La revolución de la 'España vacía': los 73 escaños que quieren cambiar el Congreso

Soria, ya! y Unión del Pueblo Leonés tendrían representación en Madrid, atendiendo a los resultados electorales en Castilla y León. Jaén Merece Más, Cuenca Ahora o Extremadura Vaciada esperan su momento. La Ley D'Hont no ayuda, pero la 'revuelta' de los pequeños partidos está en marcha.

Decía el politólogo Fernández Luiña que los sistemas electorales se manipulan para buscar, o bien representación, o bien gobernabilidad. En el caso de España, el sistema electoral -vía ley D'Hondt- apuesta por esta última, lo que empuja fuera del tablero político a muchos partidos minoritarios que quedan relegados a la irrelevancia. Por otro lado, dentro de la Ciencia Política, existe una inclinación por parte de muchos teóricos a comprender la política a través de la economía. Dentro de esta corriente se sitúa la teoría del votante racional, que asegura que el elector se comporta como un maximizador de utilidad con motivaciones egoístas y que la política la conciben como un mercado, en el que los partidos políticos compiten por los votos como medio para conseguir las recompensas de tener representación parlamentaria. Una teoría a la que ahora se agarran muchos partidos regionalistas -sin voz histórica en el Congreso- para rehuir de los efectos perversos que arroja la ley D'Hondt.

Teniendo en cuenta dos premisas -pérdida continuada de población desde 1950 y territorios que aportan pocos diputados al Congreso- podemos afirmar que el porcentaje de circunscripciones que representarán la España vacía en las próximas elecciones será del 38% (20 de las 52 provincias); y en número de escaños de casi el 20%. Desde La Información se ha llevado a cabo un análisis de política comparada utilizando las últimas elecciones generales y autonómicas (en el caso de Castilla y León) a partir de dos patrones -la participación y la barrera electoral efectiva (el número mínimo de votos para conseguir el escaño)- que concluya con la posibilidad de una irrupción -sin precedentes- de innumerables fuerzas políticas regionalistas en la Cámara Baja.

Aunque la barrera legal para entrar en el Congreso es del 3%, cada provincia fiscaliza el voto de forma muy diferente. Así, hay circunscripciones en las que se necesita hasta el 33% de los votos emitidos para conseguir un escaño, mientras que en otras tan solo es necesario el 13%, es decir, veinte puntos menos. Aunque, en la mayoría de los casos, la horquilla se sitúa cerca del 20%. De momento, dos comunidades -Aragón y Castilla y León- han presentado plataformas para combatir la despoblación y, por ahora, solo un partido -Teruel Existe- ha conseguido canalizar el descontento de su territorio y trasladarlo al Congreso. Ocurrió en las elecciones del 10 de noviembre de 2019. El partido liderado por Tomás Guitarte, un arquitecto que hablaba de las ambiciones del PNV como "cosa de ricos" porque el objetivo de su formación era que su provincia sobreviviera, consiguió ser la primera fuerza de Teruel, con el 26,8% de los votos. La victoria fue tan contundente que, en el caso de que hubiera habido un cuarto escaño en juego (solo tiene tres la circunscripción), se lo hubiese llevado. Sin embargo, parece improbable que pueda conseguir el segundo escaño en unas futuras elecciones ya que la horquilla de la barrera efectiva se ha mantenido en las últimas cuatro elecciones entre el 18,23% y el 23,76%.

José Pablo Ferrándiz, director de Estudios Políticos de Ipsos, sostiene que "la marca PP-PSOE podría estar desgastada en las zonas despobladas. Los vecinos no los creen porque siempre han hecho promesas que no han cumplido. Ni los nuevos partidos, Podemos, Ciudadanos e incluso Vox, han podido satisfacer la demanda de este electorado". Por otro lado, Ferrándiz incide en las recurrentes críticas de los electores cuando argumentan que un voto en Madrid "cuesta más" que uno en Soria. Según él, estos reproches solo tienen sentido si los observamos "en términos absolutos". Sin embargo, "si lo observamos en términos porcentuales es mucho peor para el de estas provincias despobladas". Así, y según explica, podría darse que en Soria se necesitara convencer a 30 de cada 100 paisanos, mientras que en Madrid solo a 3 de cada 100.

