación del país africano.

Moreno Ocampo dijo que el plazo para la formación del tribunal expiraría pronto, aunque ya han pasado varias veces los plazos dados a Kenia por la comunidad internacional para constituirlo.

El conjunto de reformas al que Kenia se comprometió incluía también una reforma profunda de la Constitución y una revisión amplia de la política de reparto de tierras, que los expertos consideran imprescindibles para evitar que se repita la violencia del pasado año.

Tras los disturbios de 2008, el país, considerado el motor económico y ejemplo de estabilidad de África oriental, sufrió un grave revés económico y un deterioro en su imagen con lo ocurrido, que afectó al flujo de turistas y a sus vínculos comerciales con otros países.

Con EEUU, Kenia mantiene alianzas para luchar contra la piratería y la amenaza del integrismo islámico en la vecina Somalia.

El acercamiento que Kenia pretendía con EEUU tras la elección de Obama, hijo de un keniano, como presidente del país más poderoso del mundo, se complica a causa a la impunidad y la corrupción en el país.

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