Xi elige exfeudo militar de Bo Xilai como primera base del año inspeccionada

  • El presidente chino, Xi Jinping, eligió este fin de semana el feudo militar del exdirigente Bo Xilai, condenado a cadena perpetua por corrupción y abuso de poder en 2013, como la primera base del Ejército de Liberación Popular (ELP) chino en recibir su inspección doméstica del año.

Pekín, 25 ene.- El presidente chino, Xi Jinping, eligió este fin de semana el feudo militar del exdirigente Bo Xilai, condenado a cadena perpetua por corrupción y abuso de poder en 2013, como la primera base del Ejército de Liberación Popular (ELP) chino en recibir su inspección doméstica del año.

También presidente de la Comisión Central Militar, Xi urgió a los soldados de Kunming, la capital de la provincia sureña de Yunnan, donde está la base decimocuarta de las fuerzas armadas chinas, para realizar la evaluación y recordar las instrucciones del Partido Comunista (PCCh), según publica hoy la agencia oficial Xinhua.

Durante su visita, Xi instó a las tropas a mantener "un alto grado de unidad, pureza y solidaridad", y honró la memoria de un soldado de la unidad que murió en un conflicto en la zona fronteriza con Vietnam en 1984, a los 19 años de edad.

El presidente incluyó esta base en un viaje de tres días a Yunnan, que concluyó este fin de semana y en el que también se acercó a la zona del lago Dian, que ha sufrido una seria crisis de agua contaminada recientemente.

La visita a la base militar de Yunnan adquiere relevancia por ser la unidad controlada por el padre de Bo Xilai, el general Bo Yibo, coetáneo de Mao Zedong, después de que hace tres años circularan rumores sobre una posible rebelión de las tropas de esa región contra el Gobierno.

Bo Xilai, en prisión desde septiembre de 2013, era un carismático líder provincial que muchos veían como "presidenciable" hasta que cayó en desgracia por un escándalo de corrupción y abuso de poder que incluye la sentencia contra su esposa, Gu Kailai, por el asesinato del empresario británico Neil Heywood.

El otrora líder había aumentado sus contactos con el antiguo feudo militar de su padre y poco antes de ser defenestrado había visitado a esas mismas tropas, lo que aumentó las suspicacias de Pekín, cuando Xi Jinping aún no había asumido el poder y, según algunos analistas, temía por su ascenso a la presidencia.

La visita actual de Xi se produce, asímismo, cuando su Gobierno emprende una masiva campaña anticorrupción que ha salpicado a las mismas filas del hasta hace poco intocable Ejército de Liberación Popular chino.

Mostrar comentarios