Las pasadas elecciones de Castilla y León confirmaron, entre otros fenómenos, la presencia de proyectos que buscan combatir la despoblación. De todos ellos, Soria ¡ya! reúne el éxito de un sentir de abandono por parte de la clase política. Así, tras dichos comicios, la formación alcanzó el 42,57% de los votos, aventajando por casi ocho mil votos a la segunda fuerza política -PP- y superando en la capital la barrera del 50%. Unas cifras que situarían a la formación dentro del Congreso si atendiéramos a las últimas elecciones de 2019, donde la participación fue parecida y la barrera efectiva fue del 33,37%. Un hito que lo podría compartir con Unión del Pueblo Leonés, que alcanzó el 21,31% de los votos, casi seis puntos porcentuales más de los que tuvo Vox para conseguir -con una participación parecida- el último escaño por León en las elecciones de hace tres años.

Otro de los grandes triunfadores de aquella noche fue una formación con reivindicaciones similares y que surgía como escisión del Partido Popular: Por Ávila. Pese a su histórica entrada en Las Cortes, su porcentaje hoy -16,76% de los votos- es insuficiente para una hipotética entrada en el Congreso, ya que el corte de las últimas cuatro elecciones se ha situado entre el 18,67% y el 19,82%. Para más inri, la participación en la provincia fue del 63,95%, un porcentaje inferior al que suele haber en las generales (por encima del 70%) y, como afirman los expertos electorales, el aumento de esto último perjudica a los partidos pequeños.

Este optimismo por el resultado puede animar a otras plataformas de las zonas despobladas -como Jaén Merece Más, Cuenca Ahora o Extremadura Vaciada- a presentar su candidatura a las próximas elecciones, aunque, de momento, se desconoce si estos movimientos van a ir bajo la coordinación de una misma marca. Sin embargo, conseguir representación no es un proceso fácil ya que se encuentran en circunscripciones donde es necesario luchar por un puñado de escaños contra los dos 'gigantes' del bipartidismo y una formación -la que lidera Santiago Abascal- que se encuentra en auge. Además, en algunos lugares -como Ourense y Lugo- existe la amenaza de nuevos competidores, como el nacionalismo gallego. De esta forma, los territorios donde la 'España vacía' puede tener más opciones de conseguir representación son las tres provincias con cinco escaños: Albacete, Valladolid y Jaén.

Si hay un partido regionalista que ha conseguido materializar la voz de sus ciudadanos en escaños en el Congreso en cada elección es el Partido Regionalista Cántabro. Así, su secretario general y, al mismo tiempo, presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, asegura a La Información qué necesitan estas nuevas fuerzas para mantenerse como partidos sólidos y viables a largo plazo. "La clave es defender a ultranza y por encima de todo los intereses del territorio al que se representa. Esa ha sido la razón de ser y la motivación del PRC desde el mismo momento de su fundación, sin supeditarse nunca a intereses ajenos a los de los cántabros. Es la gran diferencia respecto a los partidos nacionales, cuyas delegaciones territoriales se ven muchas veces condicionadas por la disciplina de partido, que las lleva a actuar en clave nacional y sin tener en cuenta a los votantes que las han elegido. Eso nunca ha pasado, ni pasará en el PRC. Nosotros defendemos a Cantabria por encima de todo, aunque también somos un partido responsable y comprometido con las necesidades generales del país", dice Revilla.

El catedrático en Ciencia Política, Benigno Pendás, afirma en un estudio que la complejidad competitiva, junto con la asimetría territorial, ha provocado, entre otras cuestiones, agravios territoriales. Además, en esa misma investigación se apunta a los partidos nacionalistas -que obtienen una suma de escaños suficiente en sus territorios para nutrir al bipartidismo de mayorías- como uno de los responsables de este abandono institucional hacia ciertos lugares. Aunque estos territorios representan hasta 73 diputados, Ferrándiz descarta que la España vacía pueda conseguir, como algunos auguran, 20 escaños; y asume como un éxito que lleguen a los cinco. Una cifra que, si se confirma, permitiría al mundo rural tener un altavoz en Madrid con el que reivindicar todo aquello que ha estado silenciado durante años.