Yemen lucha contra Al Qaeda sin apenas recursos

  • El gobierno yemení se enfrenta a un cúmulo de problemas para combatir a Al Qaeda en su territorio: sufre un alto índice de pobreza, una gran inestabilidad política con enfrentamientos contra rebeldes y separatistas, la organización terrorista se esconde en territorios inaccesibles y una mayor ayuda militar estadounidense puede potenciar el apoyo de la población a la causa yihadista.
Heather Murdock | GlobalPost para lainformacion.com

Gráfico: Así es Yemen, el país en el punto de mira

(Saná, Yemen). A lo largo de todo el mes de diciembre, unos aviones de combate han sobrevolado Saná, la capital yemení, varias veces al día mientras se dirigían a combatir a la insurgencia chiita del norte. Desde los tejados del casco antiguo de la ciudad, daba la impresión de que la guerra del norte estaba comenzando a trasladarse a Saná.

Pero esta semana, los cielos han estado en silencio. La guerra contra los rebeldes chiitas en el norte está perdiendo fuerza mientras que ha comenzado una nueva, según fuentes oficiales: los militares han convertido la derrota de Al Qaeda en su máxima prioridad.

“Nos hemos puesto muy serios en la guerra contra Al Qaeda y continuará siendo así”, ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores yemení, Mohy al-Dhabbi, a GlobalPost. “Todos los esfuerzos del país se están dedicando a combatir a los terroristas”.

Dhabbi dice que Yemen espera obtener apoyo internacional para la batalla, especialmente de Estados Unidos. “Esperamos contar con todo, excepto con soldados sobre el terreno”, añade.

Pero a pesar de estas valientes declaraciones sobre la ofensiva militar, algunos dudan que un gobierno considerado por ellos débil y corrupto, pueda derrotar a Al Qaeda, aún contando con el apoyo de Estados Unidos, pues la organización terrorista puede encontrar refugio fácilmente en las áreas tribales y remotas del país.

A principios de esta semana, la amenaza de Al Qaeda a las embajadas, escuelas y compañías petrolíferas de Saná provocó el cierre de las embajadas estadounidense, británica y la apertura de la embajada española al público, entre otras. El ataque del Ejército yemení del pasado lunes en las afueras de la capital se saldó con la muerte de dos líderes de Al Qaeda, frustró los potenciales ataques a las embajadas, según la agencia estatal de noticias Saba.

Las investigaciones indican que el intento frustrado del atentado contra el vuelo Ámsterdam-Detroit del pasado día de Navidad fue concebido y planeado en Yemen por el grupo de Al Qaeda en la península arábiga. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, dijo que Yemen se arriesgaba a perder el apoyo de Occidente si no tomaba medidas para restaurar la estabilidad. Este país no es sólo la nación más pobre del mundo árabe, sino que además se enfrenta a una rebelión chiita en el norte, a insurgentes separatistas en el sur, a un flujo de refugiados africanos, falta de agua y una extendida malnutrición.

La cooperación internacional seguramente se hará difícil, según el analista político Ali Saif Hassan, que tilda al gobierno yemení de “corrupto e ineficaz”. Hassan asegura que además de dificultar el éxito de los aliados, que los defectos del gobierno yemení dificultan la posibilidad de compartir las informaciones y acciones de los servicios de inteligencia: “El servicio de inteligencia estadounidense no confía en el de Yemen, así que ¿cómo pueden cooperar?”

Dhabbi, el ministro de Asuntos Exteriores, dice que en la actualidad simplemente no tienen suficiente ayuda.

El general David H. Petraeus, jefe del Comando Central de los EE UU, dijo el 1 de enero que los Estados Unidos estaban planeando duplicar los 70 millones de dólares de ayuda a Yemen, pero el Pentágono ha echado atrás esa oferta aduciendo que no sabía cuánto pretende contribuir EE UU en los esfuerzos contra el terrorismo. Más aún, algunos expertos aseguran que incrementar la presencia estadounidense en Yemen sólo serviría para atraer a los extremistas islámicos.

