Zuma toma posesión como presidente sudafricano con un discurso continuista

  • El presidente electo de Sudáfrica, Jacob Zuma, tomó posesión hoy en Pretoria de su cargo para iniciar su segundo mandato, con un discurso continuista en el que se felicitó de los logros de veinte años de democracia no racial y prometió que se esforzará en reducir las desigualdades sociales.

Marcel Gascón

Johannesburgo, 24 may.- El presidente electo de Sudáfrica, Jacob Zuma, tomó posesión hoy en Pretoria de su cargo para iniciar su segundo mandato, con un discurso continuista en el que se felicitó de los logros de veinte años de democracia no racial y prometió que se esforzará en reducir las desigualdades sociales.

"Llevaremos a cabo políticas y programas de transformación socioeconómica radical en los próximos cinco años", anunció Zuma, que hizo uso de la retórica tradicional del Congreso Nacional Africano (CNA), que lidera y cuya victoria (con el 62 por ciento de los votos) en las generales del pasado 7 de mayo permitió al presidente revalidar mandato.

"Sudáfrica es un lugar mucho mejor para vivir que antes de 1994, debido a las políticas transformadoras de nuestro Gobierno democrático (...). Pero la pobreza, la desigualdad y el desempleo todavía persisten", admitió el presidente, en el primer discurso de la que, por imperativo legal, será su última legislatura en el poder.

En el punto de mira de la prensa y la sociedad civil por varios escándalos de abuso de poder, que han dañado gravemente su imagen, Zuma se marcó como objetivo "erradicar la corrupción" en la esfera pública y promover la "responsabilidad" de los cargos del Estado.

El líder sudafricano se refirió también a otro de los asuntos candentes de la pasada legislatura, las protestas en las zonas deprimidas por la falta de servicios públicos y el desempleo.

"Promoveremos la productividad en el servicio público y garantizaremos más responsabilidad, con severas consecuencias para quienes fracasen a la hora de ofrecer servicios a nuestra gente", afirmó Zuma, en una alocución en la que lo conseguido por el CNA en el pasado tuvo casi el mismo peso que los planes de futuro.

Zuma, de 72 años, fue arropado en su investidura por decenas de homólogos africanos, entre los que destacaban el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, y el de Zimbabue, Robert Mugabe, que fue ovacionado por los asistentes que llenaban el Anfiteatro Nelson Mandela de la sede del Gobierno.

También acudió a la ceremonia el vicepresidente de Brasil, Michel Temer.

Lejos del glamur de la moqueta roja oficial, miles de sudafricanos anónimos se concentraron en una de las praderas que circundan el palacio gubernamental para seguir a través de pantallas de televisión el evento.

Grupos de música y baile negros y cantantes, bailarines y orquestas de las minorías india, mestiza y afrikáner amenizaron la espera durante la mañana.

El acto oficial lo abrió, como es habitual en Sudáfrica, una oración ecuménica, dirigida por líderes religiosos de distintas confesiones.

Inmediatamente después de que Zuma prometiera fidelidad a la Constitución ante el juez del Tribunal Constitucional, Magoeng Magoeng, tres helicópteros del Ejército hicieron ondear sobre la sede del Ejecutivo banderas sudafricanas.

Cañones militares dispararon veintiuna salvas al cielo despejado de Pretoria, donde aviones de la Fuerza Aérea sudafricana dibujaron un número veinte para celebrar el vigésimo aniversario de la caída del régimen segregacionista del apartheid y de la llegada de la democracia.

"Este año conmemoramos veinte años de libertad, y veinte años desde que el presidente Nelson Mandela prestó juramento en este mismo anfiteatro", dijo Zuma en referencia al padre de la democracia sudafricana, fallecido el pasado 5 de diciembre a los 95 años.

"(Entonces) comenzamos a construir una nueva sociedad, basada en los derechos humanos fundamentales, la igualdad, la unidad en la diversidad y la promoción de la dignidad de todos", recordó el recién investido presidente.

"Debemos tener éxito en honor de Nelson Mandela, Oliver Tambo, Walter Sisulu (...), Bram Fischer y todos los ilustres líderes que llevaron a la fundación de una Sudáfrica no racial, no sexista, unida y próspera", concluyó Zuma su discurso, en homenaje a quienes sacrificaron sus vidas por la libertad y la democracia en el país.

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