Un 'cuento chino': el ocaso de Evergrande

El temor al colapso de una de las grandes inmobiliarias del país mantiene en vilo a los inversores. Su deuda, próxima a los 260.000 millones, pone al gigante asiático ante la mayor crisis corporativa de su historia.

El temor al colapso de una de las grandes inmobiliarias de China, Evergrande, mantiene en vilo a los inversos en los últimos días. Su deuda, próxima a los 260.000 millones de euros, amenaza con poner en jaque al sistema financiero mundial en plena recuperación económica tras la pandemia. China tiene en sus manos la gestión de su mayor crisis corporativa, en una encrucijada entre ser fiel a sus ideas comunistas o dejarse llevar por el capitalismo. Pero, ante la incertidumbre sobre su futuro, surgen las dudas sobre cómo un gigante como Evergrande llegó a esta situación. 

El origen de Evergrande se remonta a 1996, cuando Hui Ka Yan -el quinto hombre más rico de China- fundó una compañía inmobiliaria basada en la estrategia de "área pequeña, precio bajo y bajo coste". Años más tarde, mientras las economías occidentales trataban de levantarse tras la crisis financiera de 2008, Evergrande consolidaba su expansión.

Para financiar este crecimiento, se convirtió en el mayor emisor individual de deuda de alta rentabilidad -con mayor coste para el emisor- de Asia, con cerca de 20.000 millones de dólares en bonos en circulación. Precisamente, para levantar su imperio, el grupo se apoyó en una política de incentivo a los préstamos a través de un paquete de estímulo masivo tras la crisis financiera. Además, a su despegue ayudó la subida de los precios de la vivienda en China en los últimos años

Sustentada en su negocio principal y con la facilidad de financiación, Evergrande comenzó su diversificación en todo tipo de negocios , aunque no en todos con un resultado positivo. El ejemplo más llamativo es el de su firma de vehículos 'China Evergrande New Energy Vehicle', que también cotiza en bolsa. Su valor bursátil, que actualmente ronda los 2.300 millones, llegó a duplicar el de su matriz, sin llegar a vender ningún coche, según recoge el periódico chino Caixin. La compañía, dedicada a fabricar coches eléctricos, se comprometió en 2019 a alcanzar a Tesla como líder de la industria, pero hasta el momento su mayor logro es la presentación de diferentes modelos que no se han hecho realidad. 

Además, en los últimos días, la falta de liquidez ha dificultado sus pagos habituales, lo que podría retrasar sus previsiones de producción. Hasta el momento se han retrasado en el pago de algunos salarios y varios proveedores han retirado a su personal de las fábricas por el impago de las máquinas. 

La red de actividades de este gigante continúa con una estrategia común: ocupar un lugar destacado en cada industria a base de inversiones financiadas. En 2010 Evergrande invirtió en el equipo de fútbol Guangzhou FC, que domina la liga del país con fichajes estrellas de las ligas europeas -muchos de ellos incluidos entre los futbolistas mejor pagados- y preparaba el proyecto del estadio más grande del mundo. Otros negocios abarcan el sector del consumo (Evergrande Spring) o los parques temáticos (Evergrande Fairyland).

Las necesidades financieras del grupo agravaron la deuda del grupo. En total, Evergrande acumula un pasivo de 1,966 billones de yuanes (259.119 millones de euros), según sus últimas cuentas disponibles hasta el 30 de junio de 2021. El importe total ha ido en aumento desde 2014 y en los últimos siete años se ha multiplicado por cuatro. La crisis de liquidez se agravó ante la falta de nueva financiación por los cambios regulatorios en China. Tras la pandemia, las autoridades priorizaron la prevención de riesgos y ordenaron a las firmas más apalancadas, entre ellas Evergrande, reducir su deuda.  

¿Qué opciones tiene? El papel de China

La crisis es una prueba de fuego para el Gobierno chino, que asume ahora las consecuencias del capitalismo. La preocupación por la situación del gigante inmobiliario no es nueva y los analistas lo llegaron a etiquetar hace años como un 'rinoceronte gris', en referencia a aquellos eventos económicos que se ven venir pero nadie se atreve a atajar. Sin embargo, entonces la postura del Ejecutivo de Xi Jinping era otra, permitiendo a sus compañías extenderse frente al poder de los gigantes estadounidenses. 

Pese a que en los últimos años se ha abierto a la economía de mercado, el país sigue siendo un régimen comunista con un único partido que toma las decisiones y Pekín ha vuelto al control férreo de sus imperios -como ya ha hecho con Alibaba o Tencent-. En el caso de Evergrande, no parece dispuesto a intervenir. Por el momento, no hay una declaración oficial, pero desde el periódico Global Times, respaldado por el Estado, defienden la idea de que "no es tan grande para dejarlo caer". 

El impacto en el sistema viene especialmente por el impago de los préstamos recibidos de contratistas y de todas aquellas personas que han pagado por un apartamento. La caída de Evergrande podría dejar a cerca de 1,5 millones de compradores esperando para recibir sus casas terminadas. Además, un colapso desordenado puede desencadenar una caída destacada en los precios de las viviendas, que afectaría a otras compañías del sector. “Nuevos impagos, aunque sean de pequeñas empresas inmobiliarias chinas, podrían tener un impacto", explican desde Muzinich & Co. 

Hasta ahora, el principal movimiento ha sido la inyección de liquidez como estímulo al sistema. Esta semana suma 270.000 millones de yuanes (42.000 millones de dólares) del Banco Popular de China, la mayor suma semanal desde enero. 

Sacudida en los mercados

A nivel internacional, el foco se dirige a la exposición de la banca. La crisis de Evergrande resucitó el fantasma de 'Lehman Brothers' justo cuando se cumplen 13 años de su colapso. Sin embargo, los analistas calculan que la exposición total de los préstamos de la banca china a Evergrande solo representa el 0,24%. Además, destacan la capitalización de los bancos más expuestos para 'capear' la situación. Fuera de China, las financieras Blackrock, HSBC y UBS están entre las grandes tenedoras de bonos del gigante inmobiliario 

A pesar de que los expertos rebajan el riesgo de contagio, los mercados vivieron un inicio de semana convulso con caídas en los principales índices ante el temor que el impago de la inmobiliaria provocara un riesgo sistémico. Al final, salvaron la semana tras los anuncios de pago de los intereses de bonos pendientes, al menos de los emitidos en yuanes. 

No obstante, la compañía suma un desplome en bolsa del 80% en lo que llevamos de año y su capitalización ha caído hasta los 3.400 millones de euros. Este viernes retrocedió un 11,6% ante la incertidumbre de los bonos 'offshore', que supone un desembolso de unos 84 millones de dólares. La compañía encara ahora en un plazo de 30 días antes de que se considere oficialmente que ha incurrido en impago. A esa cantidad se sumarán el próximo 29 de septiembre otros 47,5 millones de dólares de otra tanda de bonos 'offshore'. Aún así, "Evergrande ya está cotizando a niveles 'distressed', como si ya estuviera en default", afirman Bastin y Hyland.