Movilidad sostenible, clave en la lucha contra el cambio climático

La contaminación atmosférica urbana, provocada por la emisión de gases de efecto invernadero como los que expulsan los automóviles, pone en riesgo la salud de sus habitantes. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU buscan crear un mundo más justo y sostenible, también en las carreteras de todo el mundo.

El cambio climático y sus consecuencias directas en la salud es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. Este problema se vive sobre todo en las ciudades, donde en la actualidad reside el 55% de las personas de todo el mundo, una cifra que para 2050 se espera que se incremente un 13%, de acuerdo con un informe de Naciones Unidas. A esto hay que sumarle que las urbes cuentan con los niveles de polución más elevados y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1,3 millones de personas fallecen al año a causa de la contaminación atmosférica urbana, generada sobre todo por el uso del transporte en carretera.

La tendencia a residir en las ciudades frente a los entornos más rurales subraya la importancia de potenciar un desarrollo sostenible, necesario para mantener el bienestar del Planeta y de sus habitantes, con especial importancia en un cambio en la movilidad. Por ello, en 2015 los distintos líderes mundiales firmaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un conjunto de objetivos marcados por la ONU para “erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible”. Todas con el horizonte puesto en el año 2030 y contando con la colaboración de gobiernos, el sector privado, la sociedad y civil y la acción y responsabilidad individual.

Estos acuerdos reflejan la preocupación a escala global por mantener a raya los efectos más devastadores del efecto invernadero y la degradación del medioambiente. Para ello, se hace necesario impulsar un desarrollo sostenible que permita un equilibrio a largo plazo entre los recursos existentes y el bienestar de las generaciones venideras, una acción en la que puede tomar parte cualquier individuo a través de pequeñas acciones y para la que se hace imprescindible la colaboración público-privada.

Compromiso en España: Agenda 2030

El impacto del cambio climático será global, pero no a todas las regiones afectará por igual. De hecho, España sería uno de los países europeos que más sufriría las consecuencias, y así lo advierten las distintas organizaciones ecologistas. Los efectos serían múltiples, como la desaparición de especies; una subida preocupante del nivel del mar que acabaría con territorios como Barcelona, Málaga o A Coruña; sequías; desertización, donde según el Ministerio de Medio Ambiente, el 74% del suelo está en proceso de desertización; olas de calor, inviernos más duros y temporales meteorológicos mucho más fuertes y devastadores, son algunos ejemplos que ponen de relieve la fragilidad de nuestro país ante el cambio climático.

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Ante este futuro inminente, el Gobierno de España firmó los 17 ODS de la ONU y la Agenda 2030: “un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad” para evitar “dejar a nadie atrás”. Dicha Agenda 2030 busca una reforma estructural en el modelo económico español y tomar distintas acciones en sectores como el empleo, la salud, el bienestar y la innovación, entre otros, contando con potenciar la sostenibilidad de los modelos de producción y consumo.

Sostenibilidad y movilidad, un dúo esencial

La contaminación atmosférica urbana es uno de los grandes desafíos para las ciudades, ya que es la causa de numerosas muertes al año y genera multitud de problemas de salud, como las enfermedades respiratorias agudas (neumonía) y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Esta está provocada por “la combustión ineficiente de combustibles fósiles o de biomasa”, de acuerdo con la OMS; es decir, por los gases que emiten los vehículos, los hornos industriales o las estufas de leña.

Los distintos acuerdos internacionales que luchan contra el cambio climático subrayan la importancia de reducir dicha contaminación y conseguir una movilidad sostenible. Para hacer frente a estos nuevos retos, en España, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda urbana ha diseñado la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, conocida también como es.movilidad. Una estrategia que busca adoptar distintas medidas para adaptar el sector transporte ante los desafíos del futuro, como los avances tecnológicos en la industria, la necesidad de la descarbonización económica y la concentración de la población en las urbes y sus consecuencias para su salud.

Educación y mejora de las carreteras

En concreto, el ODS 3.6 busca disminuir a la mitad las muertes y lesiones causadas en accidentes de tráfico en el mundo, desarrollando políticas para garantizar una movilidad sostenible y segura. Para ello: “se articulan acciones y medios para vigilar que se cumple la norma y para que disminuyan los riesgos al volante (velocidad, distracciones, uso del cinturón y casco o consumo de drogas y/o alcohol)”.

