EN COLABORACIÓN CON NATURGY
Investigar sobre la alondra ricotí, un ave casi imperceptible por sus dimensiones y por la dura situación que está atravesando como especie, puede resultar una tarea ardua. El momento ideal para avistarlas es la época de cría, en primavera, y siempre justo antes de amanecer, pues con los primeros rayos de luz… se esfuman. "Las hemos oído más veces que visto, revoloteando sobre nuestras cabezas", cuentan Alberto Larrán Sánchez y Miguel Ángel Hernández, técnicos de Cátedra de Medioambiente de la Universidad de Alcalá.
La alondra de Dupont o ricotí, que figura en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, está categorizada como una especie vulnerable y en serio riesgo de ser considerada en peligro de extinción: "Es una especie específica de un territorio concreto y que, por el mero hecho de estar especializada a un tipo de hábitat, hace que su supervivencia se vea muchísimo más limitada", explica Larrán.
"La alondra es una especie en peligro y queríamos ver el efecto que tiene el parque eólico sobre las poblaciones que están aquí censadas", confirma Yliana Fernández, técnico del Medio Ambiente de la unidad de renovables de Naturgy. La empresa energética ha implantado aerogeneradores en las localidades guadalajareñas de Tortuera y Embid, hábitat de estas aves, y está colaborando con los biólogos de la Universidad de Alcalá para estudiarlas y protegerlas.
Esta acción se enmarca en un proyecto de medio ambiente asociado cuyo objetivo es desarrollar su actividad de generación de energía, procurando la coexistencia y la protección de las especies naturales que viven en estos enclaves. Entre ellas, la alondra ricotí o el buitre leonado.
Naturgy desarrolla un plan de acción de biodiversidad, con una estrategia basada en la gestión eficiente del capital natural y producir el menor impacto posible en los ecosistemas. Para ello, lleva a cabo acciones como la disminución tanto del consumo de recursos como en la producción de residuos. Desde el respeto al medio ambiente, su objetivo es reducir las consecuencias que puede entrañar la construcción de parques eólicos en estas localidades manchegas para que las poblaciones de alondra ricotí de la zona no disminuyan.
Este proyecto, además, tiene un firme compromiso con los habitantes y con la economía del territorio. La energética apuesta por involucrar a las personas locales con la intención de tener una "repercusión positiva en las especies y en la gente de la zona", señala Yliana Fernández.
Relacionado con las alondras y con potenciar la riqueza local, la compañía ha impulsado también un proyecto piloto de plantación y gestión de campos de lavandín. Por un lado, servirían para atraer turismo y como materia prima con la que comerciar, puesto que la lavanda es muy apreciada en el sector de la perfumería, entre otros. Por otro, los campos de esta planta al replicar un hábitat similar al que utiliza la alondra ricotí pueden conectar manchas aisladas de hábitat natural con presencia de esta ave, y favorecer así el tránsito de individuos y la conexión entre las distintas subpoblaciones.
El impulso de la creación de capital natural es el elemento esencial del plan de acción de biodiversidad que está implementando Naturgy en los entornos donde desarrolla su actividad, con el propósito de reducir el impacto en los ecosistemas, como es el caso de Embid, Tortuera y sus alrededores.
En busca de la ‘especie invisible’
"La alondra ricotí es una especie que, para asentarse en un territorio, requiere que este disponga de 'manchas' de un hábitat natural adecuado, formado principalmente por parameras con matorral y que no tenga excesivos árboles, lo cual es favorable para la especie", argumenta Larrán.
Con trece años de experiencia en el estudio del hábitat y de la población de alondra ricotí en la zona, el investigador cuenta que, mientras esperan en el coche para no asustarlas, detectan a los individuos mediante su canto y utilizan "un reclamo sonoro" que reproduce el canto de la alondra ricotí para escuchar la respuesta de aquellos individuos que hubieran podido pasar inadvertidos. Gracias a esta metodología, han ido completando un registro de territorios de alondra ricotí, junto a la fecha y la hora.
Estos dos últimos datos son especialmente relevantes, según Larrán, y confirman que esta especie se desplaza poco porque aparece "prácticamente en el mismo sitio" cada vez. Por otra parte, algunos ejemplares son marcados con anillas de colores, de modo que, mediante un código, es posible individualizar a cada ejemplar y, con ayuda de unos prismáticos, pueden reconocer a los distintos ejemplares y obtener información de la especie, como la longevidad y los desplazamientos.
Con el fin de analizar los movimientos de estas aves y controlar el mayor número de individuos, Alberto Larrán realiza los transectos (recorridos diseñados para el inventario y censo de especies) a través de las zonas de hábitat propicio. No obstante, a pesar de ser una especie que suele permanecer fiel a su territorio, la alondra ricotí puede efectuar fugas de tempero si las condiciones climatológicas empeoran mucho: "Estas aves pueden ejecutar movimientos inusuales que se llevan a cabo durante los meses más duros", explica.
En relación a las duras condiciones climáticas, "las poblaciones de alondra ricotí se han visto duramente perjudicadas por la borrasca Filomena", por lo que, como cuenta el biólogo, en esta última temporada se ha perdido la pista a "bastante más de la mitad de individuos". Cuando cae mucha nieve, como sucedió en 2021 por el paso de esta tormenta por la península, las aves no pueden encontrar alimento y se ven forzadas a desplazarse a otras zonas; sin embargo, "el manto de nieve impide que las aves encuentren su hábitat y las ha desorientado en muchas ocasiones", señala.
Para paliar el efecto pernicioso que tienen tanto las condiciones climatológicas como el impacto del ser humano en los ecosistemas, Naturgy procura que la biodiversidad "no se vea afectada e incluso intentamos que, a través de proyectos que desarrollamos con la administración, universidades y otras empresas, se vea aumentada", detalla Yliana Fernández.
Esta situación complicada que está atravesando la alondra ricotí no desanima a Alberto, aunque las previsiones sobre la población futura son inciertas y es importante ver cómo evolucionan dichas poblaciones después del fuerte declive sufrido en la última temporada. Pese a las duras condiciones climáticas y el futuro incierto de estas poblaciones, Alberto asegura que siempre está deseando que llegue la temporada de cría para "venir a estudiar las alondras, aún a sabiendas de que es duro a nivel físico, te malgasta, pero es uno de los trabajos en el que me siento absolutamente libre".