En Irak, la presencia de Al Qaeda apenas era detectable antes de la invasión de 2003, según el National Security Network (Red de Seguridad Nacional), un panel estadounidense formado por 2.000 expertos en política internacional. Sin embargo, desde la invasión los yihadistas se han multiplicado en un país sumido en la guerra por la oportunidad de atacar a estadounidenses directamente y trastornar los esfuerzos del Ejército de EE UU.

Los que apoyan Al Qaeda acogen deseosos la idea de una mayor presencia estadounidense en Yemen, diciendo que reactivaría el apoyo a su causa.

“Los americanos no se pueden library de Al Qaeda, porque son débiles y Al Qaeda es más fuerte que ellos”, dice Nasser al-Bahrie, un ex guardaespaldas de Osama Bin Laden.

Algunos expertos occidentales argumentan que la batalla defendida por los EE UU no tiene sentido, porque los miembros de Al Qaeda se esconden en territorios tribales y remotos a los que no llega el gobierno y a menudo son los propios miembros de la tribu en cuestión.

El especialista en Yemen de la Universidad de Princeton, Gregory Johnse, escribió es su blog Waq al-Waq que “Estados Unidos apenas sabe nada sobre las tribus locales y la política geográfica de Yemen para combatir de forma efectiva, ni mucho menos erradicar, a Al Qaeda en Yemen”.

El gobierno yemení tiene una historia de negociaciones, luchas e incorporaciones de las tribus en el sistema político. Pero infiltrarse y controlar los territorios tribales se ha mostrado como una misión imposible.

Dhabbi ha asegurado que “la propia Al Qaeda a veces se queda con las tribus, de forma que -con el paso de los años- han llegado a la conclusión errónea de que pueden venir a Yemen y empezar a practicar sus ataques terroristas o planear sus ataques desde Yemen.”

Pero durante las pasadas semanas, las muertes de civiles en ataques aéreos sobre territorios tribales parecen haber lanzado la voz de alarma entre los líderes tribales. A finales de la semana pasada, los líderes del Mareb –uno de los baluartes de Al Qaeda- publicaron un comunicado advirtiendo a los miembros de Al Qaeda que debían abandonar su territorio, según medios locales.

El comunicado vino después de que la advertencia que había realizado el gobierno a las tribus a través de un medio estatal, según el Yemen Observer. Los hombres de las tribus recibieron así la orden de desterrar a los miembros de Al Qaeda del Mareb o se tendrían que atener al “mismo destino que sus camaradas en Arhab, Abyan y Shabwah”.

Todas estas tres provincias han sido objetivos de las redadas aéreas lideradas por Estados Unidos contra Al Qaeda. Y mientras los ataques se consideraron un éxito por los gobiernos yemení y estadounidense, los medios locales informaron sobre 69 muertos civiles, incluyendo mujeres y niños.

El gobierno yemení insiste en que los civiles no son su objetivo, aunque los refugiados de la guerra del norte aseguran que las incursiones aéreas del gobierno no distinguen entre gente de a pie e insurgentes que operan desde los pueblos.

Los recientes ataques han propiciado protestas y advertencias de funcionarios yemeníes a EE UU. “Si Estados Unidos insiste en enviar tropas a Yemen, toda la población yemení se hará favorable a Al Qaeda”, aseguró el legislador Shawqi al-Qadhi al Yemen Times la semana pasada.

El gobierno yemení espera que el pueblo, especialmente las tribus, fuercen a Al Qaeda a que salgan de su escondite, pero las áreas tribales también combaten activamente contra el gobierno y es poco probable que ayuden en la lucha contra Al Qaeda.

Mientras Al Qaeda se quede en las áreas tribales, será imposible para el gobierno derrotarla sólo a través de las armas, según Abdurahman al-Marwani, cabeza de la organización Dar al- Salaam, que trabaja con las tribus para resolver conflictos y reducir las armas: “el gobierno no puede llegar a Al Qaeda, [pero] la gente puede ayudar al gobierno”.

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