El ODS 4, centrado en la educación, también tiene un papel fundamental para reducir las víctimas de la carretera de la mano de la educación vial. Es ente sentido, la DGT ha mejorado las pruebas para obtener el permiso de conducir, promueve cursos específicos de seguridad vial para profesionales (motoristas) y actividades de concienciación, sensibilización y educación vial (camino escolar seguro o Proyecto STARS), entre otros.

Cumpliendo con los ODS 3 y 4, el grupo empresarial de gestión de infraestructuras de transporte por carretera Abertis, alineado con los objetivos de la ONU, construye todas sus nuevas carreteras con un estándar mínimo de tres estrellas para todos los usuarios. Además, se ha marcado como meta que más del 75% de los viajes se realicen en el equivalente a estas infraestructuras para el año 2030.

Reducción de los gases de efecto invernadero

El sector transporte representa el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en nuestro país y casi el 4’% de las emisiones de los sectores difusos, de acuerdo con los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Para paliarlo, se fomenta el uso del transporte alternativo, como puede ser el de servicios públicos, aumentando la frecuencia de paso y las rutas de líneas de autobuses, ferrocarriles, metro, tranvías y trenes. Usar la bicicleta con la ampliación de carriles ciclistas en las ciudades y la creación de cinturones verdes también es una opción.

De hecho, la Comisión Europea (CE) busca modernizar la movilidad y reducir en un 90% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del sector del transporte en 2050 dentro de su Estrategia para una Movilidad Inteligente y Sostenible. Entre otras medidas, se pretende que en 2030 haya 30 millones de coches cero emisiones en las carreteras europeas. En este sentido, Abertis promueve el telepeaje y el peaje sin barreras, que reduce las emisiones de los vehículos al evitar su detección ante las barreras.

Uso de vehículos eléctricos

El sector del automóvil vive desde hace años una trasformación encaminada a favorecer la movilidad sostenible con el impulso a servicios como car sharing o las ayudas estatales para adquirir un coche eficiente o ecológico. Vehículos eléctricos, híbridos, propulsados por pila de combustible de hidrógeno o los que van impulsados por gas son unas buenas alternativas para reducir el impacto medioambiental de la automoción.

Para su carga son necesarios los puntos de recarga, conocidas como electrolineras. Abertis está instalando en las autopistas estas instalaciones, que ya están muy implantadas en Francia y en Italia, donde pretenden tener toda la red cubierta en 2050.

En algunas ciudades, además, se han impuesto distintas normativas para restringir el acceso del parque móvil más antiguo al centro de las ciudades, como es el caso de Madrid Central. La DGT también fomenta la sostenibilidad con la clasificación por pegatinas del potencial contaminante de cada coche. 

Ciudades para todos

Hacer de las ciudades un espacio seguro y saludable para todos sus ciudadanos. Con esta idea surgen nuevas modalidades de desarrollo urbano, fomentando dejar de lado el uso del coche privado para poder hacer las tareas cotidianas andando, en bicicleta o en transporte público. Un ejemplo de ello son las ‘ciudades 20 minutos’ que ya se están poniendo en marcha en grandes capitales como París o Melbourne. También es importante incrementar el número de parques infantiles, zonas verdes, carriles bici, señales de circulación, etc.

En este sentido, desde Abertis apuestan por la integración y el respeto a la comunidad manteniendo los servicios de sus autopistas e infraestructuras siempre disponibles para garantizar la movilidad y la circulación.

Infraestructuras respetuosas con el entorno

Las propias infraestructuras del sector transportes también tienen un impacto en el entorno, ya sea durante su fabricación, como con su uso y su mantenimiento sobre el terreno. Cambiar el alumbrado por luces de menor consumo o fomentar las placas fotovoltaicas para iluminar las carreteras es una gran idea que llevan a cabo grupos como Abertis. A la hora de crearlas, apoyar la economía circular usando materiales reciclados y, una vez desmanteladas, el pavimento también se puede reciclar.